/ lunes 18 de enero de 2021

Lo imprescindible

Todas las dictaduras, de derechas o de izquierdas, practican la censura y usan el chantaje, la intimidación… para controlar el flujo de información

Vargas Llosa

Obligar a pensar a las masas es una tarea imprescindible de la política. Es, en cierto modo, un fin en sí mismo y el combustible que hace que el motor de una sociedad encienda, avance para enfrente, para atrás o simplemente se mantenga encendido.

En este tercer año que inicia de la última transición política en México, es casi imposible dejar de ver que los modelos de comunicación política tradicionales están en un proceso de profundo cambio, y que, de cierto modo, el “nuevo modelo de comunicación mañanero” – imprescindible en la 4t – busca concienciar al ciudadano y hacerle “pensar”, procurando distanciarle del statu quo para llevarlo hacia un elemento histórico-anecdótico del porqué de la transformación “anhelada”.

Para ello, el modelo de comunicación política del poder ejecutivo ha buscado a toda costa “omitir” o deslegitimar a los medios de comunicación de masas tradicionales bajo el argumento de que éstos fueron parte de servilismos con fines políticos de la etapa neoliberal: la radio, la televisión, el cine, los periódicos, las revistas, la cultura; e incluso, también ha buscado la “liberación” del ámbito intelectual orgánico habitual.

No es la primera vez en la historia de nuestro país que la corrupción se convierte en el centro del debate para justificar los cambios estructurales que se requieren, pero si, la primera vez que se utiliza la narrativa del combate a la corrupción y la austeridad como banderas flamantes que lo incendian todo. Incluyendo a aquellas instituciones democráticas que fueron fruto de la lucha por los derechos humanos en el país.

Si bien en México se anhela un cambio estructural resiliente, el propósito de esta nueva transición empieza a desvirtuarse; y esto es cada vez más claro en el modelo de comunicación mañanero que no busca que el ciudadano saque sus propias conclusiones y opte por sus propias decisiones basadas en información confiable, fidedigna y objetiva, sino que controla y manipula el flujo de información con fines distintos.

En toda democracia la verdad es imprescindible: Y lo que ha venido sucediendo en torno a la propuesta del ejecutivo de desaparecer a los organismos constitucionalmente autónomos, no solo es un error de dimensiones históricas, si no que está basado en mentira tras mentira.

No es que no se deba debatir sobre cómo se debe evolucionar el diseño de los organismos constitucionalmente autónomos. No es que las instituciones no deban aceptar una reingeniería necesaria para adecuarse a un Estado moderno que demanda mayor cercanía con sus derechos. No es que deban pensarse como intocables, no.

Es sencillo: la propuesta del ejecutivo de desaparecer al INAI (@INAImexico) y todos los organismos autónomos está basada en la mentira. Pues niega con ello que “la división de poderes es un principio evolutivo, que debe adaptarse a cada momento histórico, para proyectar un ideal regulativo de “pesos y contrapesos” a cada arreglo constitucional, toda vez que la arquitectura del poder público no es estático sino dinámico” (SCJN). Y éste, el poder, no debe concentrarse nunca en las manos de un solo individuo.

Esta situación mal planteada en el debate público hace que las instituciones se vuelvan cada vez más imprescindibles para nuestra democracia; por ello, todo indica que ha llegado el momento de decidir entre los hombres y las instituciones. Y ese ya es un debate imprescindible en México. Pues toda mentira busca esconder algo.

No es lo mismo que lo “mesmo”

Cuando las instituciones democráticas importan por su propio cimiento y no de la popularidad, nos hacen ver que mientras en Estados Unidos en menos de cuatro años se llega al segundo juicio político (‘impeachment’) contra su aún presidente Trump, en México ya se nos queman las habas por la segunda temporada del #LozoyaGate, Rosario Robles y su ex jefe, tan previamente anunciada para este 2021 electoral: de ahí la diferencia entre “insurrección” y “traición”.

