/ sábado 10 de julio de 2021

Los Avatares de Nuestro Tiempo | El reto transgeneracional de los municipios y ayuntamientos

La historia política de México está repleta de la figuración, descomposición y reforma de instituciones; quizás uno de las que más ha generado discusiones es el municipio como forma de organización política, administrativa y división territorial.

Son sus grandes propósitos y significados institucionales y justo en esa medida han sido sus retos. Conviene escribir sobre el tema por dos razones fundamentales: la primera por la efeméride, dado que un día como hoy pero de 1519 el conquistador Hernán Cortés notificó al Rey Carlos V de España haber constituido el Ayuntamiento de la Villa Rica de la Veracruz, dicha acción reafirmó la fundación de éste que se había dado en abril del mismo año y con ello la creación del Primer Ayuntamiento de América; la segunda razón es por la multiplicidad de problemas, desafíos y retos a los que ayuntamientos, en tanto gobiernos municipales, enfrentan diariamente.

En este orden de ideas y ante la coyuntura política conviene repensar y formular las estrategias idóneas para el fortalecimiento del municipio mexicano y los ayuntamientos. La creación de éstos responde también a un principio de proximidad con la población, a la noción de mejor dispersión de recursos públicos para la atención de problemas y a la conformación de un mecanismo de provisión de servicios básicos.

La Constitución de los Estados Unidos Mexicanos en el artículo 115, fracción III, define las siguientes las funciones y servicios a cargo de los municipios:

  • Agua potable
  • Drenaje
  • Alcantarillado
  • Tratamiento y disposición de aguas residuales
  • Alumbrado público
  • Limpia, recolección, traslado, tratamiento y disposición final de residuos
  • Mercado y centrales de abasto
  • Panteones
  • Rastro
  • Calles, parques y jardines y su equipamiento
  • Seguridad pública

y algunas otras funciones determinadas por las legislaturas locales.

La delimitación funcional de los municipios orilla a la conformación de gobiernos municipales orientados al cumplimiento de estos objetivos vinculados estrechamente con la mejora en las condiciones de vida de las personas y con ello en su desarrollo humano y mejores perspectivas de progreso y bienestar.

Sin embargo, en el país los gobiernos municipales son entes que planean poco sus acciones, sostienen gestiones ineficientes y cuentan con cuerpos administrativos poco profesionalizados. Indudablemente hay excepciones, no obstante, el diagnóstico no es favorecedor y más bien la toma de decisiones en otros niveles de gobierno (federal y estatal) debiera orientarse hacia el fortalecimiento de los municipios y la supletoriedad en las funciones en que se observan rebasados, como el caso de la seguridad pública, tópico en el que han existido numerosas reformas legales para resolverlo.

Para el caso de Tlaxcala, los obstáculos para contar con gobiernos municipales con suficientes capacidades institucionales para la gestión y resolución de problemas públicos parecen similares a las del resto del país, con varias particularidades en función de condiciones demográficas, sociales, económicas, geográficas y políticas.

Al respecto, la publicación más reciente del Informe de Desarrollo Humano Municipal elaborado por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) señala que los municipios en Tlaxcala tienen el promedio más bajo del país en el Índice de Capacidades Funcionales Municipales.

En síntesis, sólo dos de los municipios en el Estado lograron una nota alta; seis alcanzaron nota media y 52 obtuvieron una baja.

Lo más preocupante es que 22 municipios obtuvieron 0 en este índice, lo cual hace inferir que las capacidades de los gobiernos municipales como instituciones son limitadas o escasas para desarrollar las funciones y servicios que el artículo 115 constitucional les confiere.

La condición de propensión a los malos resultados contraste con la relevancia que el nivel municipal debiera tener en la vida social del país y en las mejores condiciones para el desarrollo humano de los individuos.

Ahora mismo, en medio de procesos de entrega-recepción en los gobiernos municipales convendría construir una agenda municipalista para el Estado, se requiere voluntad política y toda la capacidad. Sigue siendo, como desde hace mucho tiempo, un reto transgeneracional.

