/ viernes 7 de mayo de 2021

¡Las horas álgidas!...

Escandalosamente colapsó una sección elevada del metro en el DF. Hubo muertos y heridos. Y con ello, es posible que también se haya derrumbado alguna pretensión futurista.

Somos nación que en este momento de su historia se debate entre un cambio propuesto por las mayorías y la férrea oposición de quienes se creen dueños del poder económico y político. Vivimos horas definitorias para el futuro inmediato. La problemática es de fondo y sistémica. La crisis sanitaria mundial demostró lo insolvente del neoliberalismo. Joe Biden está convencido de que, para la sobrevivencia del capitalismo, debe desnudarlo del esquema neoliberal ideado por Tatcher y Reagan. Por ello grava con impuestos extras a los super ricos, distribuye recursos y regresa un mucho al estado benefactor. No es raro que los conservadores de su partido pretendan su fracaso. En México somos consecuencia y reflejo de aquellos. Nuestros neoliberales engordaron económicamente y crearon sus estructuras jurídicas, con las que creen haberse asegurado la perpetuidad. Fundieron y confundieron política y capital. Bienes públicos y privados. El político transmutó en millonario, saqueando las arcas públicas o siendo constructor de lo inservible, lo inacabado o lo fantasma. Hicieron del estado un botín y atracaron todo lo imaginable y ahora con cinismo pretenden que PEMEX este por debajo de las petroleras privadas. Crearon organismos autónomos y les otorgaron girones de poder estatal para asegurarse que desde ahí ejercieran sus mandatos. Aún al estado enflaquecido le arrancaron parcelas de capacidad y de maniobra y ahora que los millones de pobres y la emergencia sanitaria reclama un estado fuerte, pretenden de este que atienda anímico y desparpajado, para que ellos, desde los entes autónomos dispongan a su conveniencia e intereses.

Horas álgidas cruza el país, con elecciones en puerta, un organismo electoral comprometido con el ayer y con un poder que pronostica la manipulación de computadores y sumas en el futuro inmediato electoral a favor del pasado. Personeros de un pasado a su favor, están parapetados detrás de tres siglas partidistas derrotadas y tras de los medios de comunicación. Gobernadores brutalmente enriquecidos, que con discurso demagógico creen encubrir sus corruptelas en tanto sus haberes desbordan de dólares en el extranjero. Maestros del cinismo, rapaces y ladrones, se creen virreyes que proyectan enmascarada continuidad en sus estados.

Se navega en aguas procelosas. Problematizar o cumplir promesas del cambio social a fondo, rediseñando un estado que fué reconstruido para servir a los intereses de aquellos. ¡Que problemático hacer llegar la justicia social a las mayorías empobrecidas! En las sombras, los beneficiarios del viejo régimen, ensoberbecidos y amafiados, conspiran. Todo lo miran reprobable. En todo ven polarización y actos de dictadura que busca reelección. Su objetivo inmediato es la mayoría legislativa que ponga un freno a las intenciones de cambio profundo que intenta el régimen actual.

Horas dramáticas vivimos; el narco subvenciona políticos comprometidos con sus intereses y por ello, o los cohecha o los desaparece. Dinero público y privado están en el morral de lo asqueroso. Morena pareciera dirigido por la ineptitud. Los sueños de muchos se tambalean. Cuesta mantener incólumes las convicciones frente a casos como el de Guerrero o el de un árbitro electoral solapador del activismo de algunos, pero que sanciona con energía a los que buscan el cambio.

Horas álgidas vivimos; este martes, un desplome escandaloso del metro, las paginas se llenan de amarillismo. Los “oficiantes” de la noticia en T.V. exigen culpables, reclaman cabezas. Los ladridos se multiplican. En tanto, las bandas delincuenciales de Guerrero siguen desplazando y aterrorizando a miles. La muerte invisible y pandémica flagela a infinidad de países. La organización mundial de comercio ni de lejos intenta liberar las patentes de las vacunas. Ante la emergencia mundial, sigue primando el interés privado. En estas horas álgidas, imponen el enriquecimiento colosal. Pero en la nación emblema del planeta, se está practicando un nuevo esquema de política social, porque llegaron a la convicción de que el gran capital solo sobrevivirá si atiende el mínimo de las necesidades sociales, si tira a la basura su vestimenta neoliberal. Lástima que en México la mirada de nuestros riquillos autóctonos sea tan corta que no lo miran así. No se conforman con tajadas, quieren la pastelería y de tiempo completo solo para ellos.

