/ viernes 18 de diciembre de 2020

Los aspirantes y sus propuestas para Tlaxcala

Ya es tiempo de los grandes “destapes” de quienes serán los candidatos a gobernar nuestro bello Estado, y es evidente que traerán propuestas de mejoras en el mismo. Los diseños de pueblos y ciudades aborígenes del México actual han cambiado, no solo en la capital tlaxcalteca sino en todo el Estado no se excluye de la influencia del modernismo que periódicamente se impone, modificando construcciones, y lo conocido por veredas fueron convertidos en Caminos Reales y estos en calles por donde transitaran vehículos jalados por animales y después por motores, la pequeña ciudad se fue transformando para mejorar el tránsito en general.

En cuanto a construcción de casas los españoles impusieron uso de tabique y ladrillo, sin embargo aprovecharon el “tepetate” empleados en las portentosas obras eclesiásticas que pueden ser apreciadas en los distintos municipios, con techumbre horizontal elaboradas con vigas labradas de madera, tajamanil, lodo y ladrillo como piso.

A la ciudad de Tlaxcala, desde su fundación, impusieron nombres a callejones como: “el del taco”, los cuales a pesar del crecimiento de las ciudades que con nombres impuestos por las autoridades y de acuerdo con el crecimiento de cada uno de los municipios de Tlaxcala, no han sido modificados.

En este sentido, podemos referir que los nombres de las calles también han sufrido cambios, pero; es observable que los habitantes citadinos no olvidaron el nombre de los héroes de la etnia tlaxcalteca como son: Tlahuicole y Xicohténcatl, como tampoco se ha eliminado el nombre de la calle “el pocito” que data desde la pisada de españoles misioneros religiosos.

Hasta el presente, la ciudad sigue modernizando su arquitectura de acuerdo a la iniciativa de los gobernantes, lo que inició un personaje revolucionario con tablas, tablones y vigas hoy se transforma en edificio construido con tecnología actualizada como en otros países, como la construcción del nuevo Hospital General, las carreteras y el moderno “Estadio Tlahuicole”, nacido como Deportivo “Cajeme” construido por soldados bajo órdenes del Gral. José Amarillas.

Estos pasos constructivos además de contar con la voluntad gubernamental, requieren de recursos financieros, gestión de la debe encargarse la autoridad para realizar las mejoras del Estado y que en el transcurso de los años se han visto reflejadas, claro…mucho más notorio en un periodo que en otro.

Por tanto, los aspirantes a gobernar deben ser visionarios como en su momento fue Don Emilio Sánchez Piedras que con poco presupuesto supo hacia donde dirigirlo y conectó carreteras con los municipios lo que detonó desarrollo para sus pobladores entre muchas buenas obras, pero lo más importante cumplió sus promesas de campaña.

Nuestro Estado es de los más bonitos y con grandes áreas de oportunidad, con ciudadanos que merecen vivir en un lugar de gran progreso, por lo que sería muy importante implementar estrategias para impulsar la participación verdadera de los pobladores de cada región, primero para conocer sus necesidades verdaderas y una vez satisfechas éstas, deberán involucrarse en el cuidado de sus comunidades no sólo en las fachadas que si bien dan un ambiente placentero, tendrán que cuidar a su población y así su desarrollo social.

A través de los años se ha podido demostrar que el trabajo conjunto entre gobierno y sociedad garantiza un mejor entorno y mayor avance pero también se demuestra que el gobierno que solo impone su razón propicia rispidez, desconfianza y muy poca evolución de sus pueblos que los pone en desventaja ante otros que por su buena organización pero sobre todo disposición, logra pasos importantes que dejan las bases para las nuevas generaciones e incluso son disfrutadas por quienes en su momento lo logran.

Los ciudadanos debemos poner el ojo sobre quien es serio y respetuoso con la ciudadanía, que no solo se ha valido de promesas, que ha tenido en sus manos la administración de un pueblo y ha sabido escucharlo, organizarlo y sacado adelante, que ha sido honesto, honrado y ha dado la cara ante la ciudadanía.

Se esperan obras significativas y de continuidad de parte de quienes lleguen a tomar el nuevo rumbo de nuestro querido Tlaxcala, mismas que deben verse reflejadas en la cultura, la economía, la educación y la salud.

