/ lunes 9 de julio de 2018

La adaptación al nuevo mapa político

El pasado jueves, el gobernador Marco Mena dirigió un mensaje a los diversos sectores de la sociedad tlaxcalteca para fijar la posición de su administración de cara a la nueva geografía política de México.

El mandatario anticipó una relación de colaboración y de respeto institucional con el próximo gobierno federal. Señaló que no es tiempo de ánimos facciosos ni de ambiciones coyunturales, sino de reconocer el presente y poner al ciudadano en el centro, y como referente único, de toda decisión política.

Evidentemente, los resultados de la jornada electoral del 01 de julio son motivo de reflexión para entender que muchas estructuras y formas políticas se agotaron, y que el sistema de partidos ya no es suficiente para responder a las crecientes demandas de la ciudadanía.

El nuevo mapa político refleja cambios profundos. Hay una nueva condición de retos y de mucho trabajo que exige terminar con lo que ya no funciona. Y bajo este panorama, Marco Mena anticipó cambios en la estructura de gobierno por dos razones: porque se necesita revitalizar el trabajo de gobierno con más brío y estrategia, y porque hay funcionarios que merecen ser removidos por su falta de compromiso con el gobierno y su proyecto.

De esta manera, el titular del Ejecutivo estatal dio por iniciado un nuevo momento en su gestión: el momento del mérito, en el que la continuidad ya no funciona, en el que la actitud patrimonialista no tiene cabida, y en el que los apellidos y los linajes quedaron rebasados.

En el Centro de Convenciones de la capital, ante representantes de la clase política y empresarial, y de la sociedad civil, el Gobernador de Tlaxcala expresó que su administración se adaptará al nuevo entorno, y para ello, lo que toca al gobierno es hacer las cosas bien, actuando con mayor rapidez y modificando de tajo su manera de responder a la demanda social.

En este punto, llama la atención que el mandatario estatal haya anunciado el establecimiento de grupos ejecutivos de trabajo, integrados por los titulares de dependencias y funcionarios de diverso orden jerárquico, que serán personalmente presididos por él, mismos que funcionarán con base en proyectos y tareas muy concretas para evitar la dispersión de responsabilidades y la tardanza en su ejecución.

Entre los más importantes, mencionó los de Proyectos especiales de obra pública, Mejora de la economía de las familias, Atracción y conservación de inversiones, Desarrollo policial y equipamiento de seguridad, Mantenimiento y mejora de escuelas, Mantenimiento y mejora del funcionamiento de los Centros de Salud, Medidas concretas para la igualdad entre mujeres y hombres, Atención a productores del campo, Gasto – Financiamiento, Fiscalización y vigilancia del gasto, Mejora de atención al público y Gobierno abierto.

Si revisamos con atención, se trata de rubros relacionados directamente con las prioridades del Plan Estatal de Desarrollo, que ponen énfasis, no solo en la atención de las necesidades más sentidas de los tlaxcaltecas, sino también en el interés de modernizar el aparato gubernamental para que sea administrativa y operativamente más eficiente.

Sin duda, el mensaje de Marco Mena lo muestra como un político congruente y como un gobernante comprometido con la gente.

Seguramente, en próximas semanas veremos una administración que se mueva a paso acelerado, mejorando sus mecanismos de actuación, y refrescando sus cuadros en función de su eficacia y compromiso con el desempeño de su cargo.

Esa actitud y decisión suya de pensar a Tlaxcala en positivo promete ser el sello de una administración que se atreve a romper esquemas, empezando por el político.

El pasado jueves, el gobernador Marco Mena dirigió un mensaje a los diversos sectores de la sociedad tlaxcalteca para fijar la posición de su administración de cara a la nueva geografía política de México.

El mandatario anticipó una relación de colaboración y de respeto institucional con el próximo gobierno federal. Señaló que no es tiempo de ánimos facciosos ni de ambiciones coyunturales, sino de reconocer el presente y poner al ciudadano en el centro, y como referente único, de toda decisión política.

Evidentemente, los resultados de la jornada electoral del 01 de julio son motivo de reflexión para entender que muchas estructuras y formas políticas se agotaron, y que el sistema de partidos ya no es suficiente para responder a las crecientes demandas de la ciudadanía.

El nuevo mapa político refleja cambios profundos. Hay una nueva condición de retos y de mucho trabajo que exige terminar con lo que ya no funciona. Y bajo este panorama, Marco Mena anticipó cambios en la estructura de gobierno por dos razones: porque se necesita revitalizar el trabajo de gobierno con más brío y estrategia, y porque hay funcionarios que merecen ser removidos por su falta de compromiso con el gobierno y su proyecto.

De esta manera, el titular del Ejecutivo estatal dio por iniciado un nuevo momento en su gestión: el momento del mérito, en el que la continuidad ya no funciona, en el que la actitud patrimonialista no tiene cabida, y en el que los apellidos y los linajes quedaron rebasados.

En el Centro de Convenciones de la capital, ante representantes de la clase política y empresarial, y de la sociedad civil, el Gobernador de Tlaxcala expresó que su administración se adaptará al nuevo entorno, y para ello, lo que toca al gobierno es hacer las cosas bien, actuando con mayor rapidez y modificando de tajo su manera de responder a la demanda social.

En este punto, llama la atención que el mandatario estatal haya anunciado el establecimiento de grupos ejecutivos de trabajo, integrados por los titulares de dependencias y funcionarios de diverso orden jerárquico, que serán personalmente presididos por él, mismos que funcionarán con base en proyectos y tareas muy concretas para evitar la dispersión de responsabilidades y la tardanza en su ejecución.

Entre los más importantes, mencionó los de Proyectos especiales de obra pública, Mejora de la economía de las familias, Atracción y conservación de inversiones, Desarrollo policial y equipamiento de seguridad, Mantenimiento y mejora de escuelas, Mantenimiento y mejora del funcionamiento de los Centros de Salud, Medidas concretas para la igualdad entre mujeres y hombres, Atención a productores del campo, Gasto – Financiamiento, Fiscalización y vigilancia del gasto, Mejora de atención al público y Gobierno abierto.

Si revisamos con atención, se trata de rubros relacionados directamente con las prioridades del Plan Estatal de Desarrollo, que ponen énfasis, no solo en la atención de las necesidades más sentidas de los tlaxcaltecas, sino también en el interés de modernizar el aparato gubernamental para que sea administrativa y operativamente más eficiente.

Sin duda, el mensaje de Marco Mena lo muestra como un político congruente y como un gobernante comprometido con la gente.

Seguramente, en próximas semanas veremos una administración que se mueva a paso acelerado, mejorando sus mecanismos de actuación, y refrescando sus cuadros en función de su eficacia y compromiso con el desempeño de su cargo.

Esa actitud y decisión suya de pensar a Tlaxcala en positivo promete ser el sello de una administración que se atreve a romper esquemas, empezando por el político.

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