/ jueves 16 de mayo de 2019

La importancia de los órganos electorales

César Lara Cano*

Uno de los propósitos fundamentales de las sociedades contemporáneas ha sido la lucha por elecciones limpias, convirtiéndose en una reivindicación democrática de gran importancia por la instauración de que el voto tuviera características tan esenciales como son la universalidad, de forma directa y secreta, igualmente con el establecimiento de la representación de las minorías y de la representación proporcional.

Logrado lo anterior, la sociedad tuvo que enfrentarse a una nueva situación consistente en la organización misma de las elecciones y no sólo de la organización sino de su calificación, puesto que, en una primera etapa de la creación de los órganos electorales, fueron objeto de numerosas críticas ya que se afirmaba que éstos eran manejados en última instancia por el Poder Ejecutivo, lo que daba lugar a la manipulación de los resultados electorales, agregando a lo anterior, que la calificación de las elecciones por mucho tiempo estuvo reservada al poder legislativo, dando lugar a la crítica por los abusos que se cometían de parte de los partidos o alianzas mayoritarias sobre los partidos minoritarios.

Ante tal situación, en el siglo pasado se iniciaron procesos relativos a la creación de organismos electorales autónomos que, con el transcurrir del tiempo, se han ido mejorando y adaptando de acuerdo a la dinámica social de cada país, hasta llegar a consolidarse como órganos constitucionales, adquiriendo un carácter permanente ya que han ido asumiendo más atribuciones relacionadas con la función electoral como son: Fiscalización a los partidos políticos, regulación en espacios de medios de comunicación, imponer sanciones en materia administrativo-electoral, la educación cívica, integración del Padrón Electoral y Lista Nominal de Electores, entre otros.

En vista del carácter permanente que se les ha otorgado a los órganos electorales, es posible que sus atribuciones continúen incrementándose, ejemplo de lo anterior, organizar elecciones de dirigencias partidistas, obreras y todo tipo de elección de dirigencias de grupos sociales, debido a que el órgano electoral no está comprometido políticamente.

Con lo anterior debemos entender, que los organismos electorales son instituciones necesarias ya que sus declaraciones versan sobre las decisiones que la ciudadanía toma al momento de emitir su voto respecto de quienes ocuparán los cargos de alta responsabilidad política como el titular del Poder Ejecutivo, así como los integrantes del Poder Legislativo, que serán quienes con sus decisiones determinarán el futuro y la estabilidad política de un país.

Las instituciones encargadas de administrar los procesos electorales han venido observando cada vez más importancia ya que se tiene el propósito de consolidar el sistema democrático respecto a las experiencias negativas en esta materia que se observaron en el pasado, ejemplo de ello los fraudes y manipulaciones electorales, por lo tanto, a éstos se les ha depositado gran confianza y la ciudadanía espera que sean el medio para sanear los procesos electorales, principalmente, que su voto sea respetado. Debido a lo anterior, la labor de los organismos electorales es decisiva para el afianzamiento de todo un sistema democrático, porque en la actualidad la lucha por el poder se vuelve más competitiva, por lo mismo, se requiere de un órgano especializado que apuntale de forma correcta un proceso electoral en todas y cada una de sus etapas a fin de que a la conclusión del mismo, se entreguen buenos resultados y pueda resistir de forma legal cualquier impugnación de alguno de los actores políticos que llegue a inconformarse por alguna decisión de la autoridad electoral, que sus decisiones logren la confianza de la ciudadanía y demás actores políticos, hasta llegar a tener la capacidad suficiente de considerarse un poder como sucede en algunos países en que lo referente a elegir todo tipo de representantes, es responsabilidad del organismo electoral el cual adquiere el rango de un Poder Electoral.

En nuestro país contamos con un Sistema Electoral Nacional, en el cual de forma coordinada entre el Instituto Nacional Electoral (INE), como los Organismos Públicos Locales Electorales (OPLE), organizan los procesos electorales federales y locales y solo en casos excepcionales la ley faculta al INE que asuma en su totalidad la organización de los procesos electorales estatales, como sucede en el proceso electoral extraordinario del estado de Puebla, que por diversas características de tipo político social, el INE asume la organización de dicha elección en la que se espera una participación amplia, con alto espíritu cívico de todos los actores políticos y sobre todo apegada a la ley.

