/ lunes 30 de noviembre de 2020

La principal hipótesis...#25N

No quiero sentirme valiente cuando salga a la calle, quiero sentirme libre

Cartel de manifestaciones feministas

En lo personal, estuve muy atento a la mañanera del presidente López Obrador del pasado 25 de noviembre (#25N), fecha en la que se celebra el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer.

A horas de iniciar el tercer año de gobierno del presidente, en la conferencia gubernamental se rindió cuentas de los resultados alcanzados con amplísimas acciones emprendidas por la actual administración. Y que de alguna manera son coincidentes con el Reporte sobre Trata de Personas 2020 de la embajada de los Estados Unidos de América en México, el cual acompaña lo dicho en la mañanera respecto a que en México es posible observar un incremento en las actividades gubernamentales para atender la trata de personas durante este año que concluye.

La mañanera de aquel día empezó diciendo, “Como gobierno…” Añadió, “no solo se habla de cifras, sino de mujeres, niñas y personas que han desaparecido”. Explicó que el mayor número de personas desaparecidas son mujeres jóvenes, con edades que van de los 15 a los 19 años, y que la principal “hipótesis” de ello es la trata de personas. Y se remató explicando, de voz del presidente, que un feminicidio es igual a un homicidio.

Finalmente, la mañanera concluyó afirmando que, “los feminicidios, al igual que los crímenes contra las y los periodistas, son el fruto podrido de todo un sistema … neoliberal. Donde hay una profunda descomposición, porque en 36 años se prefirió a las cosas materiales, el dinero, el abandono del hombre, mujeres y jóvenes y de sacar al país adelante. Y hoy, en cambio, el Estado ya no es el principal violador”.

Así las cosas, el informe que presentó el presidente a la audiencia también coincide con otro punto que sobresale del Reporte sobre Trata de Personas 2020. Se reconoce el esfuerzo que ha realizado el actual gobierno, pero los resultados son pobres, dolorosos e injustificables.

El Reporte 2020 lo escribe así: “Y, sin embargo, hoy por hoy el Gobierno de México no cumple plenamente las normas mínimas para la erradicación de la trata de personas, pues en este año fue posible corroborar que impuso condenas a menos tratantes que en el año anterior; prestó servicios especializados deficientes a las víctimas de la trata, e inexistentes en la mayor parte del país; y mantuvo un número insuficiente de albergues dada la gravedad del problema. En ocasiones, el gobierno detuvo equivocadamente a las víctimas de la trata durante las operaciones, e investigó y llevó a juicio pocas denuncias de trabajo forzoso”.

De acuerdo con la mañanera del #25N, la principal hipótesis de la desaparición forzada de las jóvenes es la trata de personas con fines de explotación sexual: bien valdría la pena informarle al gabinete federal que por años se ha denunciado por la CNDH, la FGR, las ONGs, el periodismo de investigación y un sinnúmero de instituciones de cooperación nacional e internacional, que en Tlaxcala los índices de trata se han mantenido e incrementado durante los últimos años.

Más aún, que el fenómeno se agudiza concretamente en esta zona del país porque “constituye una problemática generalizada y sistémica porque visualiza a la trata de personas como una actividad económica aceptada en muchas de las comunidades.”

En otras palabras, hoy ya no solo es Tenancingo, sino una red más amplia en la cual se involucran 23 de los 60 municipios que comprenden Tlaxcala. Así como con redes de proxenetas en Puebla y Guanajuato (Centro Fray Julián Garcés Derechos Humanos y Desarrollo Local A.C.).

Y mientras todo esto se sabe en Tlaxcala y el mundo, vayamos poniendo atención a las “hipótesis” de los candidatos que hoy se enfilan a gobernar el estado, pues ya es hora de cambiar esta realidad que ha mantenido encendido “un foco rojo de violencia feminicida” en la región. No vaya a ser que este problema se convierta en otro anillo al dedo.