Ya es tiempo de los grandes “destapes” de quienes serán los candidatos a gobernar nuestro bello Estado, y es evidente que traerán propuestas de mejoras en el mismo. Los diseños de pueblos y ciudades aborígenes del México actual han cambiado, no solo en la capital tlaxcalteca sino en todo el Estado no se excluye de la influencia del modernismo que periódicamente se impone, modificando construcciones, y lo conocido por veredas fueron convertidos en Caminos Reales y estos en calles por donde transitaran vehículos jalados por animales y después por motores, la pequeña ciudad se fue transformando para mejorar el tránsito en general.

En cuanto a construcción de casas los españoles impusieron uso de tabique y ladrillo, sin embargo aprovecharon el “tepetate” empleados en las portentosas obras eclesiásticas que pueden ser apreciadas en los distintos municipios, con techumbre horizontal elaboradas con vigas labradas de madera, tajamanil, lodo y ladrillo como piso.

A la ciudad de Tlaxcala, desde su fundación, impusieron nombres a callejones como: “el del taco”, los cuales a pesar del crecimiento de las ciudades que con nombres impuestos por las autoridades y de acuerdo con el crecimiento de cada uno de los municipios de Tlaxcala, no han sido modificados.

En este sentido, podemos referir que los nombres de las calles también han sufrido cambios, pero; es observable que los habitantes citadinos no olvidaron el nombre de los héroes de la etnia tlaxcalteca como son: Tlahuicole y Xicohténcatl, como tampoco se ha eliminado el nombre de la calle “el pocito” que data desde la pisada de españoles misioneros religiosos.

Hasta el presente, la ciudad sigue modernizando su arquitectura de acuerdo a la iniciativa de los gobernantes, lo que inició un personaje revolucionario con tablas, tablones y vigas hoy se transforma en edificio construido con tecnología actualizada como en otros países, como la construcción del nuevo Hospital General, las carreteras y el moderno “Estadio Tlahuicole”, nacido como Deportivo “Cajeme” construido por soldados bajo órdenes del Gral. José Amarillas.

Estos pasos constructivos además de contar con la voluntad gubernamental, requieren de recursos financieros, gestión de la debe encargarse la autoridad para realizar las mejoras del Estado y que en el transcurso de los años se han visto reflejadas, claro…mucho más notorio en un periodo que en otro.

Por tanto, los aspirantes a gobernar deben ser visionarios como en su momento fue Don Emilio Sánchez Piedras que con poco presupuesto supo hacia donde dirigirlo y conectó carreteras con los municipios lo que detonó desarrollo para sus pobladores entre muchas buenas obras, pero lo más importante cumplió sus promesas de campaña.

Nuestro Estado es de los más bonitos y con grandes áreas de oportunidad, con ciudadanos que merecen vivir en un lugar de gran progreso, por lo que sería muy importante implementar estrategias para impulsar la participación verdadera de los pobladores de cada región, primero para conocer sus necesidades verdaderas y una vez satisfechas éstas, deberán involucrarse en el cuidado de sus comunidades no sólo en las fachadas que si bien dan un ambiente placentero, tendrán que cuidar a su población y así su desarrollo social.

A través de los años se ha podido demostrar que el trabajo conjunto entre gobierno y sociedad garantiza un mejor entorno y mayor avance pero también se demuestra que el gobierno que solo impone su razón propicia rispidez, desconfianza y muy poca evolución de sus pueblos que los pone en desventaja ante otros que por su buena organización pero sobre todo disposición, logra pasos importantes que dejan las bases para las nuevas generaciones e incluso son disfrutadas por quienes en su momento lo logran.

Los ciudadanos debemos poner el ojo sobre quien es serio y respetuoso con la ciudadanía, que no solo se ha valido de promesas, que ha tenido en sus manos la administración de un pueblo y ha sabido escucharlo, organizarlo y sacado adelante, que ha sido honesto, honrado y ha dado la cara ante la ciudadanía.

Se esperan obras significativas y de continuidad de parte de quienes lleguen a tomar el nuevo rumbo de nuestro querido Tlaxcala, mismas que deben verse reflejadas en la cultura, la economía, la educación y la salud.