  • Analista Político
  • Colaborador de Integridad Ciudadana A.C. @Integridad_AC @VJ1204

Todas las dictaduras, de derechas o de izquierdas, practican la censura y usan el chantaje, la intimidación… para controlar el flujo de información

Vargas Llosa

Obligar a pensar a las masas es una tarea imprescindible de la política. Es, en cierto modo, un fin en sí mismo y el combustible que hace que el motor de una sociedad encienda, avance para enfrente, para atrás o simplemente se mantenga encendido.

En este tercer año que inicia de la última transición política en México, es casi imposible dejar de ver que los modelos de comunicación política tradicionales están en un proceso de profundo cambio, y que, de cierto modo, el “nuevo modelo de comunicación mañanero” – imprescindible en la 4t – busca concienciar al ciudadano y hacerle “pensar”, procurando distanciarle del statu quo para llevarlo hacia un elemento histórico-anecdótico del porqué de la transformación “anhelada”.

Para ello, el modelo de comunicación política del poder ejecutivo ha buscado a toda costa “omitir” o deslegitimar a los medios de comunicación de masas tradicionales bajo el argumento de que éstos fueron parte de servilismos con fines políticos de la etapa neoliberal: la radio, la televisión, el cine, los periódicos, las revistas, la cultura; e incluso, también ha buscado la “liberación” del ámbito intelectual orgánico habitual.

No es la primera vez en la historia de nuestro país que la corrupción se convierte en el centro del debate para justificar los cambios estructurales que se requieren, pero si, la primera vez que se utiliza la narrativa del combate a la corrupción y la austeridad como banderas flamantes que lo incendian todo. Incluyendo a aquellas instituciones democráticas que fueron fruto de la lucha por los derechos humanos en el país.

Si bien en México se anhela un cambio estructural resiliente, el propósito de esta nueva transición empieza a desvirtuarse; y esto es cada vez más claro en el modelo de comunicación mañanero que no busca que el ciudadano saque sus propias conclusiones y opte por sus propias decisiones basadas en información confiable, fidedigna y objetiva, sino que controla y manipula el flujo de información con fines distintos.

En toda democracia la verdad es imprescindible: Y lo que ha venido sucediendo en torno a la propuesta del ejecutivo de desaparecer a los organismos constitucionalmente autónomos, no solo es un error de dimensiones históricas, si no que está basado en mentira tras mentira.

No es que no se deba debatir sobre cómo se debe evolucionar el diseño de los organismos constitucionalmente autónomos. No es que las instituciones no deban aceptar una reingeniería necesaria para adecuarse a un Estado moderno que demanda mayor cercanía con sus derechos. No es que deban pensarse como intocables, no.

Es sencillo: la propuesta del ejecutivo de desaparecer al INAI (@INAImexico) y todos los organismos autónomos está basada en la mentira. Pues niega con ello que “la división de poderes es un principio evolutivo, que debe adaptarse a cada momento histórico, para proyectar un ideal regulativo de “pesos y contrapesos” a cada arreglo constitucional, toda vez que la arquitectura del poder público no es estático sino dinámico” (SCJN). Y éste, el poder, no debe concentrarse nunca en las manos de un solo individuo.

Esta situación mal planteada en el debate público hace que las instituciones se vuelvan cada vez más imprescindibles para nuestra democracia; por ello, todo indica que ha llegado el momento de decidir entre los hombres y las instituciones. Y ese ya es un debate imprescindible en México. Pues toda mentira busca esconder algo.

No es lo mismo que lo “mesmo”

Cuando las instituciones democráticas importan por su propio cimiento y no de la popularidad, nos hacen ver que mientras en Estados Unidos en menos de cuatro años se llega al segundo juicio político (‘impeachment’) contra su aún presidente Trump, en México ya se nos queman las habas por la segunda temporada del #LozoyaGate, Rosario Robles y su ex jefe, tan previamente anunciada para este 2021 electoral: de ahí la diferencia entre “insurrección” y “traición”.

  • Analista Político
  • Colaborador de Integridad Ciudadana A.C. @Integridad_AC @VJ1204