/ lunes 20 de junio de 2022

Hoy tengo que decirte, papá

En México hay 21.2 millones de hombres de 15 años y más que son padres. El 93.5% están casados o viven en unión libre 5.9% están separados divorciados o viudos y sólo el cero 5% son padres solteros; cifra lejana del 29% que esto representa en las mujeres. Sólo por poner algunas cifras: los hombres dedican 6 horas a la semana a cuidar niños de 0 a 5 años, contra las 14.6 que dedican las mujeres.


Pocos, pero muy valientes hombres, enfrentan solos esta formidable labor que es la crianza y que nos sostiene como sociedad. Sin embargo, es innegable que las relaciones y posiciones familiares, sociales, económicas y políticas están cambiando y con la reformulación del ser padre se busca en este siglo XXI, un equilibrio en el contexto de la familia. La corresponsabilidad en la educación y crianza se hace más frecuente y mejor vista socialmente. Esto significa la continua presencia paterna en la familia, que la contribución económica para el sostenimiento y las tareas del hogar cada vez sea más igualitaria por ambas partes. Este modelo de padres comprometidos e igualitarios construye figuras masculinas fundamentales para avanzar hacia una sociedad más pacífica y con menos problemas de relaciones sociales.


Las nuevas masculinidades permiten el ejercicio pleno de la paternidad activa y responsable. Paternar significa a los hombres que acompañan a sus parejas desde el embarazo y se involucran en la convivencia de actividades de sus hijas e hijos, que asumen que los compromisos se comparten, que construyen relaciones armónicas al interior del hogar rompiendo con los modelos asignados a hombre y mujer. La sociedad exige a las maternidades y las paternidades igualdad en derechos y obligaciones. Estos hombres modernos que aman y exhiben orgullosamente su amor por sus hijas e hijos rompieron con los patrones tradicionales machistas donde el padre solo se veía como una figura de proveeduría lejana y temida.


Hay todavía obstáculos para que la paternidad activa sea plena. El más importante de ellos, el machismo: creer que el cuidado de las hijas e hijos corresponde a las mujeres y que el papa sólo es un ayudante. Así también, limitar el cariño de padre y no expresar emociones y sentimientos, creer que su presencia no es tan importante, el mal manejo del estrés, ser adicto al trabajo, tener conflictos constantes y de alta tensión con la madre de su progenie, violencia intrafamiliar tanto de pareja como maltrato infantil, distractores cuando llegan a casa que dificultan estar presentes y vigentes en su paternidad como la televisión, computadora, celular y por supuesto, no estar atento a las necesidades, sueños y anhelos de hijas e hijos.


Los beneficios de tener un padre presente y afectivo son muchos; entre ellos, que aporta a hijas e hijos mayor autoestima, afina sus habilidades sociales, mejora su desempeño escolar, aprende herramientas para enfrentar la vida, su bienestar psicológico crece y por supuesto en el futuro asegura que sus hijos se conviertan en padres comprometidos y afectivos. Estos padres son hombres más realizados con su vida, favorecen una crianza respetuosa al cuidar y educar con buen trato y mantener un clima de diálogo y respeto con la familia, aseguran el sano desarrollo de sus hijas e hijos y por supuesto el vínculo será más sólido siempre y de mejor calidad.


Si tú eres papá y estás leyendo este texto, sábete que exactamente como trates a tu hija, así ella buscará el modelo de pareja en su futuro. ¿Quieres que sea bien tratada? Enséñale con buen trato que se lo merece y que nadie tiene el derecho de tratarle mal o con violencia. ¿Quieres que los hombres de su vida sean gentiles y educados? Muéstrale que no merece nada menos. ¿Quieres que tu hijo sea feliz, amado y productivo? Sé ese ejemplo de respeto y colaboración familiar que él seguirá en su vida adulta. Pide por favor, da gracias, impulsa sus sueños, ten detalles de gratitud, reconocimiento y amor; nada más, pero tampoco nada menos.


Es verdad que hijas e hijos se benefician profundamente de un padre integrado y participativo, pero ese beneficio es mutuo. Padres que pueden abrazar, besar, guiar, edificar vidas íntegras y plenas a su descendencia, son sin duda alguna, los hombres más felices del mundo. ¡Feliz día, papá!