Escandalosamente colapsó una sección elevada del metro en el DF. Hubo muertos y heridos. Y con ello, es posible que también se haya derrumbado alguna pretensión futurista.

Somos nación que en este momento de su historia se debate entre un cambio propuesto por las mayorías y la férrea oposición de quienes se creen dueños del poder económico y político. Vivimos horas definitorias para el futuro inmediato. La problemática es de fondo y sistémica. La crisis sanitaria mundial demostró lo insolvente del neoliberalismo. Joe Biden está convencido de que, para la sobrevivencia del capitalismo, debe desnudarlo del esquema neoliberal ideado por Tatcher y Reagan. Por ello grava con impuestos extras a los super ricos, distribuye recursos y regresa un mucho al estado benefactor. No es raro que los conservadores de su partido pretendan su fracaso. En México somos consecuencia y reflejo de aquellos. Nuestros neoliberales engordaron económicamente y crearon sus estructuras jurídicas, con las que creen haberse asegurado la perpetuidad. Fundieron y confundieron política y capital. Bienes públicos y privados. El político transmutó en millonario, saqueando las arcas públicas o siendo constructor de lo inservible, lo inacabado o lo fantasma. Hicieron del estado un botín y atracaron todo lo imaginable y ahora con cinismo pretenden que PEMEX este por debajo de las petroleras privadas. Crearon organismos autónomos y les otorgaron girones de poder estatal para asegurarse que desde ahí ejercieran sus mandatos. Aún al estado enflaquecido le arrancaron parcelas de capacidad y de maniobra y ahora que los millones de pobres y la emergencia sanitaria reclama un estado fuerte, pretenden de este que atienda anímico y desparpajado, para que ellos, desde los entes autónomos dispongan a su conveniencia e intereses.

Horas álgidas cruza el país, con elecciones en puerta, un organismo electoral comprometido con el ayer y con un poder que pronostica la manipulación de computadores y sumas en el futuro inmediato electoral a favor del pasado. Personeros de un pasado a su favor, están parapetados detrás de tres siglas partidistas derrotadas y tras de los medios de comunicación. Gobernadores brutalmente enriquecidos, que con discurso demagógico creen encubrir sus corruptelas en tanto sus haberes desbordan de dólares en el extranjero. Maestros del cinismo, rapaces y ladrones, se creen virreyes que proyectan enmascarada continuidad en sus estados.

Se navega en aguas procelosas. Problematizar o cumplir promesas del cambio social a fondo, rediseñando un estado que fué reconstruido para servir a los intereses de aquellos. ¡Que problemático hacer llegar la justicia social a las mayorías empobrecidas! En las sombras, los beneficiarios del viejo régimen, ensoberbecidos y amafiados, conspiran. Todo lo miran reprobable. En todo ven polarización y actos de dictadura que busca reelección. Su objetivo inmediato es la mayoría legislativa que ponga un freno a las intenciones de cambio profundo que intenta el régimen actual.

Horas dramáticas vivimos; el narco subvenciona políticos comprometidos con sus intereses y por ello, o los cohecha o los desaparece. Dinero público y privado están en el morral de lo asqueroso. Morena pareciera dirigido por la ineptitud. Los sueños de muchos se tambalean. Cuesta mantener incólumes las convicciones frente a casos como el de Guerrero o el de un árbitro electoral solapador del activismo de algunos, pero que sanciona con energía a los que buscan el cambio.

Horas álgidas vivimos; este martes, un desplome escandaloso del metro, las paginas se llenan de amarillismo. Los “oficiantes” de la noticia en T.V. exigen culpables, reclaman cabezas. Los ladridos se multiplican. En tanto, las bandas delincuenciales de Guerrero siguen desplazando y aterrorizando a miles. La muerte invisible y pandémica flagela a infinidad de países. La organización mundial de comercio ni de lejos intenta liberar las patentes de las vacunas. Ante la emergencia mundial, sigue primando el interés privado. En estas horas álgidas, imponen el enriquecimiento colosal. Pero en la nación emblema del planeta, se está practicando un nuevo esquema de política social, porque llegaron a la convicción de que el gran capital solo sobrevivirá si atiende el mínimo de las necesidades sociales, si tira a la basura su vestimenta neoliberal. Lástima que en México la mirada de nuestros riquillos autóctonos sea tan corta que no lo miran así. No se conforman con tajadas, quieren la pastelería y de tiempo completo solo para ellos.