/ jueves 23 de julio de 2020

Fuera de Agenda | “Penicilina” en aduanas y puertos

Al interior de las fuerzas armadas les dicen los “penicilinos”, el rasgo que tienen en común es que son graduados de la Escuela Superior de Guerra como Diplomados de Estado Mayor (DEM). El sobrenombre viene de los años setenta y tuvo su auge en los ochenta y noventa cuando en el Ejército, Fuerza Aérea y posteriomente en la Armada, los “diplomados” acapararon todos los cargos. Se decía que eran los mas capaces para todo, donde los pusieran funcionaban, casi como una cura milagrosa como en su momento se pensó de la penicilina.

En la actualidad los oficiales DEM, algunos bien preparados y más capaces que otros con menor talento, acaparan los principales cargos en el servicio activo de las fuerzas armadas. El mito de que son buenos para todo sigue presente en el imaginario de la clase política, no pierde vigencia el dicho de que basta con la discplina castrense para asumir que responderán bien a los retos que se les presenten.

El pasado viernes 17 de julio en el puerto de Manzanillo, el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció que integrantes de las fuerzas armadas se harán cargo de la administración de puertos y aduanas, debido al “mal manejo”, la corrupción que impera y que deriva en el alto volumen de tráfico de drogas y armas que se refleja en una mayor incidencia delicitva que se vive no sólo en Colima.

El presidente apuesta de nuevo por los militares como la respuesta para un problema estructural que viene de hace muchos años. El ejemplo del robo de combustible podría servir para ilustrar lo que pasa cuando un militar se hace cargo.

Desde que en febrero pasado el general de brigada (DEM) Pedro Almazán Cervantes fue nombrado subdirector de Salvaguarda Estratégica de Pemex, encargado de evitar el robo de combustible, una serie de sucesos con sospechas de malos manejos han llamado la atención.

Almazán arrastra una serie de acusaciones por corrupción hechas por sus subalternos cuando fue titular de la Secretaría de Seguridad Pública entre 2014 y 2018 en Guerrero. Su paso posterior por la Guardia Nacional en Puebla también motivó quejas de algunos oficiales de la corporación.

El general Almazán dejó entrever ya que quiere su tajada del enorme pastel que representa la seguridad estratégica en Pemex. No se podría entender de otra manera cuando ordenó impedir el mantenimiento del sistema de vigilancia, detener pagos a proveedores y despedir personal calificado para labores muy técnicas. El reporte que se conoció es de la terminal marítima de Dos Bocas, en Tabasco, pero se mencionan otros inmuebles de la paraestatal donde sucede lo mismo.

Su apuesta es cambiar de proveedores, dar de alta a empresas de seguridad “cercanas” y aplicar cobros como en su momento, según denuncias, se hizo en Guerrero.

Se sabe que a Almazán lo “recomendó” para su actual cargo su colega el general retirado Audomaro Martinez Zapata, paisano del presidente y titular del Centro Nacional de Inteligencia. Ya lo dijo López Obrador, en aduanas y puertos no importará el costo de la curva de aprendizaje, se nombrará quienes vengan “recomendados” desde las secretarías de la Defensa Nacional y Marina.

Al interior de las fuerzas armadas les dicen los “penicilinos”, el rasgo que tienen en común es que son graduados de la Escuela Superior de Guerra como Diplomados de Estado Mayor (DEM). El sobrenombre viene de los años setenta y tuvo su auge en los ochenta y noventa cuando en el Ejército, Fuerza Aérea y posteriomente en la Armada, los “diplomados” acapararon todos los cargos. Se decía que eran los mas capaces para todo, donde los pusieran funcionaban, casi como una cura milagrosa como en su momento se pensó de la penicilina.

En la actualidad los oficiales DEM, algunos bien preparados y más capaces que otros con menor talento, acaparan los principales cargos en el servicio activo de las fuerzas armadas. El mito de que son buenos para todo sigue presente en el imaginario de la clase política, no pierde vigencia el dicho de que basta con la discplina castrense para asumir que responderán bien a los retos que se les presenten.

El pasado viernes 17 de julio en el puerto de Manzanillo, el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció que integrantes de las fuerzas armadas se harán cargo de la administración de puertos y aduanas, debido al “mal manejo”, la corrupción que impera y que deriva en el alto volumen de tráfico de drogas y armas que se refleja en una mayor incidencia delicitva que se vive no sólo en Colima.

El presidente apuesta de nuevo por los militares como la respuesta para un problema estructural que viene de hace muchos años. El ejemplo del robo de combustible podría servir para ilustrar lo que pasa cuando un militar se hace cargo.

Desde que en febrero pasado el general de brigada (DEM) Pedro Almazán Cervantes fue nombrado subdirector de Salvaguarda Estratégica de Pemex, encargado de evitar el robo de combustible, una serie de sucesos con sospechas de malos manejos han llamado la atención.

Almazán arrastra una serie de acusaciones por corrupción hechas por sus subalternos cuando fue titular de la Secretaría de Seguridad Pública entre 2014 y 2018 en Guerrero. Su paso posterior por la Guardia Nacional en Puebla también motivó quejas de algunos oficiales de la corporación.

El general Almazán dejó entrever ya que quiere su tajada del enorme pastel que representa la seguridad estratégica en Pemex. No se podría entender de otra manera cuando ordenó impedir el mantenimiento del sistema de vigilancia, detener pagos a proveedores y despedir personal calificado para labores muy técnicas. El reporte que se conoció es de la terminal marítima de Dos Bocas, en Tabasco, pero se mencionan otros inmuebles de la paraestatal donde sucede lo mismo.

Su apuesta es cambiar de proveedores, dar de alta a empresas de seguridad “cercanas” y aplicar cobros como en su momento, según denuncias, se hizo en Guerrero.

Se sabe que a Almazán lo “recomendó” para su actual cargo su colega el general retirado Audomaro Martinez Zapata, paisano del presidente y titular del Centro Nacional de Inteligencia. Ya lo dijo López Obrador, en aduanas y puertos no importará el costo de la curva de aprendizaje, se nombrará quienes vengan “recomendados” desde las secretarías de la Defensa Nacional y Marina.