/ sábado 24 de julio de 2021

Los Avatares de Nuestro Tiempo | El difícil escenario político

En México los proyectos de gobierno -todos sexenales- son encumbrados cuando tienen mayores adeptos y legitimidad frente a la población, después son venidos a menos o en caída libre. Varias son las razones que explican ese deterioro en un lapso breve, por ejemplo: el desgaste natural en la toma de decisiones con trascendencia pública; la permanente confrontación con otros grupos políticos o los procesos sucesorios o preelectorales. El reloj político avanza y con él las agendas cambian y los intereses políticos y sociales cambian.

Actualmente el Gobierno federal, prácticamente a la mitad del período, entra en un punto de inflexión e inician varios procesos marcados en el reloj político. Puede ser un período de relanzamiento en las áreas de la gestión pública en que los resultados han sido marginales, un proceso para reafirmar temas en la agenda pública o también de adelantamiento político de quienes aspiran a suceder al presidente Andrés Manuel López Obrador, justo como pareció ser por varios momentos de las últimas semanas. Indudablemente seria pronto y provocaría inestabilidad política al interior de los grupos y cuadros involucrados en la denominada Cuarta Transformación.

Además de esos movimientos políticos también hay un propósito reivindicatorio de las prioridades de política pública del gobierno. Coincido en ese sentido con el texto "Rectificaciones" de la autoría de Gibrán Ramírez, con algunas precisiones relevantes. Es decir, en materia de salud y de administración de la política social, los retos que enfrenta el país son aún inconmensurables frente al escenario planteado en la campaña electoral de 2018.

Es comprensible, parafraseando el texto de "Elogio a la traición" de Dennis Jembar e Yves Roucaute, uno de los mayores dilemas de la actividad política es la dificultad de cumplir con la totalidad de las promesas planteadas en las campañas electorales y llegar al punto (en el ejercicio del poder) de traicionar lo dicho en algún discurso encendido. No es un tema menor, quizás este momento político sea para el fortalecimiento discursivo y fáctico de la Cuarta Transformación o para acelerar el decaimiento de una figura y el surgimiento de otra u otras.

Mientras el reloj político avanza, los problemas cotidianos de la sociedad mexicana permanecen. Por ello sería positivo que el relanzamiento o fortalecimiento del proyecto de gobierno estuviera concentrado en los objetivos de política pública y, en la medida de lo posible, distanciado de las agendas personales de posicionamiento mediático o político al interior del partido político en el gobierno.

  • En realidad, el fortalecimiento o decaimiento de la denominada Cuarta Transformación está condicionada a las mejores decisiones al interior de tal proyecto político, en virtud de que en la oposición partidista priva la desorganización y la falta de liderazgos destacados.

Ante este contexto es posible aseverar que vivimos un difícil escenario político porque el tiempo pasa y la falta de apuesta total a los objetivos de política pública solo afecta a quienes diariamente se enfrentan con los problemas históricos que nuestro país arrastra: desigualdad, inseguridad, deficiencias en el sistema de salud, etc. Este proyecto sexenal potencialmente podría hallar el camino hacia el éxito político a partir de la obtención de resultados. Ojalá exista la voluntad política de un proyecto y que rebase las ambiciones personales de liderazgos que ubican el reloj político con velocidad inusitada.

En México los proyectos de gobierno -todos sexenales- son encumbrados cuando tienen mayores adeptos y legitimidad frente a la población, después son venidos a menos o en caída libre. Varias son las razones que explican ese deterioro en un lapso breve, por ejemplo: el desgaste natural en la toma de decisiones con trascendencia pública; la permanente confrontación con otros grupos políticos o los procesos sucesorios o preelectorales. El reloj político avanza y con él las agendas cambian y los intereses políticos y sociales cambian.

Actualmente el Gobierno federal, prácticamente a la mitad del período, entra en un punto de inflexión e inician varios procesos marcados en el reloj político. Puede ser un período de relanzamiento en las áreas de la gestión pública en que los resultados han sido marginales, un proceso para reafirmar temas en la agenda pública o también de adelantamiento político de quienes aspiran a suceder al presidente Andrés Manuel López Obrador, justo como pareció ser por varios momentos de las últimas semanas. Indudablemente seria pronto y provocaría inestabilidad política al interior de los grupos y cuadros involucrados en la denominada Cuarta Transformación.

Además de esos movimientos políticos también hay un propósito reivindicatorio de las prioridades de política pública del gobierno. Coincido en ese sentido con el texto "Rectificaciones" de la autoría de Gibrán Ramírez, con algunas precisiones relevantes. Es decir, en materia de salud y de administración de la política social, los retos que enfrenta el país son aún inconmensurables frente al escenario planteado en la campaña electoral de 2018.

Es comprensible, parafraseando el texto de "Elogio a la traición" de Dennis Jembar e Yves Roucaute, uno de los mayores dilemas de la actividad política es la dificultad de cumplir con la totalidad de las promesas planteadas en las campañas electorales y llegar al punto (en el ejercicio del poder) de traicionar lo dicho en algún discurso encendido. No es un tema menor, quizás este momento político sea para el fortalecimiento discursivo y fáctico de la Cuarta Transformación o para acelerar el decaimiento de una figura y el surgimiento de otra u otras.

Mientras el reloj político avanza, los problemas cotidianos de la sociedad mexicana permanecen. Por ello sería positivo que el relanzamiento o fortalecimiento del proyecto de gobierno estuviera concentrado en los objetivos de política pública y, en la medida de lo posible, distanciado de las agendas personales de posicionamiento mediático o político al interior del partido político en el gobierno.

  • En realidad, el fortalecimiento o decaimiento de la denominada Cuarta Transformación está condicionada a las mejores decisiones al interior de tal proyecto político, en virtud de que en la oposición partidista priva la desorganización y la falta de liderazgos destacados.

Ante este contexto es posible aseverar que vivimos un difícil escenario político porque el tiempo pasa y la falta de apuesta total a los objetivos de política pública solo afecta a quienes diariamente se enfrentan con los problemas históricos que nuestro país arrastra: desigualdad, inseguridad, deficiencias en el sistema de salud, etc. Este proyecto sexenal potencialmente podría hallar el camino hacia el éxito político a partir de la obtención de resultados. Ojalá exista la voluntad política de un proyecto y que rebase las ambiciones personales de liderazgos que ubican el reloj político con velocidad inusitada.