/ jueves 10 de enero de 2019

LOS AVATARES DE NUESTRO TIEMPO

La importancia de la seguridad energética y el combate al robo de combustible

Para los Estados modernos, el concepto de seguridad ha sido la piedra angular de su funcionamiento y sus responsabilidades, ha sido materia de políticas y acciones que exigen recursos económicos y un gran trabajo de diagnóstico para conocer su estado y sus posibles futuros; de tal suerte, se habla de seguridad pública, seguridad nacional -a veces hasta de seguridad interior- y seguridad energética, solamente por mencionar algunas de las diversificaciones del concepto.

La seguridad nacional, como el conjunto de acciones para garantizar la estabilidad, integridad y permanencia del Estado, en este caso mexicano, logra abarcar temas como puede ser: la administración de los recursos energéticos del país, llámese: gas natural, electricidad y gasolinas. El gobierno, en antaño, había fungido como el único involucrado en la refinación, producción, distribución y comercialización de productos petrolíferos; sin embargo, con la trascendente reforma energética han ingresado privados en la distribución y comercialización de los combustibles. Esta nueva realidad del mercado de los energéticos no exime de la responsabilidad al gobierno para garantizar el suficiente abastecimiento de combustibles para mantener a flote las actividades productivas del país y la protección de la infraestructura crítica como las 6 refinerías existentes en el territorio nacional.

Este enorme reto, en conjunto, que se constituye como la seguridad energética, se postra como un enorme reto para el gobierno mexicano que en los últimos años ha tenido que enfrentar el crimen del robo de combustible, por medio de la extracción y perforación de los ductos petrolíferos.

Las cifras que arroja el robo de combustible son realmente sorprendentes, para el año 2016 fueron de 30 mil 800 millones de pesos, en 2017 ascendieron a 50 mil 100 millones de pesos y en el año 2018 a 66 mil 300 millones de pesos. Sucintamente, las pérdidas para la empresa paraestatal más importante de México: PEMEX, ha sido un golpe contundente a su estabilidad. Con ello, la seguridad energética del país se ha puesto en un predicamento real que, el presidente Andrés Manuel López Obrador, parece haber comprendido correctamente. Sin embargo, la decisión de cerrar varios de los ductos de suministro, ha generado duras críticas sobre todo porque ha situado en la población frente a una escasez de gasolinas.

De momento, parece que el gobierno federal va enserio contra el robo de los energéticos, pero considero que se requiere de mayor trabajo de inteligencia e inversión en tecnología para evitar el ilícito, el problema no es sencillo, por lo que requiere de máximo compromiso gubernamental.

Lo que queda es esperar buenos resultados, que las decisiones tomadas sean consecuencia de un efectivo procesos de planeación y ser responsables frente al problema sensible de suministro de combustibles. La seguridad energética, reitero, demanda mayor trabajo de inteligencia y de inversión en la generación e instalación de herramientas tecnológicas, elementos que el gobierno debe considerar como imprescindibles; por su importancia estratégica no puede ser expuesta al azar o la buena fortuna.

El problema debe ser solucionado porque tiene un impacto directo sobre la seguridad del Estado, las soluciones no son sencillas y su implementación debe estar acompañada de una efectiva estrategia de comunicación para evitar diferentes interpretaciones o el descontrol por la escasez de los petrolíferos.


Facebook: Luis Enrique Bermúdez Cruz

La importancia de la seguridad energética y el combate al robo de combustible

Para los Estados modernos, el concepto de seguridad ha sido la piedra angular de su funcionamiento y sus responsabilidades, ha sido materia de políticas y acciones que exigen recursos económicos y un gran trabajo de diagnóstico para conocer su estado y sus posibles futuros; de tal suerte, se habla de seguridad pública, seguridad nacional -a veces hasta de seguridad interior- y seguridad energética, solamente por mencionar algunas de las diversificaciones del concepto.

La seguridad nacional, como el conjunto de acciones para garantizar la estabilidad, integridad y permanencia del Estado, en este caso mexicano, logra abarcar temas como puede ser: la administración de los recursos energéticos del país, llámese: gas natural, electricidad y gasolinas. El gobierno, en antaño, había fungido como el único involucrado en la refinación, producción, distribución y comercialización de productos petrolíferos; sin embargo, con la trascendente reforma energética han ingresado privados en la distribución y comercialización de los combustibles. Esta nueva realidad del mercado de los energéticos no exime de la responsabilidad al gobierno para garantizar el suficiente abastecimiento de combustibles para mantener a flote las actividades productivas del país y la protección de la infraestructura crítica como las 6 refinerías existentes en el territorio nacional.

Este enorme reto, en conjunto, que se constituye como la seguridad energética, se postra como un enorme reto para el gobierno mexicano que en los últimos años ha tenido que enfrentar el crimen del robo de combustible, por medio de la extracción y perforación de los ductos petrolíferos.

Las cifras que arroja el robo de combustible son realmente sorprendentes, para el año 2016 fueron de 30 mil 800 millones de pesos, en 2017 ascendieron a 50 mil 100 millones de pesos y en el año 2018 a 66 mil 300 millones de pesos. Sucintamente, las pérdidas para la empresa paraestatal más importante de México: PEMEX, ha sido un golpe contundente a su estabilidad. Con ello, la seguridad energética del país se ha puesto en un predicamento real que, el presidente Andrés Manuel López Obrador, parece haber comprendido correctamente. Sin embargo, la decisión de cerrar varios de los ductos de suministro, ha generado duras críticas sobre todo porque ha situado en la población frente a una escasez de gasolinas.

De momento, parece que el gobierno federal va enserio contra el robo de los energéticos, pero considero que se requiere de mayor trabajo de inteligencia e inversión en tecnología para evitar el ilícito, el problema no es sencillo, por lo que requiere de máximo compromiso gubernamental.

Lo que queda es esperar buenos resultados, que las decisiones tomadas sean consecuencia de un efectivo procesos de planeación y ser responsables frente al problema sensible de suministro de combustibles. La seguridad energética, reitero, demanda mayor trabajo de inteligencia y de inversión en la generación e instalación de herramientas tecnológicas, elementos que el gobierno debe considerar como imprescindibles; por su importancia estratégica no puede ser expuesta al azar o la buena fortuna.

El problema debe ser solucionado porque tiene un impacto directo sobre la seguridad del Estado, las soluciones no son sencillas y su implementación debe estar acompañada de una efectiva estrategia de comunicación para evitar diferentes interpretaciones o el descontrol por la escasez de los petrolíferos.


Facebook: Luis Enrique Bermúdez Cruz