/ viernes 5 de junio de 2020

La experiencia dejará lección

El parte médico no ha determinado la conclusión de la actual epidemia que azota a nuestro país, por el contrario, la opinión científica no determina cuándo se pondrá fin al mal que ahora azota no solamente a la población mexicana sino a la mundial, sin embargo dicho mal mortal deja una nueva cultura que remediará o atenuará futuras calamidades que han minado la salud popular y, ella inicia su aplicación a nivel masivo con el impulso de las autoridades, mismas que se empiezan a aplicar, con las mascarillas, el aseo de manos, el manejo del dinero y alimentos así como la desinfección de lugares donde acuden personas para realizar compras en los mercados, trámites bancarios u oficiales ante instituciones gubernamentales y todos los lugares donde exista aglomeración que se convierta en foco de infección masiva, solo tomando precauciones debidas dictadas por los profesionales de la medicina será posible asegurar la salud popular.


Las ciudades no deben presentar lugares sucios, los municipios deben estar atentos a cumplir en sostener a una ciudad limpia empleando medios suficientes para defender a los ciudadanos de futuras enfermedades provocadas por insalubridad, descuido de la autoridad irresponsable.


La nueva cultura se debe imponer hasta en la comunidad más pequeña, dictando disposiciones a hogares para regular la presencia de perros sin la debida vacunación, alimentación, aseo y lugar para que vivan. Lo anterior es válido también para gatos. La autoridad no debe permitir animales mal alimentados y que sean tratados como corresponde el trato animal de un mundo civilizado.


En cuanto a la basura generada desde los comercios que expenden alimentos hasta los hogares deben recogerse con la debida clasificación, principalmente lo que es orgánico e inorgánico así como desechos tóxicos altamente venenosos.


Desgraciadamente la nueva cultura será impuesta con medidas coercitivas en tanto la población no aprenda a acatar las disposiciones hasta que éstas sean asimiladas como hábitos de carácter general y la población genere conciencia en la higienización, medio para coadyuvar al ambiente saludable.


Lo que se observa en la ciudad tlaxcalteca, hace faltan aplicar desinfectantes efectivos para evitar contagios del coronavirus, se ha descuidado la aplicación de aseo a los medios de transporte público, los que deben ser supervisados por autoridades sanitarias, a los dueños de las combis al servicio de transporte público están interesados en llenar de pasaje las unidades, importa en grado superlativo acumular ganancias y muy poco interés por la salud popular.


También corresponde a la autoridad municipal y estatal procurar aplicar desinfectantes en vehículos de transporte público, templos, y otros lugares de asistencia colectiva. Aplicar en esquinas de la ciudad que se ocupan como basureros; el lavado, así como la aplicación de fuertes insecticidas, práctica que en el pasado personal municipal ejercía, inclusive distribuía entre el personal de limpia urbana contenedores propios para recolectar basura, práctica salubre que ahora se ha abandonado, ello en detrimento de la salud ciudadana.


Los alimentos que se expenden a la vista del público deben ser resguardados de roedores los que está demostrado que son transmisores de enfermedades peligrosas, los que por antecedente no solamente son portadoras de rabia, sino también de microorganismos que han exterminado a pueblos enteros. En la pequeña capital tlaxcalteca no han podido exterminar las plagas de ratas, las que a diario se encuentran presentes en los jardines, tanto del centro de la ciudad (Zócalo) como en el que se encuentra frente al Palacio Legislativo, roedores que hacen acto de presencia durante la noche y día, sin que la autoridad correspondiente intervenga para terminar con esa plaga existente desde hace años, a pesar de tener el conocimiento reiterado por habitantes de la ciudad.

Si a ello aunamos otros focos de infección como es el drenaje de aguas negras las que han sido desviadas indebidamente las que ocupan el drenaje pluvial provocando azolve mismo que provoca inundaciones en el centro de la ciudad de Tlaxcala en época de lluvias temporaleras, las que dejan mantos de material que lleva agua sucia. No se sabe si la buena voluntad del Municipio alguna vez resuelva este grave problema.


