/ lunes 15 de abril de 2019

La familia y sus valores

Estimados paisanos, los saluda su amigo Joel Molina Ramírez. En esta ocasión quiero compartir con ustedes una reflexión sobre la actitud que debemos asumir para salir adelante como sociedad y como país.

Hace unos días, se publicó a nivel nacional una encuesta que identificó a la familia como la institución en la que más confían los mexicanos, con un 87.3 %.

Este dato llamó mucho mi atención, porque considero que la familia es una parte fundamental de la vida de todos.

Es en la familia donde aprendemos los valores, como el respeto, la confianza y la humildad, así como la solidaridad, la fraternidad y la honestidad, que son necesarios para responder a los graves problemas que nos aquejan, como la inseguridad, la violencia y la corrupción.

Podemos ser felices y estar más satisfechos si actuamos en beneficio del prójimo, si como personas trabajamos también por la colonia, el pueblo o el país, como lo propone el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.

Nos hace falta mirarnos como familia, preocuparnos por los demás y hacer algo por ellos, como en un hogar.

Por eso es importante proteger y fortalecer a la familia, empezando por la formación de la niñez y la valorización de la mujer, como esposa, madre y profesionista, porque esta es la mejor manera de reconciliarnos y lograr los cambios que necesitamos, no solo en lo político y en lo económico, sino también en lo cultural y en lo social.

Buscar el bien común debe ser trabajo de todos.

Como Senador de la República, creo que las autoridades de los tres órdenes de gobierno, y los poderes, debemos coordinarnos mejor, y colaborar, desde el ámbito de nuestra responsabilidad, con las tareas gubernamentales, para hacer realidad el progreso con justicia.

Como Coordinador Estatal de Morena, pienso que es indispensable alejarnos del protagonismo y la confrontación con otras expresiones políticas, para dar lo mejor de sí y centrar nuestro esfuerzo en representarlos a ustedes, los ciudadanos, que son a quienes nos debemos y a quienes tenemos que ofrecer resultados.

Pero como maestro, opino que, para remediar los males sociales, como la delincuencia y las adicciones, debemos voltear a la educación de las niñas y los niños desde el nivel preescolar, a recuperar esa cultura de formación moral en los hogares, para tener una base social más fuerte y una ciudadanía diferente.

Por eso, en la Cámara Alta, aprobamos recientemente una reforma al Código Civil Federal que prohíbe el matrimonio infantil, para terminar con esta práctica que viola los derechos humanos de niñas, niños y adolescentes, y avalamos que el personal militar femenino pueda solicitar una licencia de maternidad, posterior al parto, en caso de que sus hijos hayan nacido con alguna discapacidad o requieran atención médica hospitalaria, haciendo justicia a un sector fundamental para las Fuerzas Armadas.

Hoy tenemos la oportunidad de dar valor a la ética democrática y a la vocación de servicio para lograr el renacimiento de México.

Hoy debemos rescatar los principios éticos y los valores humanos que rigen nuestra conducta en lo individual y en lo colectivo.

Promover una manera de vivir sustentada en los valores, en la idea de familia más allá del hogar, es lo que plantea la Cartilla Moral que difunde el Gobierno de México, al igual que la declaración de principios de nuestro partido.

Ambos documentos son coincidentes, y tienen un fin más noble que lo que políticamente se pueda calificar, porque nos invitan a reflexionar sobre una convivencia armónica que gire en torno a la pluralidad y la diversidad que distinguen a nuestra sociedad.

La vida política e institucional de México ha estado marcada por la corrupción y la simulación, pero con la participación democrática de los mexicanos, con sus principios y valores, podremos hacer realidad la transformación que queremos para nuestras familias y nuestros hijos.

Gracias por su atención.

Hasta la próxima entrega.

Estimados paisanos, los saluda su amigo Joel Molina Ramírez. En esta ocasión quiero compartir con ustedes una reflexión sobre la actitud que debemos asumir para salir adelante como sociedad y como país.

Hace unos días, se publicó a nivel nacional una encuesta que identificó a la familia como la institución en la que más confían los mexicanos, con un 87.3 %.

Este dato llamó mucho mi atención, porque considero que la familia es una parte fundamental de la vida de todos.

Es en la familia donde aprendemos los valores, como el respeto, la confianza y la humildad, así como la solidaridad, la fraternidad y la honestidad, que son necesarios para responder a los graves problemas que nos aquejan, como la inseguridad, la violencia y la corrupción.

Podemos ser felices y estar más satisfechos si actuamos en beneficio del prójimo, si como personas trabajamos también por la colonia, el pueblo o el país, como lo propone el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.

Nos hace falta mirarnos como familia, preocuparnos por los demás y hacer algo por ellos, como en un hogar.

Por eso es importante proteger y fortalecer a la familia, empezando por la formación de la niñez y la valorización de la mujer, como esposa, madre y profesionista, porque esta es la mejor manera de reconciliarnos y lograr los cambios que necesitamos, no solo en lo político y en lo económico, sino también en lo cultural y en lo social.

Buscar el bien común debe ser trabajo de todos.

Como Senador de la República, creo que las autoridades de los tres órdenes de gobierno, y los poderes, debemos coordinarnos mejor, y colaborar, desde el ámbito de nuestra responsabilidad, con las tareas gubernamentales, para hacer realidad el progreso con justicia.

Como Coordinador Estatal de Morena, pienso que es indispensable alejarnos del protagonismo y la confrontación con otras expresiones políticas, para dar lo mejor de sí y centrar nuestro esfuerzo en representarlos a ustedes, los ciudadanos, que son a quienes nos debemos y a quienes tenemos que ofrecer resultados.

Pero como maestro, opino que, para remediar los males sociales, como la delincuencia y las adicciones, debemos voltear a la educación de las niñas y los niños desde el nivel preescolar, a recuperar esa cultura de formación moral en los hogares, para tener una base social más fuerte y una ciudadanía diferente.

Por eso, en la Cámara Alta, aprobamos recientemente una reforma al Código Civil Federal que prohíbe el matrimonio infantil, para terminar con esta práctica que viola los derechos humanos de niñas, niños y adolescentes, y avalamos que el personal militar femenino pueda solicitar una licencia de maternidad, posterior al parto, en caso de que sus hijos hayan nacido con alguna discapacidad o requieran atención médica hospitalaria, haciendo justicia a un sector fundamental para las Fuerzas Armadas.

Hoy tenemos la oportunidad de dar valor a la ética democrática y a la vocación de servicio para lograr el renacimiento de México.

Hoy debemos rescatar los principios éticos y los valores humanos que rigen nuestra conducta en lo individual y en lo colectivo.

Promover una manera de vivir sustentada en los valores, en la idea de familia más allá del hogar, es lo que plantea la Cartilla Moral que difunde el Gobierno de México, al igual que la declaración de principios de nuestro partido.

Ambos documentos son coincidentes, y tienen un fin más noble que lo que políticamente se pueda calificar, porque nos invitan a reflexionar sobre una convivencia armónica que gire en torno a la pluralidad y la diversidad que distinguen a nuestra sociedad.

La vida política e institucional de México ha estado marcada por la corrupción y la simulación, pero con la participación democrática de los mexicanos, con sus principios y valores, podremos hacer realidad la transformación que queremos para nuestras familias y nuestros hijos.

Gracias por su atención.

Hasta la próxima entrega.