/ viernes 8 de noviembre de 2019

Hermoso arreglo floral del municipio

El visitante que acuda al edificio de la presidencia municipal de Tlaxcala encontrará la pequeña fuente adornada con flores que, por su composición artística, resaltan a simple vista los vivos colores de la obra de arte. Lo que es bello es admirable, lo que es limpio es aceptado, lo que tiene orden es considerado por el observador y sirve de ejemplo para muchos visitantes.

El visitante, propio o extraño, que acuda con la curiosidad de conocer las pinturas murales que dejó el pintor Xochitiotzin, no solo se llevará la impresión del tipo de mural, sino que aprenderá lo reseñado por la historia precortesiana y colonial de la nación tlaxcalteca (como fue nombrada por el cronista Bernal Díaz del Castillo), y la descripción realizada por el mestizo Diego Muñoz Camargo, los murales del Palacio de Gobierno son libros condensados con figuras, muchas de ellas imaginarias o basadas en la Historia de Tlaxcala, en síntesis: son un tesoro cultural.

Las obras materiales dirigidas por españoles pero construidas con fuerza y destreza indígena, desde la Capilla Abierta, El Convento Franciscano, que aportó a la par que la religión, la industrialización de los productos autóctonos, los frailes que compartieron el trabajo y la comida con los indígenas. Ellos debieron permanecer todavía, serían muy útiles a la sociedad como siempre ha sido su filosofía de vida. Las iglesias católicas como la de “San José”, sita en la pequeña ciudad tlaxcalteca y… ¿por qué no mencionar a la edificación de la iglesia de Ocotlan? Todas ellas admirables tanto en su exterior como en su interior. Tlaxcala, como todos los pueblos y naciones precortesianas han dejado huella de su cultura. Sus raíces prevalecen, ello se ratifica con la pasada festividad del “Día de Muertos” y los disfraces de “La Catrina”, Mictecacihuatl (La dama de la Muerte).

De los tres estados de la República: Aguascalientes, Colima y Tlaxcala, la ciudad más pequeña de ellos es la de nuestro Estado, de hecho se encuentra entre los cerros y el Río Zahuapan, está en una hondonada, las otras ciudades son más grandes y mejor cuidadas desde el punto de vista presentación material, lo que nuestra ciudad no tiene.

A los ciudadanos de la capital del estado les gustaría presentar a la pequeña ciudad bien organizada, limpia en su totalidad, tener el servicio de calles bien hechas, iluminación pública adecuada, semáforos instalados en donde la necesidad esté presente, espacios para estacionarse sin pago alguno, drenaje propio para aguas pluviales y el correspondiente de aguas negras, un río con agua clara, regulada la circulación del transporte público, servicio de vigilancia constante de las policías.

A la ciudadanía citadina desea que su pequeña ciudad luciera como el arreglo floral de la pequeña fuente que se exhibe en el Palacio Municipal, pero… hay calles que son repulsivas al conductor de vehículos y también al peatón por presentar baches y basura. Como ejemplo está la que corre paralela al Sahuapan, donde el contratista municipal ordena rellenar con pedrería pintada de negro al piso de adoquín, relleno que quita la lluvia. Debajo del puente Rojo que se inunda por azolve de la tierra que ordenan utilizar para tapar a los baches. El espacio para los consumidores de productos expendidos en el mercado dispuesto por el gobierno del Lic. Emilio Sánchez Piedras, ahora negocio del Municipio. Hace unos cinco gobiernos municipales dispusieron que las combis del servicio público transitara, por ambas calles adyacentes al Sahuapan y que ahora el actual gobierno municipal ha permitido el tránsito a camiones y combis de pasajeros por la calle Allende, frente al Palacio Legislativo. La inundación por aguas negras en el centro de la ciudad, frente al Palacio de Gobierno y Presidencia Municipal, cuando hace dos trienios municipales no había ocurrido. Las calles contaminadas por combis que al parecer son chimeneas horizontales, además algunas de ellas sin placas. Semáforos pintados de café (inapropiado), y otros que han sido derribados y no repuestos.

Preguntas que se imponen: ¿por qué obteniendo tanto impuesto por renta de piso de las calles y banquetas de la ciudad, no la arreglan?

Es deseable una ciudad con presentación de una fuente adornada con bellas flores. ¿Llegará el día?

