/ martes 8 de junio de 2021

La gran familia electoral mexicana

Nunca se miente tanto como antes de las elecciones

Otto Von Bismarck

Si usted votó: sabe perfectamente que a lo largo del tiempo ya votamos por el PAN-PVEM, ya votamos PRI-PVEM, ya votamos PT-PRD, ya votamos Morena-PVEM-PT-PES, ya votamos Independientes, ya votamos solo PVEM, ya sabemos cómo nos va con cada uno de ellos. Incluso sabemos, que todos han sido parte de uno, de dos, de más, pero siempre presentes en la gran familia electoral en torno a los puestos de elección.

Muy probablemente este 6 de junio votó pensando en las Refinerías, en el Tren Maya, en la rifa del avión y sus próximas ediciones, en el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, en el Tren Transístmico, en la alta recaudación de impuestos logrado por la SHCP, en el combate frontal al huachicol, en la detención de Emilio Lozoya, en los programas sociales como Sembrando Vidas, Jóvenes Construyendo y Escribiendo el Futuro, Becas para el Bienestar en Jóvenes, Personas Adultas Mayores y con Discapacidad o en las Tandas; en la austeridad republicana y hacer historia invirtiendo en fuentes de energía como el carbón y la gasolina. Así como con el impulso de hacer patria hostigando al resto de los poderes, gobernadores y la constitución.

Habrá quienes hayan también votado en esta jornada pensando en el cierre de las guarderías, en la cancelación del Aeropuerto Internacional, del fracaso de la Guardia Nacional, en el desabasto de medicamentos, en la catástrofe de la Línea Dorada 12 del Metro, en las políticas de migración, en la explosión de Tlahuelilpan y la guerra del huachicol, en la desaparición del Seguro Popular, en los estériles resultados económicos, en el mal manejo de la pandemia de la Covid-19, en las ocurrencias de "políticas" como los municipios de la esperanza y los "otros datos", en el rechazo al feminismo, en el repudio a las sociedad civil organizada, en el desprecio a la ciencia, en el abandono total de comunidades a sicarios, en las constantes extorsiones, al cierre de negocios y la pérdida de empleo y a los feminicidios. Incluso, votó pensando en rechazar una posible reelección presidencial porque llegado el momento, el pueblo así "podría" demandarlo.

No importa cuál sea su idiosincrasia, su religión, su estrato socioeconómico, su condición de género, su tono de piel, su raza, si es naturalizado o nacido en el país, si le va al Cruz Azul o simplemente no le gusta el futbol y se inclina por el beisbol. No importa. Usted ya votó.

Ahora debe saber con toda propiedad, que nada cambiará de inmediato. La misma polarización y el conflicto poselectoral que se avecina solo se avispará pues una vez conociendo los resultados electorales, volveremos a la faena de la sucesión presidencial de 2024.

Pero hay que tener cuidado, querido lector. Y esto es que, pase lo que pase con esta nueva elección, lo verdaderamente importante como sociedad es alejarnos de ese fenómeno sociopolítico que hace que los individuos de una nación se segreguen de forma binaria para posteriormente ser arrojados a la irracionalidad, a las descalificaciones inmediatas, al odio, al prejuicio, a la intolerancia, al fanatismo; a las pasiones de culpar, se tenga o no la razón.

Y es que esa segregación "bi partidista" a la que nos están llevando los políticos empieza a arraigarse en nuestras juventudes y en nuestras vidas cotidianas; ese "nosotros" y los "otros" es capaz de separar sin miramientos ni retorno a familias, parejas, amigos, compañeros…

Este factor está ampliamente estudiado en Argentina, allá lo llaman "La Grieta". Y se alimenta de liderazgos fuertes y radicales, que nutren a la ciudadanía con un lenguaje "bélico" e ideas como el complot y las conspiraciones: y se atiza más cuando existen medios de comunicación que exponen constantemente a la ciudadanía a información que es precalificada o desacreditada, y cuya función sirve para adoctrinar y hacer creer a las personas una especie de "sima entre los que están a favor y en contra del gobierno".

Guste o no con esta nueva geografía electoral del 6 de junio, la gran familia electoral seguirá apareciendo en las boletas electorales. Y aunque lo dude, a toda esa clase política les resuena aquella frase que dicta que "gobernar dentro de un régimen democrático sería mucho más fácil si no hubiera que ganar constantemente elecciones" (GB Clemenceau). En tanto que, si no nos procuramos como ciudadanos de no caer en una "Grieta", habremos abierto un ciclo sin retorno.

*Analista Político.

