/ jueves 29 de julio de 2021

Espacio ITE | Ciudadanía participativa

  • Denisse Hernández Blas*

El pasado 6 de junio, la ciudadanía tlaxcalteca acudió a las urnas a elegir a las próximas autoridades que dirigirán la entidad en todos los niveles de gobierno, es decir, los y las tlaxcaltecas votaron por la gubernatura, diputaciones, integrantes de ayuntamientos y titulares de las presidencias de comunidad.

Así, el próximo 30 de agosto deberá iniciar funciones la nueva legislatura o el congreso del estado, para que una vez instalado este órgano pueda tomarle protesta a la gobernadora el día 31 de agosto y con este este acto inicie sus funciones como tal; en igual fecha deberán rendir protesta los integrantes de los ayuntamientos y, junto con ellos, los y las presidentas de comunidad.

Estos dos derechos, el de votar y ser votados, convergen para constituir la forma de gobierno que impera no solo en Tlaxcala si no en el país; la ciudadanía elige y quienes obtienen el mayor número de votos ejercen un cargo para buscar el progreso de una sociedad.

La mayoría de las veces se piensa que la participación de la ciudadanía se limita a acudir a votar el día de la jornada electoral y que al materializar este derecho de votar ha concluido su participación dentro de la sociedad en la que vive; sin embargo, esta acción solo es el paso inicial de una ciudadanía participativa y vigilante de los quehaceres de las autoridades electas.

La participación ciudadana, en mi opinión, inicia ejerciendo el derecho a votar, pero una vez confirmados lo resultados de cada elección, ya sea por el órgano administrativo o jurisdiccional, la ciudadanía debe apropiarse del resto de los derechos de los que goza para cerrar ese círculo que debe generar beneficio social.

Luego de esto, inicia un camino en el que la ciudadanía se involucra en la toma de decisiones y, si bien esta toma de decisiones no la hará de manera directa, la ley contempla mecanismos para incidir en esas determinaciones de las autoridades. El primer paso para poder ejercer estos derechos es conocerlos e identificar cuáles y ante qué autoridades pueden hacerse valer.

Es de reconocerse que se ha vuelto una práctica común, y además efectiva, conocer cómo y en qué se utiliza el recurso económico de los gobiernos y dependencias; sin embargo, este tema no es el único relevante, pues conocer los programas y planes de gobierno también resulta de suma importancia, la ciudadanía debe darle seguimiento a cada una de las actividades que realizan las autoridades, solo así podrá proponer alternativas y ser parte de la solución. Recordemos que en una sociedad democrática la población y las autoridades deben trabajar de manera coordinada para -insisto- obtener beneficios en común y por supuesto progreso social.

Participe, infórmese, involúcrese, sea parte de la sociedad que aporta soluciones no solo con las próximas autoridades sino con las que vengan en el futuro, en gran medida de eso depende el avance y evolución de las sociedades.

  • *Consejera Electoral del Instituto Tlaxcalteca de Elecciones
  • Denisse Hernández Blas*

El pasado 6 de junio, la ciudadanía tlaxcalteca acudió a las urnas a elegir a las próximas autoridades que dirigirán la entidad en todos los niveles de gobierno, es decir, los y las tlaxcaltecas votaron por la gubernatura, diputaciones, integrantes de ayuntamientos y titulares de las presidencias de comunidad.

Así, el próximo 30 de agosto deberá iniciar funciones la nueva legislatura o el congreso del estado, para que una vez instalado este órgano pueda tomarle protesta a la gobernadora el día 31 de agosto y con este este acto inicie sus funciones como tal; en igual fecha deberán rendir protesta los integrantes de los ayuntamientos y, junto con ellos, los y las presidentas de comunidad.

Estos dos derechos, el de votar y ser votados, convergen para constituir la forma de gobierno que impera no solo en Tlaxcala si no en el país; la ciudadanía elige y quienes obtienen el mayor número de votos ejercen un cargo para buscar el progreso de una sociedad.

La mayoría de las veces se piensa que la participación de la ciudadanía se limita a acudir a votar el día de la jornada electoral y que al materializar este derecho de votar ha concluido su participación dentro de la sociedad en la que vive; sin embargo, esta acción solo es el paso inicial de una ciudadanía participativa y vigilante de los quehaceres de las autoridades electas.

La participación ciudadana, en mi opinión, inicia ejerciendo el derecho a votar, pero una vez confirmados lo resultados de cada elección, ya sea por el órgano administrativo o jurisdiccional, la ciudadanía debe apropiarse del resto de los derechos de los que goza para cerrar ese círculo que debe generar beneficio social.

Luego de esto, inicia un camino en el que la ciudadanía se involucra en la toma de decisiones y, si bien esta toma de decisiones no la hará de manera directa, la ley contempla mecanismos para incidir en esas determinaciones de las autoridades. El primer paso para poder ejercer estos derechos es conocerlos e identificar cuáles y ante qué autoridades pueden hacerse valer.

Es de reconocerse que se ha vuelto una práctica común, y además efectiva, conocer cómo y en qué se utiliza el recurso económico de los gobiernos y dependencias; sin embargo, este tema no es el único relevante, pues conocer los programas y planes de gobierno también resulta de suma importancia, la ciudadanía debe darle seguimiento a cada una de las actividades que realizan las autoridades, solo así podrá proponer alternativas y ser parte de la solución. Recordemos que en una sociedad democrática la población y las autoridades deben trabajar de manera coordinada para -insisto- obtener beneficios en común y por supuesto progreso social.

Participe, infórmese, involúcrese, sea parte de la sociedad que aporta soluciones no solo con las próximas autoridades sino con las que vengan en el futuro, en gran medida de eso depende el avance y evolución de las sociedades.

  • *Consejera Electoral del Instituto Tlaxcalteca de Elecciones