El visitante que acuda al edificio de la presidencia municipal de Tlaxcala encontrará la pequeña fuente adornada con flores que, por su composición artística, resaltan a simple vista los vivos colores de la obra de arte. Lo que es bello es admirable, lo que es limpio es aceptado, lo que tiene orden es considerado por el observador y sirve de ejemplo para muchos visitantes.

El visitante, propio o extraño, que acuda con la curiosidad de conocer las pinturas murales que dejó el pintor Xochitiotzin, no solo se llevará la impresión del tipo de mural, sino que aprenderá lo reseñado por la historia precortesiana y colonial de la nación tlaxcalteca (como fue nombrada por el cronista Bernal Díaz del Castillo), y la descripción realizada por el mestizo Diego Muñoz Camargo, los murales del Palacio de Gobierno son libros condensados con figuras, muchas de ellas imaginarias o basadas en la Historia de Tlaxcala, en síntesis: son un tesoro cultural.

Las obras materiales dirigidas por españoles pero construidas con fuerza y destreza indígena, desde la Capilla Abierta, El Convento Franciscano, que aportó a la par que la religión, la industrialización de los productos autóctonos, los frailes que compartieron el trabajo y la comida con los indígenas. Ellos debieron permanecer todavía, serían muy útiles a la sociedad como siempre ha sido su filosofía de vida. Las iglesias católicas como la de “San José”, sita en la pequeña ciudad tlaxcalteca y… ¿por qué no mencionar a la edificación de la iglesia de Ocotlan? Todas ellas admirables tanto en su exterior como en su interior. Tlaxcala, como todos los pueblos y naciones precortesianas han dejado huella de su cultura. Sus raíces prevalecen, ello se ratifica con la pasada festividad del “Día de Muertos” y los disfraces de “La Catrina”, Mictecacihuatl (La dama de la Muerte).

De los tres estados de la República: Aguascalientes, Colima y Tlaxcala, la ciudad más pequeña de ellos es la de nuestro Estado, de hecho se encuentra entre los cerros y el Río Zahuapan, está en una hondonada, las otras ciudades son más grandes y mejor cuidadas desde el punto de vista presentación material, lo que nuestra ciudad no tiene.

A los ciudadanos de la capital del estado les gustaría presentar a la pequeña ciudad bien organizada, limpia en su totalidad, tener el servicio de calles bien hechas, iluminación pública adecuada, semáforos instalados en donde la necesidad esté presente, espacios para estacionarse sin pago alguno, drenaje propio para aguas pluviales y el correspondiente de aguas negras, un río con agua clara, regulada la circulación del transporte público, servicio de vigilancia constante de las policías.

A la ciudadanía citadina desea que su pequeña ciudad luciera como el arreglo floral de la pequeña fuente que se exhibe en el Palacio Municipal, pero… hay calles que son repulsivas al conductor de vehículos y también al peatón por presentar baches y basura. Como ejemplo está la que corre paralela al Sahuapan, donde el contratista municipal ordena rellenar con pedrería pintada de negro al piso de adoquín, relleno que quita la lluvia. Debajo del puente Rojo que se inunda por azolve de la tierra que ordenan utilizar para tapar a los baches. El espacio para los consumidores de productos expendidos en el mercado dispuesto por el gobierno del Lic. Emilio Sánchez Piedras, ahora negocio del Municipio. Hace unos cinco gobiernos municipales dispusieron que las combis del servicio público transitara, por ambas calles adyacentes al Sahuapan y que ahora el actual gobierno municipal ha permitido el tránsito a camiones y combis de pasajeros por la calle Allende, frente al Palacio Legislativo. La inundación por aguas negras en el centro de la ciudad, frente al Palacio de Gobierno y Presidencia Municipal, cuando hace dos trienios municipales no había ocurrido. Las calles contaminadas por combis que al parecer son chimeneas horizontales, además algunas de ellas sin placas. Semáforos pintados de café (inapropiado), y otros que han sido derribados y no repuestos.

Preguntas que se imponen: ¿por qué obteniendo tanto impuesto por renta de piso de las calles y banquetas de la ciudad, no la arreglan?

Es deseable una ciudad con presentación de una fuente adornada con bellas flores. ¿Llegará el día?