/ martes 27 de julio de 2021

“Llueve, truene o relampagué”, la frase del desastre anticipado

Con admiración por la irresponsabilidad en la toma de decisiones que podría impactar de manera negativa en la salud pública de las y los mexicanos, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, sorprendió con esta frase al referirse que en agosto retornarán millones de estudiantes y maestros a las aulas, pese a la tercera ola de Covid-19 que azota a nuestro país.

Para nadie es desconocido que las clases a distancia han resultado un enorme reto para la comunidad educativa, y ha dejado al descubierto la enorme brecha digital que existe en nuestro país, que es también sinónimo de desigualdad social y del enorme rezago económico que lacera a México.

Tuvimos a un Gobierno que en materia educativa prefirió invertir en clases por televisión, que en dotar de la infraestructura necesaria para garantizar el acceso a la tecnología. El gobierno de la 4T fue, además, incapaz de lograr un gran acuerdo con las empresas de telecomunicaciones de este país, para reducir costos del servicio de internet y generar mejores planes de financiamiento para la adquisición de tecnología, que se convirtió en indispensable durante la pandemia.

¿Qué hacer en un hogar donde se tiene un celular con prepago y tres hijos que requerían de al menos un dispositivo? Esas fueron algunas de las situaciones que este Gobierno fue incapaz de ver y resolver.

Hoy que se plantea desde el -ya acostumbrado- autoritarismo el regreso a clases, no podemos más que manifestar nuestro enérgico rechazo a esta política de improvisación, que podría cobrar más vidas humanas a causa de los contagios en las instituciones educativas.

Es cierto, hoy tenemos un retroceso mayor en materia educativa, pero también es verdad que no podemos anteponer ningún otro fin, por importante que éste sea, por encima de la salud pública de las y los mexicanos.

Aunado a lo anterior, mucho se ha cuestionado la eficiencia de la vacuna CanSino aplicada al personal educativo, la cual no ha sido validada por la Organización Mundial de la Salud; por otro lado, nulo es el avance que se tiene respecto del proceso de vacunación para menores de 18 años en México.

Con apenas el 20 % de la población vacunada, el presidente debería enfocar sus baterías en agilizar la vacunación en el país, para garantizar un regreso a clases sin improvisaciones y que ponga en riesgo a la comunidad educativa.

No debemos olvidar que gran parte de los pacientes que se infectan con la nueva cepa, corresponde a menores de edad y personas jóvenes, quienes han presentado casos graves que han requerido hospitalización.

Desde aquí, un respetuoso llamado a la cordura y la responsabilidad gubernamental.

La consulta que insulta

El próximo 1 de agosto se llevará a cabo la consulta popular impulsada por Morena, para -dicen ellos- “enjuiciar a los expresidentes” ¡Nada más falso!

Resulta que esta consulta popular no es más que otra de las tantas puestas en escena del Gobierno de México para distraer la atención de lo verdaderamente importante: niñas y niños con cáncer sin medicamentos, la inseguridad en franco ascenso y la economía se desploma a la par de los empleos y el cierre de pequeños negocios que no soportan más la indiferencia del Gobierno.

La consulta popular insulta la inteligencia de las y los mexicanos, al manipular el sentido de la misma, y generar una cortina de humo que solo fortalece la narrativa de un presidente que se dedica a crear historias fantásticas, en el lugar de gobernar.

Agradezco el favor de su lectura.

Con admiración por la irresponsabilidad en la toma de decisiones que podría impactar de manera negativa en la salud pública de las y los mexicanos, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, sorprendió con esta frase al referirse que en agosto retornarán millones de estudiantes y maestros a las aulas, pese a la tercera ola de Covid-19 que azota a nuestro país.

Para nadie es desconocido que las clases a distancia han resultado un enorme reto para la comunidad educativa, y ha dejado al descubierto la enorme brecha digital que existe en nuestro país, que es también sinónimo de desigualdad social y del enorme rezago económico que lacera a México.

Tuvimos a un Gobierno que en materia educativa prefirió invertir en clases por televisión, que en dotar de la infraestructura necesaria para garantizar el acceso a la tecnología. El gobierno de la 4T fue, además, incapaz de lograr un gran acuerdo con las empresas de telecomunicaciones de este país, para reducir costos del servicio de internet y generar mejores planes de financiamiento para la adquisición de tecnología, que se convirtió en indispensable durante la pandemia.

¿Qué hacer en un hogar donde se tiene un celular con prepago y tres hijos que requerían de al menos un dispositivo? Esas fueron algunas de las situaciones que este Gobierno fue incapaz de ver y resolver.

Hoy que se plantea desde el -ya acostumbrado- autoritarismo el regreso a clases, no podemos más que manifestar nuestro enérgico rechazo a esta política de improvisación, que podría cobrar más vidas humanas a causa de los contagios en las instituciones educativas.

Es cierto, hoy tenemos un retroceso mayor en materia educativa, pero también es verdad que no podemos anteponer ningún otro fin, por importante que éste sea, por encima de la salud pública de las y los mexicanos.

Aunado a lo anterior, mucho se ha cuestionado la eficiencia de la vacuna CanSino aplicada al personal educativo, la cual no ha sido validada por la Organización Mundial de la Salud; por otro lado, nulo es el avance que se tiene respecto del proceso de vacunación para menores de 18 años en México.

Con apenas el 20 % de la población vacunada, el presidente debería enfocar sus baterías en agilizar la vacunación en el país, para garantizar un regreso a clases sin improvisaciones y que ponga en riesgo a la comunidad educativa.

No debemos olvidar que gran parte de los pacientes que se infectan con la nueva cepa, corresponde a menores de edad y personas jóvenes, quienes han presentado casos graves que han requerido hospitalización.

Desde aquí, un respetuoso llamado a la cordura y la responsabilidad gubernamental.

La consulta que insulta

El próximo 1 de agosto se llevará a cabo la consulta popular impulsada por Morena, para -dicen ellos- “enjuiciar a los expresidentes” ¡Nada más falso!

Resulta que esta consulta popular no es más que otra de las tantas puestas en escena del Gobierno de México para distraer la atención de lo verdaderamente importante: niñas y niños con cáncer sin medicamentos, la inseguridad en franco ascenso y la economía se desploma a la par de los empleos y el cierre de pequeños negocios que no soportan más la indiferencia del Gobierno.

La consulta popular insulta la inteligencia de las y los mexicanos, al manipular el sentido de la misma, y generar una cortina de humo que solo fortalece la narrativa de un presidente que se dedica a crear historias fantásticas, en el lugar de gobernar.

Agradezco el favor de su lectura.