/ miércoles 2 de enero de 2019

La recuperación y dignificación de las cárceles (7/7)

Gracias a la confianza del titular de El Sol de Tlaxcala, a quien deseo lo mejor para el año venidero, y a mis lectores, concluyo hoy esta serie que pretendió acercar elementos de discusión sobre la nueva propuesta del gobierno federal en materia de seguridad pública. Espero haberlo logrado.

En esta última entrega comentamos que el sistema penal del país enfrenta graves distorsiones que lo convierten con frecuencia en un mecanismo contraproducente, y que pervierte el carácter disuasorio del castigo para transformarlo en un multiplicador de la criminalidad.

Fenómenos como el “auto gobierno”, el domino de los penales por mafias de internos con ramificaciones en el exterior, la corrupción de la autoridad carcelaria, el tráfico y el consumo de drogas, la explotación sexual, la venta de protección, espacio, alimentos y horas de visita hacen de los reclusorios aparatos disfuncionales e ineficaces en su propósito básico.

8. Seguridad pública, seguridad nacional y paz

a) Repensar la seguridad nacional y reorientar las Fuerzas Armadas

No cabe duda de que, por su lealtad histórica al poder civil, su origen eminentemente popular, su disciplina y su vocación de servicio a la población en casos de desastre, las Fuerzas Armadas mexicanas constituyen una singularidad en América Latina.

Es destacable, asimismo, la ausencia de tendencias oligárquicas en las cúpulas de las instituciones castrenses, en lo sustancial, los soldados y marinos mexicanos fueron y siguen siendo pueblo uniformado.

b) Creación de la Guardia Nacional

La comisión de puntos constitucionales de la Cámara de Diputados aprobará con mínimo 334 votos, la modificación a 13 artículos de la Constitución para autorizar la creación de la Guardia Nacional, la crítica asegura que se militarizará la seguridad y romperá la columna vertebral del federalismo, afectando a los estados.

La respuesta oficial refiere cambios de adscripción y mando de la nueva corporación; las faltas que cometa la Guardia Nacional las sancionará la autoridad civil, no remitirán detenidos a zonas militares y el mando de la Guardia Nacional estará a cargo de la Secretaría de Seguridad Pública en 5 años y el Congreso estará facultado para evaluar y, en su caso, disolver la Guardia Nacional si así lo considerara.

Por lo pronto, todos los asuntos relacionados con presupuesto, ascensos, nombramientos, organización interna y régimen disciplinario estarán a cargo de la Sedena, falta precisar temporalidad, circunstancia y límites de controles y dependencia.

c) Coordinaciones nacional, estatales y regionales

A cada una de las 266 regiones que se van a crear, se destinarán otros tantos destacamentos de la Guardia Nacional para la prevención, investigación, detención y presentación de detenidos ante el Ministerio Público y aportación de las pruebas exigidas por la ley.

La designación del número de elementos, personal especializado y recursos de investigación e inteligencia a cada región, se realizará en función del número de habitantes y considerando la incidencia delictiva y las proyecciones de criminalidad.

En cada una de esas regiones la coordinación general recaerá en la autoridad civil de más alto rango que asista a la reunión y estarán formadas por un representante del gobierno federal y uno de la Fiscalía General, el mando militar regional, autoridades locales y municipales un ministerio público y personal acreditado de la Fiscalía de Derechos Humanos. El mando operativo de la Guardia Nacional estará a cargo de oficiales del Ejército Mexicano o, en las zonas costeras, de la Armada de México.

d) Lineamientos de operación

La Secretaría de Seguridad Ciudadana tendrá las funciones de coordinar al gabinete de Seguridad, planificar las políticas públicas de seguridad y vincular y articular a las autoridades federales con las estatales y municipales, atender demandas de contención de conflictos sociales y operar los sistemas nacionales de Protección Civil y penitenciario.

La Secretaría de la Defensa Nacional asumirá el mando operativo de la Guardia Nacional, del reclutamiento, adiestramiento y organización de sus efectivos, así como de su equipamiento, despliegue y operatividad.

Deseo fervientemente no haber defraudado a mis escasos lectores en este parafraseo de la creación de la Secretaría de seguridad ciudadana y brindar elementos de opinión y análisis en estas 7 entregas.