El parte médico no ha determinado la conclusión de la actual epidemia que azota a nuestro país, por el contrario, la opinión científica no determina cuándo se pondrá fin al mal que ahora azota no solamente a la población mexicana sino a la mundial, sin embargo dicho mal mortal deja una nueva cultura que remediará o atenuará futuras calamidades que han minado la salud popular y, ella inicia su aplicación a nivel masivo con el impulso de las autoridades, mismas que se empiezan a aplicar, con las mascarillas, el aseo de manos, el manejo del dinero y alimentos así como la desinfección de lugares donde acuden personas para realizar compras en los mercados, trámites bancarios u oficiales ante instituciones gubernamentales y todos los lugares donde exista aglomeración que se convierta en foco de infección masiva, solo tomando precauciones debidas dictadas por los profesionales de la medicina será posible asegurar la salud popular.


Las ciudades no deben presentar lugares sucios, los municipios deben estar atentos a cumplir en sostener a una ciudad limpia empleando medios suficientes para defender a los ciudadanos de futuras enfermedades provocadas por insalubridad, descuido de la autoridad irresponsable.


La nueva cultura se debe imponer hasta en la comunidad más pequeña, dictando disposiciones a hogares para regular la presencia de perros sin la debida vacunación, alimentación, aseo y lugar para que vivan. Lo anterior es válido también para gatos. La autoridad no debe permitir animales mal alimentados y que sean tratados como corresponde el trato animal de un mundo civilizado.


En cuanto a la basura generada desde los comercios que expenden alimentos hasta los hogares deben recogerse con la debida clasificación, principalmente lo que es orgánico e inorgánico así como desechos tóxicos altamente venenosos.


Desgraciadamente la nueva cultura será impuesta con medidas coercitivas en tanto la población no aprenda a acatar las disposiciones hasta que éstas sean asimiladas como hábitos de carácter general y la población genere conciencia en la higienización, medio para coadyuvar al ambiente saludable.


Lo que se observa en la ciudad tlaxcalteca, hace faltan aplicar desinfectantes efectivos para evitar contagios del coronavirus, se ha descuidado la aplicación de aseo a los medios de transporte público, los que deben ser supervisados por autoridades sanitarias, a los dueños de las combis al servicio de transporte público están interesados en llenar de pasaje las unidades, importa en grado superlativo acumular ganancias y muy poco interés por la salud popular.


También corresponde a la autoridad municipal y estatal procurar aplicar desinfectantes en vehículos de transporte público, templos, y otros lugares de asistencia colectiva. Aplicar en esquinas de la ciudad que se ocupan como basureros; el lavado, así como la aplicación de fuertes insecticidas, práctica que en el pasado personal municipal ejercía, inclusive distribuía entre el personal de limpia urbana contenedores propios para recolectar basura, práctica salubre que ahora se ha abandonado, ello en detrimento de la salud ciudadana.


Los alimentos que se expenden a la vista del público deben ser resguardados de roedores los que está demostrado que son transmisores de enfermedades peligrosas, los que por antecedente no solamente son portadoras de rabia, sino también de microorganismos que han exterminado a pueblos enteros. En la pequeña capital tlaxcalteca no han podido exterminar las plagas de ratas, las que a diario se encuentran presentes en los jardines, tanto del centro de la ciudad (Zócalo) como en el que se encuentra frente al Palacio Legislativo, roedores que hacen acto de presencia durante la noche y día, sin que la autoridad correspondiente intervenga para terminar con esa plaga existente desde hace años, a pesar de tener el conocimiento reiterado por habitantes de la ciudad.

Si a ello aunamos otros focos de infección como es el drenaje de aguas negras las que han sido desviadas indebidamente las que ocupan el drenaje pluvial provocando azolve mismo que provoca inundaciones en el centro de la ciudad de Tlaxcala en época de lluvias temporaleras, las que dejan mantos de material que lleva agua sucia. No se sabe si la buena voluntad del Municipio alguna vez resuelva este grave problema.