La historia política de México está repleta de la figuración, descomposición y reforma de instituciones; quizás uno de las que más ha generado discusiones es el municipio como forma de organización política, administrativa y división territorial.

Son sus grandes propósitos y significados institucionales y justo en esa medida han sido sus retos. Conviene escribir sobre el tema por dos razones fundamentales: la primera por la efeméride, dado que un día como hoy pero de 1519 el conquistador Hernán Cortés notificó al Rey Carlos V de España haber constituido el Ayuntamiento de la Villa Rica de la Veracruz, dicha acción reafirmó la fundación de éste que se había dado en abril del mismo año y con ello la creación del Primer Ayuntamiento de América; la segunda razón es por la multiplicidad de problemas, desafíos y retos a los que ayuntamientos, en tanto gobiernos municipales, enfrentan diariamente.

En este orden de ideas y ante la coyuntura política conviene repensar y formular las estrategias idóneas para el fortalecimiento del municipio mexicano y los ayuntamientos. La creación de éstos responde también a un principio de proximidad con la población, a la noción de mejor dispersión de recursos públicos para la atención de problemas y a la conformación de un mecanismo de provisión de servicios básicos.

La Constitución de los Estados Unidos Mexicanos en el artículo 115, fracción III, define las siguientes las funciones y servicios a cargo de los municipios:

  • Agua potable
  • Drenaje
  • Alcantarillado
  • Tratamiento y disposición de aguas residuales
  • Alumbrado público
  • Limpia, recolección, traslado, tratamiento y disposición final de residuos
  • Mercado y centrales de abasto
  • Panteones
  • Rastro
  • Calles, parques y jardines y su equipamiento
  • Seguridad pública

y algunas otras funciones determinadas por las legislaturas locales.

La delimitación funcional de los municipios orilla a la conformación de gobiernos municipales orientados al cumplimiento de estos objetivos vinculados estrechamente con la mejora en las condiciones de vida de las personas y con ello en su desarrollo humano y mejores perspectivas de progreso y bienestar.

Sin embargo, en el país los gobiernos municipales son entes que planean poco sus acciones, sostienen gestiones ineficientes y cuentan con cuerpos administrativos poco profesionalizados. Indudablemente hay excepciones, no obstante, el diagnóstico no es favorecedor y más bien la toma de decisiones en otros niveles de gobierno (federal y estatal) debiera orientarse hacia el fortalecimiento de los municipios y la supletoriedad en las funciones en que se observan rebasados, como el caso de la seguridad pública, tópico en el que han existido numerosas reformas legales para resolverlo.

Para el caso de Tlaxcala, los obstáculos para contar con gobiernos municipales con suficientes capacidades institucionales para la gestión y resolución de problemas públicos parecen similares a las del resto del país, con varias particularidades en función de condiciones demográficas, sociales, económicas, geográficas y políticas.

Al respecto, la publicación más reciente del Informe de Desarrollo Humano Municipal elaborado por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) señala que los municipios en Tlaxcala tienen el promedio más bajo del país en el Índice de Capacidades Funcionales Municipales.

En síntesis, sólo dos de los municipios en el Estado lograron una nota alta; seis alcanzaron nota media y 52 obtuvieron una baja.

Lo más preocupante es que 22 municipios obtuvieron 0 en este índice, lo cual hace inferir que las capacidades de los gobiernos municipales como instituciones son limitadas o escasas para desarrollar las funciones y servicios que el artículo 115 constitucional les confiere.

La condición de propensión a los malos resultados contraste con la relevancia que el nivel municipal debiera tener en la vida social del país y en las mejores condiciones para el desarrollo humano de los individuos.

Ahora mismo, en medio de procesos de entrega-recepción en los gobiernos municipales convendría construir una agenda municipalista para el Estado, se requiere voluntad política y toda la capacidad. Sigue siendo, como desde hace mucho tiempo, un reto transgeneracional.