/ jueves 23 de julio de 2020

Espacio ITE | Revolución electoral (segunda parte)

  • Edgar Alfonso Aldave Aguilar*

Todos tenemos una concepción de revolución, la mayoría lo asociamos a movimientos armados pero no reparamos en el fin como tal, que es un cambio, la Real Academia Española lo considera profundo y “generalmente violento”, y que se da, entre otras, en las estructuras políticas de un país. Además de ser un profundo cambio, también se interpreta como rápido.

Así, en pláticas de sobremesa o informales he escuchado muchas veces el “hay que hacer una revolución”, para referirse a manifestaciones y exigencias enérgicas, principalmente al gobierno, por hechos o actos que inciden, de manera directa o no, a la vida de una gran mayoría de la población y que entrañan de manera implícita un cambio.

Pero ¿qué pasa cuando ese cambio profundo y acelerado se presenta como hecho natural, cuando la voluntad del hombre no interviene?; es ahí cuando me permito ocupar la palabra revolución en concordancia con los elementos que constituyen a la misma: Es un cambio profundo porque permite percibir a la realidad de manera completamente distinta a como se percibía; es un cambio rápido porque en muy poco tiempo se ha generado cambios estructurales en la vida política del país, podemos consultarlo con el estado de Hidalgo; ya que es un cambio generalmente violento porque se da contra la voluntad tanto de la ciudadanía como las instituciones de gobierno; y por último, es un cambio a las estructuras políticas, ya que las instituciones encargadas de las elecciones locales y nacional, deben adecuarse a esta realidad.

Para su servidor, a diferencia de otros comentarios, no creo estemos en guerra contra un virus; ocupo la palabra revolución como la evolución acelerada y profunda de nuestras instituciones y forma de vida en general; si, por un agente externo, pero que éste no tiene la capacidad de competir de manera volitiva y nosotros no “luchamos”, buscamos soluciones de salud.

Una vez explicado el título de este artículo y relacionado con la primera parte, es importante establecer que el Instituto Tlaxcalteca de Elecciones se adecúa a la realidad que vivimos, este cambio profundo se ha abordado potenciando sus alternativas, buscando soluciones al confinamiento obligatorio.

En alguna otra participación en este espacio, afirmé que este año es electoral y no me retracto, pues a pesar de las determinaciones de las autoridades federales y estatales en materia de la contingencia sanitaria, este Instituto tomó previsiones para seguir trabajando en modalidad a distancia, privilegiando la preparación de diversos actos para el proceso electoral 2020-2021 en nuestro Estado.

Considero que el trabajo a distancia es una novedad en México, no solo en las instituciones administrativas electorales, pero el uso de las tecnologías de la información y comunicación ha permitido el avance de diversas actividades que no requieren propiamente el trabajo presencial y que al momento, de manera satisfactoria se cuenta con un gran avance en temas de elaboración de documentos normativos y de capacitación.

Aunado a ello, se prioriza el desarrollo de sistemas informáticos como el de cómputo de votos y registro de candidaturas, manuales de difusión y promoción del voto, y adecuando los programas de educación y cultura cívica; es decir: #Eltrabajocontinúa …desde casa.

Por último, como toda revolución si bien su cambio es acelerado, no se tiene certeza de su culminación y qué otros cambios se podrían presentar, por lo que la última entrega de este tema, se enfocará a los cambios sustanciales que se perciben.

  • *Consejero Electoral
  • Edgar Alfonso Aldave Aguilar*

Todos tenemos una concepción de revolución, la mayoría lo asociamos a movimientos armados pero no reparamos en el fin como tal, que es un cambio, la Real Academia Española lo considera profundo y “generalmente violento”, y que se da, entre otras, en las estructuras políticas de un país. Además de ser un profundo cambio, también se interpreta como rápido.

Así, en pláticas de sobremesa o informales he escuchado muchas veces el “hay que hacer una revolución”, para referirse a manifestaciones y exigencias enérgicas, principalmente al gobierno, por hechos o actos que inciden, de manera directa o no, a la vida de una gran mayoría de la población y que entrañan de manera implícita un cambio.

Pero ¿qué pasa cuando ese cambio profundo y acelerado se presenta como hecho natural, cuando la voluntad del hombre no interviene?; es ahí cuando me permito ocupar la palabra revolución en concordancia con los elementos que constituyen a la misma: Es un cambio profundo porque permite percibir a la realidad de manera completamente distinta a como se percibía; es un cambio rápido porque en muy poco tiempo se ha generado cambios estructurales en la vida política del país, podemos consultarlo con el estado de Hidalgo; ya que es un cambio generalmente violento porque se da contra la voluntad tanto de la ciudadanía como las instituciones de gobierno; y por último, es un cambio a las estructuras políticas, ya que las instituciones encargadas de las elecciones locales y nacional, deben adecuarse a esta realidad.

Para su servidor, a diferencia de otros comentarios, no creo estemos en guerra contra un virus; ocupo la palabra revolución como la evolución acelerada y profunda de nuestras instituciones y forma de vida en general; si, por un agente externo, pero que éste no tiene la capacidad de competir de manera volitiva y nosotros no “luchamos”, buscamos soluciones de salud.

Una vez explicado el título de este artículo y relacionado con la primera parte, es importante establecer que el Instituto Tlaxcalteca de Elecciones se adecúa a la realidad que vivimos, este cambio profundo se ha abordado potenciando sus alternativas, buscando soluciones al confinamiento obligatorio.

En alguna otra participación en este espacio, afirmé que este año es electoral y no me retracto, pues a pesar de las determinaciones de las autoridades federales y estatales en materia de la contingencia sanitaria, este Instituto tomó previsiones para seguir trabajando en modalidad a distancia, privilegiando la preparación de diversos actos para el proceso electoral 2020-2021 en nuestro Estado.

Considero que el trabajo a distancia es una novedad en México, no solo en las instituciones administrativas electorales, pero el uso de las tecnologías de la información y comunicación ha permitido el avance de diversas actividades que no requieren propiamente el trabajo presencial y que al momento, de manera satisfactoria se cuenta con un gran avance en temas de elaboración de documentos normativos y de capacitación.

Aunado a ello, se prioriza el desarrollo de sistemas informáticos como el de cómputo de votos y registro de candidaturas, manuales de difusión y promoción del voto, y adecuando los programas de educación y cultura cívica; es decir: #Eltrabajocontinúa …desde casa.

Por último, como toda revolución si bien su cambio es acelerado, no se tiene certeza de su culminación y qué otros cambios se podrían presentar, por lo que la última entrega de este tema, se enfocará a los cambios sustanciales que se perciben.

  • *Consejero Electoral