Gracias a la confianza del titular de El Sol de Tlaxcala, a quien deseo lo mejor para el año venidero, y a mis lectores, concluyo hoy esta serie que pretendió acercar elementos de discusión sobre la nueva propuesta del gobierno federal en materia de seguridad pública. Espero haberlo logrado.

En esta última entrega comentamos que el sistema penal del país enfrenta graves distorsiones que lo convierten con frecuencia en un mecanismo contraproducente, y que pervierte el carácter disuasorio del castigo para transformarlo en un multiplicador de la criminalidad.

Fenómenos como el “auto gobierno”, el domino de los penales por mafias de internos con ramificaciones en el exterior, la corrupción de la autoridad carcelaria, el tráfico y el consumo de drogas, la explotación sexual, la venta de protección, espacio, alimentos y horas de visita hacen de los reclusorios aparatos disfuncionales e ineficaces en su propósito básico.

8. Seguridad pública, seguridad nacional y paz

a) Repensar la seguridad nacional y reorientar las Fuerzas Armadas

No cabe duda de que, por su lealtad histórica al poder civil, su origen eminentemente popular, su disciplina y su vocación de servicio a la población en casos de desastre, las Fuerzas Armadas mexicanas constituyen una singularidad en América Latina.

Es destacable, asimismo, la ausencia de tendencias oligárquicas en las cúpulas de las instituciones castrenses, en lo sustancial, los soldados y marinos mexicanos fueron y siguen siendo pueblo uniformado.

b) Creación de la Guardia Nacional

La comisión de puntos constitucionales de la Cámara de Diputados aprobará con mínimo 334 votos, la modificación a 13 artículos de la Constitución para autorizar la creación de la Guardia Nacional, la crítica asegura que se militarizará la seguridad y romperá la columna vertebral del federalismo, afectando a los estados.

La respuesta oficial refiere cambios de adscripción y mando de la nueva corporación; las faltas que cometa la Guardia Nacional las sancionará la autoridad civil, no remitirán detenidos a zonas militares y el mando de la Guardia Nacional estará a cargo de la Secretaría de Seguridad Pública en 5 años y el Congreso estará facultado para evaluar y, en su caso, disolver la Guardia Nacional si así lo considerara.

Por lo pronto, todos los asuntos relacionados con presupuesto, ascensos, nombramientos, organización interna y régimen disciplinario estarán a cargo de la Sedena, falta precisar temporalidad, circunstancia y límites de controles y dependencia.

c) Coordinaciones nacional, estatales y regionales

A cada una de las 266 regiones que se van a crear, se destinarán otros tantos destacamentos de la Guardia Nacional para la prevención, investigación, detención y presentación de detenidos ante el Ministerio Público y aportación de las pruebas exigidas por la ley.

La designación del número de elementos, personal especializado y recursos de investigación e inteligencia a cada región, se realizará en función del número de habitantes y considerando la incidencia delictiva y las proyecciones de criminalidad.

En cada una de esas regiones la coordinación general recaerá en la autoridad civil de más alto rango que asista a la reunión y estarán formadas por un representante del gobierno federal y uno de la Fiscalía General, el mando militar regional, autoridades locales y municipales un ministerio público y personal acreditado de la Fiscalía de Derechos Humanos. El mando operativo de la Guardia Nacional estará a cargo de oficiales del Ejército Mexicano o, en las zonas costeras, de la Armada de México.

d) Lineamientos de operación

La Secretaría de Seguridad Ciudadana tendrá las funciones de coordinar al gabinete de Seguridad, planificar las políticas públicas de seguridad y vincular y articular a las autoridades federales con las estatales y municipales, atender demandas de contención de conflictos sociales y operar los sistemas nacionales de Protección Civil y penitenciario.

La Secretaría de la Defensa Nacional asumirá el mando operativo de la Guardia Nacional, del reclutamiento, adiestramiento y organización de sus efectivos, así como de su equipamiento, despliegue y operatividad.

Deseo fervientemente no haber defraudado a mis escasos lectores en este parafraseo de la creación de la Secretaría de seguridad ciudadana y brindar elementos de opinión y análisis en estas 7 entregas.