/ lunes 18 de julio de 2022

La Otra Cara De La Moneda | La cultura de la denuncia, un reto para Tlaxcala

El pasado 15 de abril, un joven es descubierto mientras robaba una casa en la comunidad de San Pedro Tlalcuapan, del municipio de Chiautempan, fue capturado por los pobladores, lo amarraron y golpearon hasta dejarlo inconsciente, posteriormente le rociaron gasolina y le prendieron fuego, provocándole una muerte cruel y dolorosa.

Las principales causas de los linchamientos se dan por la crisis de autoridad que se vive en algunas localidades, y la indiferencia de los gobiernos municipales para darle seguridad a los ciudadanos, es un delito que vulnera los derechos de los acusados y afecta el tejido social.

La palabra linchamiento proviene de una derivación del apellido del estadounidense Charles Lynch, granjero del Estado de Virginia, famoso por las puniciones que infligía a los criminales durante la Guerra de Independencia de 1782. Lynch que era juez, presidía una especie de tribunal irregular para mantener el orden en aquel periodo turbulento de la historia de los Estados Unidos.

Lamentablemente esta práctica se ha extendido a lo largo del tiempo, por lo que la Real Academia Española (RAE) define linchar como “ejecutar sin proceso y tumultuariamente a un sospechoso o a un reo”.

El resultado del linchamiento mencionado al inicio de este texto fue, un muerto, dos detenidos entre ellos el presidente de comunidad, además de un espectáculo dantesco que muchas personas incluyendo niños no podrán olvidar por mucho tiempo, pues la víctima fue obligada a caminar en medio de golpes, insultos, escupitajos, para posteriormente ser arrastrado y finalmente quemado.

Pero, qué hubiera sucedido si los pobladores en lugar de lincharlo lo hubieran entregado a las autoridades; seguramente si se le comprueba el delito por robo este sujeto estaría en la cárcel, el presidente de comunidad Saúl N. estaría reunido con su familia, y no existiera ninguna orden de aprehensión contra más personas, San Pedro Tlalcuapan viviría en paz.

Pero bien dicen que el tiempo no se puede retroceder para corregir errores, lo único que podemos hacer es aprender de ellos y no volver a repetirlos.

De ahí la importancia de que en Tlaxcala se fortalezca la cultura de la denuncia, pues es un pilar fundamental para el cumplimiento de las leyes, y la impartición de justicia. Una denuncia a tiempo permite a los encargados del orden castigar a los culpables.

Y en este punto los ciudadanos desempeñan un rol trascendental en el proceso, pues al denunciar los delitos se erradican y combaten prácticas corruptas, y se evitan enfrentamientos innecesarios.

Es cierto que miles de ciudadanos no denuncian por la falta de credibilidad y confianza en las instituciones frente a cualquier acto delictivo, pero tenemos hoy un gran reto como sociedad, romper el miedo y volver a confiar en nuestras autoridades.

En la entidad existen líneas como el 089 que reactivó recientemente el gobierno estatal para denunciar de forma anónima o el 911, además de la disponibilidad de los cuerpos policiacos para atender a los ciudadanos las 24 horas.

Mucho podemos aprender de las experiencias que se han suscitado en los días recientes, y generar un cambio de pensamiento y actitud que será en beneficio de todos los tlaxcaltecas.

Es cierto que miles de ciudadanos no denuncian por la falta de credibilidad y confianza en las instituciones frente a cualquier acto delictivo, pero tenemos hoy un gran reto como sociedad, romper el miedo y volver a confiar en nuestras autoridades.

El pasado 15 de abril, un joven es descubierto mientras robaba una casa en la comunidad de San Pedro Tlalcuapan, del municipio de Chiautempan, fue capturado por los pobladores, lo amarraron y golpearon hasta dejarlo inconsciente, posteriormente le rociaron gasolina y le prendieron fuego, provocándole una muerte cruel y dolorosa.

Las principales causas de los linchamientos se dan por la crisis de autoridad que se vive en algunas localidades, y la indiferencia de los gobiernos municipales para darle seguridad a los ciudadanos, es un delito que vulnera los derechos de los acusados y afecta el tejido social.

La palabra linchamiento proviene de una derivación del apellido del estadounidense Charles Lynch, granjero del Estado de Virginia, famoso por las puniciones que infligía a los criminales durante la Guerra de Independencia de 1782. Lynch que era juez, presidía una especie de tribunal irregular para mantener el orden en aquel periodo turbulento de la historia de los Estados Unidos.

Lamentablemente esta práctica se ha extendido a lo largo del tiempo, por lo que la Real Academia Española (RAE) define linchar como “ejecutar sin proceso y tumultuariamente a un sospechoso o a un reo”.

El resultado del linchamiento mencionado al inicio de este texto fue, un muerto, dos detenidos entre ellos el presidente de comunidad, además de un espectáculo dantesco que muchas personas incluyendo niños no podrán olvidar por mucho tiempo, pues la víctima fue obligada a caminar en medio de golpes, insultos, escupitajos, para posteriormente ser arrastrado y finalmente quemado.

Pero, qué hubiera sucedido si los pobladores en lugar de lincharlo lo hubieran entregado a las autoridades; seguramente si se le comprueba el delito por robo este sujeto estaría en la cárcel, el presidente de comunidad Saúl N. estaría reunido con su familia, y no existiera ninguna orden de aprehensión contra más personas, San Pedro Tlalcuapan viviría en paz.

Pero bien dicen que el tiempo no se puede retroceder para corregir errores, lo único que podemos hacer es aprender de ellos y no volver a repetirlos.

De ahí la importancia de que en Tlaxcala se fortalezca la cultura de la denuncia, pues es un pilar fundamental para el cumplimiento de las leyes, y la impartición de justicia. Una denuncia a tiempo permite a los encargados del orden castigar a los culpables.

Y en este punto los ciudadanos desempeñan un rol trascendental en el proceso, pues al denunciar los delitos se erradican y combaten prácticas corruptas, y se evitan enfrentamientos innecesarios.

Es cierto que miles de ciudadanos no denuncian por la falta de credibilidad y confianza en las instituciones frente a cualquier acto delictivo, pero tenemos hoy un gran reto como sociedad, romper el miedo y volver a confiar en nuestras autoridades.

En la entidad existen líneas como el 089 que reactivó recientemente el gobierno estatal para denunciar de forma anónima o el 911, además de la disponibilidad de los cuerpos policiacos para atender a los ciudadanos las 24 horas.

Mucho podemos aprender de las experiencias que se han suscitado en los días recientes, y generar un cambio de pensamiento y actitud que será en beneficio de todos los tlaxcaltecas.

Es cierto que miles de ciudadanos no denuncian por la falta de credibilidad y confianza en las instituciones frente a cualquier acto delictivo, pero tenemos hoy un gran reto como sociedad, romper el miedo y volver a confiar en nuestras autoridades.