/ sábado 9 de julio de 2022

Los Avatares de Nuestro Tiempo | AMLO en EUA: Oportunidad invaluable

La globalización ha representado oportunidades múltiples de conversación, colaboración y cooperación entre Estados nacionales. No obstante, esta condición aún supone que se enfrentan resistencias para reconocer problemas de carácter global y, sobre todo, fijar compromisos y rutas de acción para resolverlos de manera conjunta. Dado este escenario, los espacios de política internacional resultan indispensables para construir agendas y compartir responsabilidades; con esa lógica debe entenderse la visita del Presidente Andrés Manuel López Obrador (en condición de Jefe de Estado a los Estados Unidos), es una nueva oportunidad para colocar temas en la agenda bilateral y regional, aún más tras el error estratégico de la inasistencia a la Cumbre de las Américas

Dicha lógica política parece estar en curso. Hay asuntos de carácter nacional que gradualmente se han insertado en el imaginario social como prioridades y que, en consecuencia, figuran como puntos torales de la reunión en EUA. Algunos de los más relevantes son: la urgencia para acelerar los procesos de regularización de migrantes que laboran en EUA; análisis de la inflación y medidas para enfrentarla; la revisión del T-MEC y, por supuesto, la migración irregular en la región. Además, discursivamente se ha construido una narrativa que reivindica el derecho de acceso a la información, los trabajos periodísticos y la libertad, justo en el marco del proceso en contra de Julian Assange quien es conocido por revelar información –incluso gubernamental– desde wikileaks.

Todos esos temas son, en principio, trascendentales e inobjetablemente importantes e interesantes. Sin embargo, dadas las condiciones de las relaciones entre México y Estados Unidos, así como la capacidad –en cuanto a política exterior se refiere– por parte del gobierno mexicano, la agenda de temas prioritarios debiera construirse a partir del ánimo interior del país. Ahí los temas importantes están alejados de la cruzada discursiva y más cercanos a las graves crisis regionales, como es el caso de la migración irregular que supone riesgos para la vida de familias enteras que migran en búsqueda de mejores condiciones de vida. El ejemplo está frente a nosotros, con la noticia trágica y reciente de la asfixia de migrantes atrapados en un camión, solamente por perseguir el anhelo de vivir en entornos favorables. En este sentido, la visita del Presidente de la República a EUA es una oportunidad invaluable para avanzar en la fijación de acciones para frenar la crisis humanitaria a causa de la migración desde Centroamérica hacia EUA.

El hecho de que se ejerza un ejercicio de ponderación de los temas no significa que unos sean valiosos y otros no. El resolutivo no es maniqueo, es –más bien– estratégico.

  • El gobierno mexicano debe administrar sus oportunidades eficazmente y, por tanto, aunque el asunto de Assange y el gobierno estadounidense puede representar un hito en la defensa de la libertad, ahora mismo hay problemas globales que exigen respuestas inmediatas.

Bajo este razonamiento carecen de sentido las consignas incluso contra la estatua de la libertad, contra simbolismos. Si el objetivo es consolidarse como frente crítico (sumando la decisión en Cumbre de las Américas y la cruzada por la libertad) entonces nuevamente se perderá una oportunidad de fijar una agenda de cooperación en la relación bilateral de los países.

Por el contrario, si la visita se dimensiona como una oportunidad invaluable, entonces –en el corto plazo– se podrán observar acciones ejecutivas para mediar y contener los graves problemas. Para el caso de la migración: esquemas de inversión en los países con mayor proporción de población emigrante; para el caso de la inflación y la crisis económica, mayor dinamismo económico postpandemia entre los dos países y, en los que respecta al T-MEC, la apertura y consolidación de acuerdos acerca de qué elementos estarían sujetos a revisión y análisis en el mes de noviembre.

La globalización ha representado oportunidades múltiples de conversación, colaboración y cooperación entre Estados nacionales. No obstante, esta condición aún supone que se enfrentan resistencias para reconocer problemas de carácter global y, sobre todo, fijar compromisos y rutas de acción para resolverlos de manera conjunta. Dado este escenario, los espacios de política internacional resultan indispensables para construir agendas y compartir responsabilidades; con esa lógica debe entenderse la visita del Presidente Andrés Manuel López Obrador (en condición de Jefe de Estado a los Estados Unidos), es una nueva oportunidad para colocar temas en la agenda bilateral y regional, aún más tras el error estratégico de la inasistencia a la Cumbre de las Américas

Dicha lógica política parece estar en curso. Hay asuntos de carácter nacional que gradualmente se han insertado en el imaginario social como prioridades y que, en consecuencia, figuran como puntos torales de la reunión en EUA. Algunos de los más relevantes son: la urgencia para acelerar los procesos de regularización de migrantes que laboran en EUA; análisis de la inflación y medidas para enfrentarla; la revisión del T-MEC y, por supuesto, la migración irregular en la región. Además, discursivamente se ha construido una narrativa que reivindica el derecho de acceso a la información, los trabajos periodísticos y la libertad, justo en el marco del proceso en contra de Julian Assange quien es conocido por revelar información –incluso gubernamental– desde wikileaks.

Todos esos temas son, en principio, trascendentales e inobjetablemente importantes e interesantes. Sin embargo, dadas las condiciones de las relaciones entre México y Estados Unidos, así como la capacidad –en cuanto a política exterior se refiere– por parte del gobierno mexicano, la agenda de temas prioritarios debiera construirse a partir del ánimo interior del país. Ahí los temas importantes están alejados de la cruzada discursiva y más cercanos a las graves crisis regionales, como es el caso de la migración irregular que supone riesgos para la vida de familias enteras que migran en búsqueda de mejores condiciones de vida. El ejemplo está frente a nosotros, con la noticia trágica y reciente de la asfixia de migrantes atrapados en un camión, solamente por perseguir el anhelo de vivir en entornos favorables. En este sentido, la visita del Presidente de la República a EUA es una oportunidad invaluable para avanzar en la fijación de acciones para frenar la crisis humanitaria a causa de la migración desde Centroamérica hacia EUA.

El hecho de que se ejerza un ejercicio de ponderación de los temas no significa que unos sean valiosos y otros no. El resolutivo no es maniqueo, es –más bien– estratégico.

  • El gobierno mexicano debe administrar sus oportunidades eficazmente y, por tanto, aunque el asunto de Assange y el gobierno estadounidense puede representar un hito en la defensa de la libertad, ahora mismo hay problemas globales que exigen respuestas inmediatas.

Bajo este razonamiento carecen de sentido las consignas incluso contra la estatua de la libertad, contra simbolismos. Si el objetivo es consolidarse como frente crítico (sumando la decisión en Cumbre de las Américas y la cruzada por la libertad) entonces nuevamente se perderá una oportunidad de fijar una agenda de cooperación en la relación bilateral de los países.

Por el contrario, si la visita se dimensiona como una oportunidad invaluable, entonces –en el corto plazo– se podrán observar acciones ejecutivas para mediar y contener los graves problemas. Para el caso de la migración: esquemas de inversión en los países con mayor proporción de población emigrante; para el caso de la inflación y la crisis económica, mayor dinamismo económico postpandemia entre los dos países y, en los que respecta al T-MEC, la apertura y consolidación de acuerdos acerca de qué elementos estarían sujetos a revisión y análisis en el mes de noviembre.