/ jueves 12 de abril de 2018

Los avatares de nuestro tiempo

¡Nadie por encima de nuestra dignidad!

Las relaciones bilaterales sostenidas por los gobiernos nacionales de los países se mantienen en tanto los intereses en diversas materias permanecen vigentes. Esta es la razón principal por la que la relación entre nuestro país y los Estados Unidos de Norteamérica (EUA) ha sido tan estrecha a lo largo de la historia, dado que el interés está centrado en tópicos que van desde la seguridad nacional de ambos Estados hasta las cuantiosas fortunas formadas a raíz del libre tránsito de mercancías en la región. Sin embargo, hoy parece que se viven tiempos álgidos, de enorme crisis asentada por el discurso xenófobo, discriminatorio, racista y aislacionista del actual presidente Donald Trump.

Para México resulta complicado el terreno hostil que el gobierno de los Estados Unidos ha inaugurado, dada la intrincada dependencia generada hacia el vecino del norte a lo largo del tiempo. En el plano económico, EUA representa el destino de un 80 % de nuestras exportaciones, además es nuestro principal proveedor de combustibles fósiles, por lo que mucho del sector productivo mexicano depende de la eficiencia energética del país de las barras y las estrellas.

Sin embargo, es menester de aquellos que intentamos analizar la realidad y los avatares de nuestro tiempo, señalar la relevancia estratégica que nuestra nación tiene para EUA en algunos de los temas más sensibles, como lo son: el control migratorio, el combate y prevención del terrorismo, y un larguísimo etcétera.

A pesar de que esta realidad es evidente, el presidente Trump no ha escatimado esfuerzos legales, organizacionales y discursivos para sembrar el insulto, la descalificación y los golpes directos a un país aliado. Apenas la semana pasada el presidente norteamericano firmó una orden ejecutiva para movilizar a la ejército en la frontera para ejercer operaciones de vigilancia en la zona fronteriza, esto con el argumento (más bien excusa) de que los índices de inseguridad en las ciudades estadounidenses del sur se han disparado en los últimos meses.

Estas operaciones definitivamente no son un buen mensaje para la resolución de la crisis sostenida en la relación bilateral, por el contrario, es un acto de poca amistad que choca con nuestra idea de soberanía y buena vecindad. Por ello es que el mensaje del gobierno mexicano, encabezado por el presidente de la República, ha sido acertado y, aún más, la respuesta de los actuales candidatos a ocupar la titularidad de la Administración Pública Federal para optar por la unidad en torno a la defensa de la dignidad de nuestro país y del pueblo mexicano.


El mensaje ante las amenazas de Trump debe seguir siendo contundente ¡Nadie por encima de nuestra dignidad! Además de esta exigencia de respeto, ésta debe estar acompañada del exhorto al análisis de la importancia de México para la región y para los intereses del país vecino.


Facebook: Luis Enrique Bermúdez Cruz


¡Nadie por encima de nuestra dignidad!

Las relaciones bilaterales sostenidas por los gobiernos nacionales de los países se mantienen en tanto los intereses en diversas materias permanecen vigentes. Esta es la razón principal por la que la relación entre nuestro país y los Estados Unidos de Norteamérica (EUA) ha sido tan estrecha a lo largo de la historia, dado que el interés está centrado en tópicos que van desde la seguridad nacional de ambos Estados hasta las cuantiosas fortunas formadas a raíz del libre tránsito de mercancías en la región. Sin embargo, hoy parece que se viven tiempos álgidos, de enorme crisis asentada por el discurso xenófobo, discriminatorio, racista y aislacionista del actual presidente Donald Trump.

Para México resulta complicado el terreno hostil que el gobierno de los Estados Unidos ha inaugurado, dada la intrincada dependencia generada hacia el vecino del norte a lo largo del tiempo. En el plano económico, EUA representa el destino de un 80 % de nuestras exportaciones, además es nuestro principal proveedor de combustibles fósiles, por lo que mucho del sector productivo mexicano depende de la eficiencia energética del país de las barras y las estrellas.

Sin embargo, es menester de aquellos que intentamos analizar la realidad y los avatares de nuestro tiempo, señalar la relevancia estratégica que nuestra nación tiene para EUA en algunos de los temas más sensibles, como lo son: el control migratorio, el combate y prevención del terrorismo, y un larguísimo etcétera.

A pesar de que esta realidad es evidente, el presidente Trump no ha escatimado esfuerzos legales, organizacionales y discursivos para sembrar el insulto, la descalificación y los golpes directos a un país aliado. Apenas la semana pasada el presidente norteamericano firmó una orden ejecutiva para movilizar a la ejército en la frontera para ejercer operaciones de vigilancia en la zona fronteriza, esto con el argumento (más bien excusa) de que los índices de inseguridad en las ciudades estadounidenses del sur se han disparado en los últimos meses.

Estas operaciones definitivamente no son un buen mensaje para la resolución de la crisis sostenida en la relación bilateral, por el contrario, es un acto de poca amistad que choca con nuestra idea de soberanía y buena vecindad. Por ello es que el mensaje del gobierno mexicano, encabezado por el presidente de la República, ha sido acertado y, aún más, la respuesta de los actuales candidatos a ocupar la titularidad de la Administración Pública Federal para optar por la unidad en torno a la defensa de la dignidad de nuestro país y del pueblo mexicano.


El mensaje ante las amenazas de Trump debe seguir siendo contundente ¡Nadie por encima de nuestra dignidad! Además de esta exigencia de respeto, ésta debe estar acompañada del exhorto al análisis de la importancia de México para la región y para los intereses del país vecino.


Facebook: Luis Enrique Bermúdez Cruz