*Vocal ejecutivo de la Junta Distrital 02

Instituto Nacional Electoral en Tlaxcala

César Lara Cano*

Uno de los propósitos fundamentales de las sociedades contemporáneas ha sido la lucha por elecciones limpias, convirtiéndose en una reivindicación democrática de gran importancia por la instauración de que el voto tuviera características tan esenciales como son la universalidad, de forma directa y secreta, igualmente con el establecimiento de la representación de las minorías y de la representación proporcional.

Logrado lo anterior, la sociedad tuvo que enfrentarse a una nueva situación consistente en la organización misma de las elecciones y no sólo de la organización sino de su calificación, puesto que, en una primera etapa de la creación de los órganos electorales, fueron objeto de numerosas críticas ya que se afirmaba que éstos eran manejados en última instancia por el Poder Ejecutivo, lo que daba lugar a la manipulación de los resultados electorales, agregando a lo anterior, que la calificación de las elecciones por mucho tiempo estuvo reservada al poder legislativo, dando lugar a la crítica por los abusos que se cometían de parte de los partidos o alianzas mayoritarias sobre los partidos minoritarios.

Ante tal situación, en el siglo pasado se iniciaron procesos relativos a la creación de organismos electorales autónomos que, con el transcurrir del tiempo, se han ido mejorando y adaptando de acuerdo a la dinámica social de cada país, hasta llegar a consolidarse como órganos constitucionales, adquiriendo un carácter permanente ya que han ido asumiendo más atribuciones relacionadas con la función electoral como son: Fiscalización a los partidos políticos, regulación en espacios de medios de comunicación, imponer sanciones en materia administrativo-electoral, la educación cívica, integración del Padrón Electoral y Lista Nominal de Electores, entre otros.

En vista del carácter permanente que se les ha otorgado a los órganos electorales, es posible que sus atribuciones continúen incrementándose, ejemplo de lo anterior, organizar elecciones de dirigencias partidistas, obreras y todo tipo de elección de dirigencias de grupos sociales, debido a que el órgano electoral no está comprometido políticamente.

Con lo anterior debemos entender, que los organismos electorales son instituciones necesarias ya que sus declaraciones versan sobre las decisiones que la ciudadanía toma al momento de emitir su voto respecto de quienes ocuparán los cargos de alta responsabilidad política como el titular del Poder Ejecutivo, así como los integrantes del Poder Legislativo, que serán quienes con sus decisiones determinarán el futuro y la estabilidad política de un país.

Las instituciones encargadas de administrar los procesos electorales han venido observando cada vez más importancia ya que se tiene el propósito de consolidar el sistema democrático respecto a las experiencias negativas en esta materia que se observaron en el pasado, ejemplo de ello los fraudes y manipulaciones electorales, por lo tanto, a éstos se les ha depositado gran confianza y la ciudadanía espera que sean el medio para sanear los procesos electorales, principalmente, que su voto sea respetado. Debido a lo anterior, la labor de los organismos electorales es decisiva para el afianzamiento de todo un sistema democrático, porque en la actualidad la lucha por el poder se vuelve más competitiva, por lo mismo, se requiere de un órgano especializado que apuntale de forma correcta un proceso electoral en todas y cada una de sus etapas a fin de que a la conclusión del mismo, se entreguen buenos resultados y pueda resistir de forma legal cualquier impugnación de alguno de los actores políticos que llegue a inconformarse por alguna decisión de la autoridad electoral, que sus decisiones logren la confianza de la ciudadanía y demás actores políticos, hasta llegar a tener la capacidad suficiente de considerarse un poder como sucede en algunos países en que lo referente a elegir todo tipo de representantes, es responsabilidad del organismo electoral el cual adquiere el rango de un Poder Electoral.

En nuestro país contamos con un Sistema Electoral Nacional, en el cual de forma coordinada entre el Instituto Nacional Electoral (INE), como los Organismos Públicos Locales Electorales (OPLE), organizan los procesos electorales federales y locales y solo en casos excepcionales la ley faculta al INE que asuma en su totalidad la organización de los procesos electorales estatales, como sucede en el proceso electoral extraordinario del estado de Puebla, que por diversas características de tipo político social, el INE asume la organización de dicha elección en la que se espera una participación amplia, con alto espíritu cívico de todos los actores políticos y sobre todo apegada a la ley.

*Vocal ejecutivo de la Junta Distrital 02

Instituto Nacional Electoral en Tlaxcala