/ jueves 17 de junio de 2021

Fuera de Agenda | Las visitas tienen prisa

Las alertas encendidas por el creciente problema de gobernabilidad en más del 30 por ciento del territorio mexicano, es un tema que se volvió prioritario para la administración estadounidense que encabeza Joe Biden.

Este fue un tema que quedó expuesto durante la visita la semana pasada de funcionarios de distinto nivel de los Estados Unidos a México. Con la vicepresidenta Kamala Harris el mensaje se centró sobre el problema de la crisis migratoria en Centroamérica y la forma en cómo planean ambos países hacerle frente.

Lo que no se dijo es que los Estados Unidos planean lanzar el equivalente a una Fuerza de Tarea Conjunta en Centroamérica, donde a México le tocaría operar un programa con fondos estadounidenses para aterrizar acciones con los gobiernos de Guatemala, Honduras y El Salvador bajo supervisión del gobierno norteamericano.

La gobernabilidad del país preocupa demasiado a los Estados Unidos porque afecta su seguridad nacional. Quedó de manifiesto con la información sobre el crecimiento de la narcopolítica en el país documentada por las distintas agencias de inteligencia estadounidenses.

Antes de la llegada de Harris, de forma inusual se dio a conocer la visita de un alto funcionario de la CIA, el subdirector David S. Cohen, quien solo se reunió con militares, los titulares de la Defensa Nacional, Marina y el Centro Nacional de Inteligencia.

Fuentes castrenses señalaron que un tema fueron los riesgos que han detectado de que células terroristas están tejiendo posibles alianzas con organizaciones de tráfico de drogas para ingresar a territorio norteamericano. Otro fueron los ciberataques de origen ruso.

El problema sobre el que se ha insistido es el margen de maniobra con que opera el autodenominado Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG), cuya expansión territorial, poder de fuego, manejo de recursos, uso de contrainteligencia criminal con grupos armados con formación paramilitar, ha crecido convirtiéndolo en una amenaza a la seguridad estadounidense.

Tras la visita de Cohen y Harris tocó turno a Alejandro Mayorkas, titular del Departamento de Seguridad Nacional estadounidense, cuya agenda pública se enfocó en la posible apertura de la frontera norte condicionada al avance de la vacunación en la región.

Mientras el funcionario estaba en el país el Departamento de Justicia anunciaba las órdenes de captura contra los líderes de uno de los grupos paramilitares que opera en Baja California para el CJNG conocidos como “los Cabos”. Fuentes militares reconocen que varios de sus integrantes tiene formación militar, estuvieron en servicio algunos se dieron de baja otros desertaron.

A ellos se les atribuye la ola violenta que se disparó en años recientes en Tijuana para abrir camino a la organización que encabeza Nemesio Oseguera Cervantes “el Mencho”.

El nombre del líder del CJNG ha salido a relucir en distintos encuentros entre funcionarios de seguridad de ambos países. Se ha convertido en prioridad para los Estados Unidos, saben dónde se esconde, quienes lo protegen y la forma en cómo el gobierno a través de la Guardia Nacional, el Ejército y la Marina se ha desentendido de su captura. La ruta para dar con él está definida, faltaría ver si se concreta.

Las alertas encendidas por el creciente problema de gobernabilidad en más del 30 por ciento del territorio mexicano, es un tema que se volvió prioritario para la administración estadounidense que encabeza Joe Biden.

Este fue un tema que quedó expuesto durante la visita la semana pasada de funcionarios de distinto nivel de los Estados Unidos a México. Con la vicepresidenta Kamala Harris el mensaje se centró sobre el problema de la crisis migratoria en Centroamérica y la forma en cómo planean ambos países hacerle frente.

Lo que no se dijo es que los Estados Unidos planean lanzar el equivalente a una Fuerza de Tarea Conjunta en Centroamérica, donde a México le tocaría operar un programa con fondos estadounidenses para aterrizar acciones con los gobiernos de Guatemala, Honduras y El Salvador bajo supervisión del gobierno norteamericano.

La gobernabilidad del país preocupa demasiado a los Estados Unidos porque afecta su seguridad nacional. Quedó de manifiesto con la información sobre el crecimiento de la narcopolítica en el país documentada por las distintas agencias de inteligencia estadounidenses.

Antes de la llegada de Harris, de forma inusual se dio a conocer la visita de un alto funcionario de la CIA, el subdirector David S. Cohen, quien solo se reunió con militares, los titulares de la Defensa Nacional, Marina y el Centro Nacional de Inteligencia.

Fuentes castrenses señalaron que un tema fueron los riesgos que han detectado de que células terroristas están tejiendo posibles alianzas con organizaciones de tráfico de drogas para ingresar a territorio norteamericano. Otro fueron los ciberataques de origen ruso.

El problema sobre el que se ha insistido es el margen de maniobra con que opera el autodenominado Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG), cuya expansión territorial, poder de fuego, manejo de recursos, uso de contrainteligencia criminal con grupos armados con formación paramilitar, ha crecido convirtiéndolo en una amenaza a la seguridad estadounidense.

Tras la visita de Cohen y Harris tocó turno a Alejandro Mayorkas, titular del Departamento de Seguridad Nacional estadounidense, cuya agenda pública se enfocó en la posible apertura de la frontera norte condicionada al avance de la vacunación en la región.

Mientras el funcionario estaba en el país el Departamento de Justicia anunciaba las órdenes de captura contra los líderes de uno de los grupos paramilitares que opera en Baja California para el CJNG conocidos como “los Cabos”. Fuentes militares reconocen que varios de sus integrantes tiene formación militar, estuvieron en servicio algunos se dieron de baja otros desertaron.

A ellos se les atribuye la ola violenta que se disparó en años recientes en Tijuana para abrir camino a la organización que encabeza Nemesio Oseguera Cervantes “el Mencho”.

El nombre del líder del CJNG ha salido a relucir en distintos encuentros entre funcionarios de seguridad de ambos países. Se ha convertido en prioridad para los Estados Unidos, saben dónde se esconde, quienes lo protegen y la forma en cómo el gobierno a través de la Guardia Nacional, el Ejército y la Marina se ha desentendido de su captura. La ruta para dar con él está definida, faltaría ver si se concreta.