/ jueves 19 de julio de 2018

Los avatares de nuestro tiempo

Lugar vacante en el liderazgo internacional

El concierto de las relaciones internacionales entre los Estados continúa y, a lo largo de la historia, se ha caracterizado por estar en medio de las muchas notas altas (las épocas de mayor crisis) y algunas otras que permean a todas las piezas de una enorme tranquilidad; empero, de que estos momentos históricos entre la crisis y la estabilidad son innegablemente distintos y responden a diversas causas, ambas se han caracterizado por el liderazgo de uno u otro Estado, comandado por la personalidad, la inteligencia, la sagacidad y la gran formación política de líderes, nada más recordar nombres como: Charles De Gaulle, de Francia; Winston Churchill, del Reino Unido, o más recientemente Barack Obama, de los Estados Unidos de Norteamérica.

En la actualidad, el sistema internacional y los Estados experimentan un reordenamiento, en el sentido de que el liderazgo frente a los problemas globales y la perspectiva internacional de la seguridad y la economía (por mencionar algunos temas) está vacante; el cambio de François Hollande y la falta de afianzamiento por parte de Emmanuel Macron, la deficiente estrategia de comunicación del presidente ruso Putin para consolidarse como una figura de liderazgo internacional, y sobre todo la elección de Donald Trump en los Estados Unidos, son los momentos que constituyen esta falta de líderes que sean capaces de dirigir este concierto de las relaciones internacionales que, repito, en ocasiones es estruendoso y en otras, sumamente silencioso.


Las visitas de Estado que el presidente Donald Trump ha realizado han dejado de manifiesto esta falta y necesidad de liderazgo en el mundo, lo importante no es su irreverencia que casi llega a ser una actitud irrespetuosa; sino que no ha sido capaz de marcar la agenda que a los intereses norteamericanos conviene en el mundo, tanto en el Reino Unido donde lo que se recuerda es la falta de seguimiento del protocolo con la reina Isabel, así como en Rusia donde, después de una reunión secreta con el presidente Putin, en la conferencia de prensa ofrecida uno de los temas centrales fue la prácticamente confirmada intervención rusa en las elecciones de los Estados Unidos de Norteamérica, donde el empresario resultó electo como presidente.

En este momento de la historia, específicamente en el análisis de este uno de los avatares de nuestro tiempo, conviene regresar a las obras fundamentales de las relaciones internacionales con libros como “La Diplomacia”, de la autoría de Henry Kissinger, quien fuese precisamente un funcionario de primer nivel estadounidense, Secretario de Estado; el libro es sucintamente la historia de las relaciones internacionales visto desde lo pragmático de un hombre que se enfrentó a esos retos y a la difícil tarea de ejercer el arte de la diplomacia.


El liderazgo internacional está vacante, esto no quiere decir que no haya muchos personajes que deseen tomarlo, nombres sobran, pero la geopolítica y la realidad de los países comienza a descalificar a muchos, quedan: Macron, Merkel, Putin y el mismísimo presidente Donald Trump que, quizás aún pueda reivindicarse.


Facebook: Luis Enrique Bermúdez Cruz


Lugar vacante en el liderazgo internacional

El concierto de las relaciones internacionales entre los Estados continúa y, a lo largo de la historia, se ha caracterizado por estar en medio de las muchas notas altas (las épocas de mayor crisis) y algunas otras que permean a todas las piezas de una enorme tranquilidad; empero, de que estos momentos históricos entre la crisis y la estabilidad son innegablemente distintos y responden a diversas causas, ambas se han caracterizado por el liderazgo de uno u otro Estado, comandado por la personalidad, la inteligencia, la sagacidad y la gran formación política de líderes, nada más recordar nombres como: Charles De Gaulle, de Francia; Winston Churchill, del Reino Unido, o más recientemente Barack Obama, de los Estados Unidos de Norteamérica.

En la actualidad, el sistema internacional y los Estados experimentan un reordenamiento, en el sentido de que el liderazgo frente a los problemas globales y la perspectiva internacional de la seguridad y la economía (por mencionar algunos temas) está vacante; el cambio de François Hollande y la falta de afianzamiento por parte de Emmanuel Macron, la deficiente estrategia de comunicación del presidente ruso Putin para consolidarse como una figura de liderazgo internacional, y sobre todo la elección de Donald Trump en los Estados Unidos, son los momentos que constituyen esta falta de líderes que sean capaces de dirigir este concierto de las relaciones internacionales que, repito, en ocasiones es estruendoso y en otras, sumamente silencioso.


Las visitas de Estado que el presidente Donald Trump ha realizado han dejado de manifiesto esta falta y necesidad de liderazgo en el mundo, lo importante no es su irreverencia que casi llega a ser una actitud irrespetuosa; sino que no ha sido capaz de marcar la agenda que a los intereses norteamericanos conviene en el mundo, tanto en el Reino Unido donde lo que se recuerda es la falta de seguimiento del protocolo con la reina Isabel, así como en Rusia donde, después de una reunión secreta con el presidente Putin, en la conferencia de prensa ofrecida uno de los temas centrales fue la prácticamente confirmada intervención rusa en las elecciones de los Estados Unidos de Norteamérica, donde el empresario resultó electo como presidente.

En este momento de la historia, específicamente en el análisis de este uno de los avatares de nuestro tiempo, conviene regresar a las obras fundamentales de las relaciones internacionales con libros como “La Diplomacia”, de la autoría de Henry Kissinger, quien fuese precisamente un funcionario de primer nivel estadounidense, Secretario de Estado; el libro es sucintamente la historia de las relaciones internacionales visto desde lo pragmático de un hombre que se enfrentó a esos retos y a la difícil tarea de ejercer el arte de la diplomacia.


El liderazgo internacional está vacante, esto no quiere decir que no haya muchos personajes que deseen tomarlo, nombres sobran, pero la geopolítica y la realidad de los países comienza a descalificar a muchos, quedan: Macron, Merkel, Putin y el mismísimo presidente Donald Trump que, quizás aún pueda reivindicarse.


Facebook: Luis Enrique Bermúdez Cruz