En México hay 21.2 millones de hombres de 15 años y más que son padres. El 93.5% están casados o viven en unión libre 5.9% están separados divorciados o viudos y sólo el cero 5% son padres solteros; cifra lejana del 29% que esto representa en las mujeres. Sólo por poner algunas cifras: los hombres dedican 6 horas a la semana a cuidar niños de 0 a 5 años, contra las 14.6 que dedican las mujeres.


Pocos, pero muy valientes hombres, enfrentan solos esta formidable labor que es la crianza y que nos sostiene como sociedad. Sin embargo, es innegable que las relaciones y posiciones familiares, sociales, económicas y políticas están cambiando y con la reformulación del ser padre se busca en este siglo XXI, un equilibrio en el contexto de la familia. La corresponsabilidad en la educación y crianza se hace más frecuente y mejor vista socialmente. Esto significa la continua presencia paterna en la familia, que la contribución económica para el sostenimiento y las tareas del hogar cada vez sea más igualitaria por ambas partes. Este modelo de padres comprometidos e igualitarios construye figuras masculinas fundamentales para avanzar hacia una sociedad más pacífica y con menos problemas de relaciones sociales.


Las nuevas masculinidades permiten el ejercicio pleno de la paternidad activa y responsable. Paternar significa a los hombres que acompañan a sus parejas desde el embarazo y se involucran en la convivencia de actividades de sus hijas e hijos, que asumen que los compromisos se comparten, que construyen relaciones armónicas al interior del hogar rompiendo con los modelos asignados a hombre y mujer. La sociedad exige a las maternidades y las paternidades igualdad en derechos y obligaciones. Estos hombres modernos que aman y exhiben orgullosamente su amor por sus hijas e hijos rompieron con los patrones tradicionales machistas donde el padre solo se veía como una figura de proveeduría lejana y temida.


Hay todavía obstáculos para que la paternidad activa sea plena. El más importante de ellos, el machismo: creer que el cuidado de las hijas e hijos corresponde a las mujeres y que el papa sólo es un ayudante. Así también, limitar el cariño de padre y no expresar emociones y sentimientos, creer que su presencia no es tan importante, el mal manejo del estrés, ser adicto al trabajo, tener conflictos constantes y de alta tensión con la madre de su progenie, violencia intrafamiliar tanto de pareja como maltrato infantil, distractores cuando llegan a casa que dificultan estar presentes y vigentes en su paternidad como la televisión, computadora, celular y por supuesto, no estar atento a las necesidades, sueños y anhelos de hijas e hijos.


Los beneficios de tener un padre presente y afectivo son muchos; entre ellos, que aporta a hijas e hijos mayor autoestima, afina sus habilidades sociales, mejora su desempeño escolar, aprende herramientas para enfrentar la vida, su bienestar psicológico crece y por supuesto en el futuro asegura que sus hijos se conviertan en padres comprometidos y afectivos. Estos padres son hombres más realizados con su vida, favorecen una crianza respetuosa al cuidar y educar con buen trato y mantener un clima de diálogo y respeto con la familia, aseguran el sano desarrollo de sus hijas e hijos y por supuesto el vínculo será más sólido siempre y de mejor calidad.


Si tú eres papá y estás leyendo este texto, sábete que exactamente como trates a tu hija, así ella buscará el modelo de pareja en su futuro. ¿Quieres que sea bien tratada? Enséñale con buen trato que se lo merece y que nadie tiene el derecho de tratarle mal o con violencia. ¿Quieres que los hombres de su vida sean gentiles y educados? Muéstrale que no merece nada menos. ¿Quieres que tu hijo sea feliz, amado y productivo? Sé ese ejemplo de respeto y colaboración familiar que él seguirá en su vida adulta. Pide por favor, da gracias, impulsa sus sueños, ten detalles de gratitud, reconocimiento y amor; nada más, pero tampoco nada menos.


Es verdad que hijas e hijos se benefician profundamente de un padre integrado y participativo, pero ese beneficio es mutuo. Padres que pueden abrazar, besar, guiar, edificar vidas íntegras y plenas a su descendencia, son sin duda alguna, los hombres más felices del mundo. ¡Feliz día, papá!