*Analista Político. Colaborador de Integridad Ciudadana A.C.

No quiero sentirme valiente cuando salga a la calle, quiero sentirme libre

Cartel de manifestaciones feministas

En lo personal, estuve muy atento a la mañanera del presidente López Obrador del pasado 25 de noviembre (#25N), fecha en la que se celebra el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer.

A horas de iniciar el tercer año de gobierno del presidente, en la conferencia gubernamental se rindió cuentas de los resultados alcanzados con amplísimas acciones emprendidas por la actual administración. Y que de alguna manera son coincidentes con el Reporte sobre Trata de Personas 2020 de la embajada de los Estados Unidos de América en México, el cual acompaña lo dicho en la mañanera respecto a que en México es posible observar un incremento en las actividades gubernamentales para atender la trata de personas durante este año que concluye.

La mañanera de aquel día empezó diciendo, “Como gobierno…” Añadió, “no solo se habla de cifras, sino de mujeres, niñas y personas que han desaparecido”. Explicó que el mayor número de personas desaparecidas son mujeres jóvenes, con edades que van de los 15 a los 19 años, y que la principal “hipótesis” de ello es la trata de personas. Y se remató explicando, de voz del presidente, que un feminicidio es igual a un homicidio.

Finalmente, la mañanera concluyó afirmando que, “los feminicidios, al igual que los crímenes contra las y los periodistas, son el fruto podrido de todo un sistema … neoliberal. Donde hay una profunda descomposición, porque en 36 años se prefirió a las cosas materiales, el dinero, el abandono del hombre, mujeres y jóvenes y de sacar al país adelante. Y hoy, en cambio, el Estado ya no es el principal violador”.

Así las cosas, el informe que presentó el presidente a la audiencia también coincide con otro punto que sobresale del Reporte sobre Trata de Personas 2020. Se reconoce el esfuerzo que ha realizado el actual gobierno, pero los resultados son pobres, dolorosos e injustificables.

El Reporte 2020 lo escribe así: “Y, sin embargo, hoy por hoy el Gobierno de México no cumple plenamente las normas mínimas para la erradicación de la trata de personas, pues en este año fue posible corroborar que impuso condenas a menos tratantes que en el año anterior; prestó servicios especializados deficientes a las víctimas de la trata, e inexistentes en la mayor parte del país; y mantuvo un número insuficiente de albergues dada la gravedad del problema. En ocasiones, el gobierno detuvo equivocadamente a las víctimas de la trata durante las operaciones, e investigó y llevó a juicio pocas denuncias de trabajo forzoso”.

De acuerdo con la mañanera del #25N, la principal hipótesis de la desaparición forzada de las jóvenes es la trata de personas con fines de explotación sexual: bien valdría la pena informarle al gabinete federal que por años se ha denunciado por la CNDH, la FGR, las ONGs, el periodismo de investigación y un sinnúmero de instituciones de cooperación nacional e internacional, que en Tlaxcala los índices de trata se han mantenido e incrementado durante los últimos años.

Más aún, que el fenómeno se agudiza concretamente en esta zona del país porque “constituye una problemática generalizada y sistémica porque visualiza a la trata de personas como una actividad económica aceptada en muchas de las comunidades.”

En otras palabras, hoy ya no solo es Tenancingo, sino una red más amplia en la cual se involucran 23 de los 60 municipios que comprenden Tlaxcala. Así como con redes de proxenetas en Puebla y Guanajuato (Centro Fray Julián Garcés Derechos Humanos y Desarrollo Local A.C.).

Y mientras todo esto se sabe en Tlaxcala y el mundo, vayamos poniendo atención a las “hipótesis” de los candidatos que hoy se enfilan a gobernar el estado, pues ya es hora de cambiar esta realidad que ha mantenido encendido “un foco rojo de violencia feminicida” en la región. No vaya a ser que este problema se convierta en otro anillo al dedo.

*Analista Político. Colaborador de Integridad Ciudadana A.C.