/ jueves 25 de noviembre de 2021

Espacio TET | Consideraciones sociológicas sobre los partidos políticos

  • Miguel Nava Xochitiotzi*

Todos los seres humanos, por naturaleza, buscamos nuestra propia supervivencia. Esta afirmación entraña la individualidad como atributo sustancial de cada persona, pero de forma simultánea, al coexistir con otros individuos, emerge la dimensión social de la vida y la búsqueda del bien común.

En la obra “El contrato social: o los principios del derecho político”, el filósofo Jean-Jacques Rosseau reflexionó que la expresión de la voluntad general en forma de interés social es el único y legítimo origen de la autoridad del Estado. Postuló que el orden y protección del Estado hacia los individuos que pertenecen a él, justifica el abandono de libertades de los ciudadanos.

El concepto “contrato social” instituido por el mencionado filósofo, reside en el ámbito de la política, porque las dinámicas relativas a la interacción de voluntades inevitablemente desembocan en el ejercicio y administración del poder.

Ahora bien, en un sistema democrático moderno, un aspecto parcial del poder se encuentra en los partidos políticos; entidades creadas por personas que se sienten representadas con la búsqueda de un objetivo (consensuado por el propio grupo), y el interés general de organizarse por las mismas causas.

Realizo un paréntesis para citar a Gonzalo Elozondo Breedy, quien sostuvo lo siguiente:

En su seno los partidos políticos pueden mantener sectores unidos bajo la misma bandera, pero con diferencias en el modo de apreciar y valorar alguno o algunos de los temas supra mencionados. Son estos los materiales y las contradicciones que sirven para alentar la discusión en los Congresos Ideológicos (…)

Los partidos políticos se vuelven entonces promotores para la lucha social, representantes que ofrecen a otros electores su ideología a fin de obtener su apoyo y posicionarse en cargos gubernamentales.

  • Me atrevo a definir a estas instituciones como “células democráticas”, porque en ellas, cada uno de los miembros tiene la oportunidad de designar a quien o quienes ocupen las posiciones de autoridad.

Es por ello que el éxito en su función representativa depende de que los procesos internos para delegar la autoridad, se desarrollen de manera limpia y transparente, con la participación de todas las personas del grupo en igualdad de condiciones.

Finalmente, la existencia de los partidos políticos como agentes de pensamiento y canales para la participación política de las personas que los conforman, refleja el reconocimiento de las diferencias y ponen énfasis en la construcción de una vía para la convivencia pacífica entre los seres humanos.

  • * Magistrado del Tribunal / Electoral de Tlaxcala
  • Miguel Nava Xochitiotzi*

Todos los seres humanos, por naturaleza, buscamos nuestra propia supervivencia. Esta afirmación entraña la individualidad como atributo sustancial de cada persona, pero de forma simultánea, al coexistir con otros individuos, emerge la dimensión social de la vida y la búsqueda del bien común.

En la obra “El contrato social: o los principios del derecho político”, el filósofo Jean-Jacques Rosseau reflexionó que la expresión de la voluntad general en forma de interés social es el único y legítimo origen de la autoridad del Estado. Postuló que el orden y protección del Estado hacia los individuos que pertenecen a él, justifica el abandono de libertades de los ciudadanos.

El concepto “contrato social” instituido por el mencionado filósofo, reside en el ámbito de la política, porque las dinámicas relativas a la interacción de voluntades inevitablemente desembocan en el ejercicio y administración del poder.

Ahora bien, en un sistema democrático moderno, un aspecto parcial del poder se encuentra en los partidos políticos; entidades creadas por personas que se sienten representadas con la búsqueda de un objetivo (consensuado por el propio grupo), y el interés general de organizarse por las mismas causas.

Realizo un paréntesis para citar a Gonzalo Elozondo Breedy, quien sostuvo lo siguiente:

En su seno los partidos políticos pueden mantener sectores unidos bajo la misma bandera, pero con diferencias en el modo de apreciar y valorar alguno o algunos de los temas supra mencionados. Son estos los materiales y las contradicciones que sirven para alentar la discusión en los Congresos Ideológicos (…)

Los partidos políticos se vuelven entonces promotores para la lucha social, representantes que ofrecen a otros electores su ideología a fin de obtener su apoyo y posicionarse en cargos gubernamentales.

  • Me atrevo a definir a estas instituciones como “células democráticas”, porque en ellas, cada uno de los miembros tiene la oportunidad de designar a quien o quienes ocupen las posiciones de autoridad.

Es por ello que el éxito en su función representativa depende de que los procesos internos para delegar la autoridad, se desarrollen de manera limpia y transparente, con la participación de todas las personas del grupo en igualdad de condiciones.

Finalmente, la existencia de los partidos políticos como agentes de pensamiento y canales para la participación política de las personas que los conforman, refleja el reconocimiento de las diferencias y ponen énfasis en la construcción de una vía para la convivencia pacífica entre los seres humanos.

  • * Magistrado del Tribunal / Electoral de Tlaxcala