/ martes 14 de julio de 2020

Espacio TET | Internet, un nuevo derecho fundamental

  • Luis Manuel Muñoz Cuahutle

Las relaciones sociales que se construyen en el marco de Internet, actualmente ya son componentes importantes para intercambiar información y conocimiento que, a su vez, son elementos clave en un Estado democrático. Hoy la red constituye un medio que permite el ejercicio efectivo de diversos derechos humanos.

Al respecto, el profesor español Moisés Barrio explica que la red actúa eficazmente como un instrumento para favorecer la presencia y la participación activa de las personas dentro de la sociedad, fomentando la inclusión social; además, tiene el potencial concreto de ser un lugar que valora la libertad personal y los derechos individuales al ser un espacio donde la gente pueda expresar y compartir sus opiniones con menos posibilidades y riesgos de ser excluida por lo que piensan, dicen o hacen e, inclusive, que los derechos políticos -como los de reunión, asociación, sufragio activo y pasivo-, así como los derechos de la ciudadanía en la nueva administración electrónica quedan estimulados por Internet hacia continuas vías de desarrollo dentro de lo que se denomina e-government.

La Red permite ejercer diversos derechos, lo cual se ha potenciado en la “nueva normalidad” derivado de la pandemia que vivimos, pues ahora se muestra su alcance habilitador para ejercicio a derechos como la educación y el acceso a la justicia.

Así, se proyecta en la sociedad como un elemento esencial para su desarrollo y como una prerrogativa fundamental de la ciudadanía al ser, por sus alcances, una condición para el pleno desarrollo individual y social de las personas. Moisés Barrio dice que debe ser entendido no sólo como un derecho a estar técnicamente conectado a la Red, sino como expresión de una diferente manera de ser de la ciudadanía en ambos mundos, físico y virtual.

En ese sentido, Internet debe reconocerse como un derecho fundamental, pues sin su efectivo acceso y disfrute, más en las circunstancias actuales, no puede sostenerse que existe una verdadera garantía de igualdad para el ejercicio de los diversos derechos que se reconocen en nuestra Constitución.

En 2012, el Consejo de Derechos Humanos sobre la promoción y la protección de la libertad de expresión en Internet, sugirió que los estados deben hacer lo posible por cerrar las múltiples formas de la brecha digital, e instó a facilitar el acceso a la información en Internet como herramienta para materializar ese derecho.

En México, la Segunda Sala de la SCJN, al resolver el Amparo Directo en Revisión 100/2012, reconoció a Internet como un servicio básico para el país, equiparable a la luz, agua, o drenaje, al considerar que, a través de la red, es posible tener al alcance información de todos niveles, lo que redunda en beneficio y progreso de la colectividad.

Así, garantizar el acceso a Internet es fundamental para el desarrollo de un país, y si bien en México con la reforma en telecomunicaciones de 2013, se reconoció como un derecho, aún existen retos que superar y respecto de los cuales no pueden ni deben dejar de ser objeto de políticas públicas.

Actualmente es amplio el sector que no tiene acceso a la Red, lo cual provoca que las brechas de desigualdad se amplíen y que, con los efectos del COVID-19, se han visto aumentadas respecto de ciertos derechos básicos que hoy son posibles mediante la red, como la educación. Por ello, lo plausible es que no se dejen de hacer los esfuerzos necesarios, para que, dentro de lo posible, en un futuro cercano se asegure a toda la ciudadanía un derecho cada vez más importante en su desarrollo personal, como para el progreso de la sociedad

  • * Magistrado del Tribunal Electoral de Tlaxcala
  • Luis Manuel Muñoz Cuahutle

Las relaciones sociales que se construyen en el marco de Internet, actualmente ya son componentes importantes para intercambiar información y conocimiento que, a su vez, son elementos clave en un Estado democrático. Hoy la red constituye un medio que permite el ejercicio efectivo de diversos derechos humanos.

Al respecto, el profesor español Moisés Barrio explica que la red actúa eficazmente como un instrumento para favorecer la presencia y la participación activa de las personas dentro de la sociedad, fomentando la inclusión social; además, tiene el potencial concreto de ser un lugar que valora la libertad personal y los derechos individuales al ser un espacio donde la gente pueda expresar y compartir sus opiniones con menos posibilidades y riesgos de ser excluida por lo que piensan, dicen o hacen e, inclusive, que los derechos políticos -como los de reunión, asociación, sufragio activo y pasivo-, así como los derechos de la ciudadanía en la nueva administración electrónica quedan estimulados por Internet hacia continuas vías de desarrollo dentro de lo que se denomina e-government.

La Red permite ejercer diversos derechos, lo cual se ha potenciado en la “nueva normalidad” derivado de la pandemia que vivimos, pues ahora se muestra su alcance habilitador para ejercicio a derechos como la educación y el acceso a la justicia.

Así, se proyecta en la sociedad como un elemento esencial para su desarrollo y como una prerrogativa fundamental de la ciudadanía al ser, por sus alcances, una condición para el pleno desarrollo individual y social de las personas. Moisés Barrio dice que debe ser entendido no sólo como un derecho a estar técnicamente conectado a la Red, sino como expresión de una diferente manera de ser de la ciudadanía en ambos mundos, físico y virtual.

En ese sentido, Internet debe reconocerse como un derecho fundamental, pues sin su efectivo acceso y disfrute, más en las circunstancias actuales, no puede sostenerse que existe una verdadera garantía de igualdad para el ejercicio de los diversos derechos que se reconocen en nuestra Constitución.

En 2012, el Consejo de Derechos Humanos sobre la promoción y la protección de la libertad de expresión en Internet, sugirió que los estados deben hacer lo posible por cerrar las múltiples formas de la brecha digital, e instó a facilitar el acceso a la información en Internet como herramienta para materializar ese derecho.

En México, la Segunda Sala de la SCJN, al resolver el Amparo Directo en Revisión 100/2012, reconoció a Internet como un servicio básico para el país, equiparable a la luz, agua, o drenaje, al considerar que, a través de la red, es posible tener al alcance información de todos niveles, lo que redunda en beneficio y progreso de la colectividad.

Así, garantizar el acceso a Internet es fundamental para el desarrollo de un país, y si bien en México con la reforma en telecomunicaciones de 2013, se reconoció como un derecho, aún existen retos que superar y respecto de los cuales no pueden ni deben dejar de ser objeto de políticas públicas.

Actualmente es amplio el sector que no tiene acceso a la Red, lo cual provoca que las brechas de desigualdad se amplíen y que, con los efectos del COVID-19, se han visto aumentadas respecto de ciertos derechos básicos que hoy son posibles mediante la red, como la educación. Por ello, lo plausible es que no se dejen de hacer los esfuerzos necesarios, para que, dentro de lo posible, en un futuro cercano se asegure a toda la ciudadanía un derecho cada vez más importante en su desarrollo personal, como para el progreso de la sociedad

  • * Magistrado del Tribunal Electoral de Tlaxcala