  • Colaborador de Integridad Ciudadana A.C. @Integridad_AC @VJ1204

Nunca se miente tanto como antes de las elecciones

Otto Von Bismarck

Si usted votó: sabe perfectamente que a lo largo del tiempo ya votamos por el PAN-PVEM, ya votamos PRI-PVEM, ya votamos PT-PRD, ya votamos Morena-PVEM-PT-PES, ya votamos Independientes, ya votamos solo PVEM, ya sabemos cómo nos va con cada uno de ellos. Incluso sabemos, que todos han sido parte de uno, de dos, de más, pero siempre presentes en la gran familia electoral en torno a los puestos de elección.

Muy probablemente este 6 de junio votó pensando en las Refinerías, en el Tren Maya, en la rifa del avión y sus próximas ediciones, en el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, en el Tren Transístmico, en la alta recaudación de impuestos logrado por la SHCP, en el combate frontal al huachicol, en la detención de Emilio Lozoya, en los programas sociales como Sembrando Vidas, Jóvenes Construyendo y Escribiendo el Futuro, Becas para el Bienestar en Jóvenes, Personas Adultas Mayores y con Discapacidad o en las Tandas; en la austeridad republicana y hacer historia invirtiendo en fuentes de energía como el carbón y la gasolina. Así como con el impulso de hacer patria hostigando al resto de los poderes, gobernadores y la constitución.

Habrá quienes hayan también votado en esta jornada pensando en el cierre de las guarderías, en la cancelación del Aeropuerto Internacional, del fracaso de la Guardia Nacional, en el desabasto de medicamentos, en la catástrofe de la Línea Dorada 12 del Metro, en las políticas de migración, en la explosión de Tlahuelilpan y la guerra del huachicol, en la desaparición del Seguro Popular, en los estériles resultados económicos, en el mal manejo de la pandemia de la Covid-19, en las ocurrencias de "políticas" como los municipios de la esperanza y los "otros datos", en el rechazo al feminismo, en el repudio a las sociedad civil organizada, en el desprecio a la ciencia, en el abandono total de comunidades a sicarios, en las constantes extorsiones, al cierre de negocios y la pérdida de empleo y a los feminicidios. Incluso, votó pensando en rechazar una posible reelección presidencial porque llegado el momento, el pueblo así "podría" demandarlo.

No importa cuál sea su idiosincrasia, su religión, su estrato socioeconómico, su condición de género, su tono de piel, su raza, si es naturalizado o nacido en el país, si le va al Cruz Azul o simplemente no le gusta el futbol y se inclina por el beisbol. No importa. Usted ya votó.

Ahora debe saber con toda propiedad, que nada cambiará de inmediato. La misma polarización y el conflicto poselectoral que se avecina solo se avispará pues una vez conociendo los resultados electorales, volveremos a la faena de la sucesión presidencial de 2024.

Pero hay que tener cuidado, querido lector. Y esto es que, pase lo que pase con esta nueva elección, lo verdaderamente importante como sociedad es alejarnos de ese fenómeno sociopolítico que hace que los individuos de una nación se segreguen de forma binaria para posteriormente ser arrojados a la irracionalidad, a las descalificaciones inmediatas, al odio, al prejuicio, a la intolerancia, al fanatismo; a las pasiones de culpar, se tenga o no la razón.

Y es que esa segregación "bi partidista" a la que nos están llevando los políticos empieza a arraigarse en nuestras juventudes y en nuestras vidas cotidianas; ese "nosotros" y los "otros" es capaz de separar sin miramientos ni retorno a familias, parejas, amigos, compañeros…

Este factor está ampliamente estudiado en Argentina, allá lo llaman "La Grieta". Y se alimenta de liderazgos fuertes y radicales, que nutren a la ciudadanía con un lenguaje "bélico" e ideas como el complot y las conspiraciones: y se atiza más cuando existen medios de comunicación que exponen constantemente a la ciudadanía a información que es precalificada o desacreditada, y cuya función sirve para adoctrinar y hacer creer a las personas una especie de "sima entre los que están a favor y en contra del gobierno".

Guste o no con esta nueva geografía electoral del 6 de junio, la gran familia electoral seguirá apareciendo en las boletas electorales. Y aunque lo dude, a toda esa clase política les resuena aquella frase que dicta que "gobernar dentro de un régimen democrático sería mucho más fácil si no hubiera que ganar constantemente elecciones" (GB Clemenceau). En tanto que, si no nos procuramos como ciudadanos de no caer en una "Grieta", habremos abierto un ciclo sin retorno.

*Analista Político.

  • Colaborador de Integridad Ciudadana A.C. @Integridad_AC @VJ1204