/ sábado 6 de marzo de 2021

Los Avatares de Nuestro Tiempo | La integración de los próximos equipos de gobierno

En el ámbito de estudio de la política, el concepto se puede entender desde diferentes acepciones, quizás derivado de la diferenciación anglosajona que identifica polity, politics y policy. La totalidad de estas palabras en el idioma español hacen alusión a la política como sustantivo, sin embargo, desde una óptima más amplia habría que acercarlas más a una definición a partir de momentos diferenciados. Es decir, la política como un todo en referencia a la organización de la sociedad (el Estado mismo); la política entendida como las actividades, actores e instituciones que confluyen en los procesos de acceso al poder; y la política en alusión más bien a las políticas públicas y organizaciones previstas para las soluciones de los problemas públicos.

Estas precisiones teóricas o incluso semánticas son relevantes y deben estar presentes en aquellos que participan de la política. En regímenes democráticos los momentos descritos están perfectamente diferenciados dada la organización de procesos electorales de manera periódica, la formulación de herramientas de planeación (planes de desarrollo y presupuesto de egresos) y el funcionamiento general de las organizaciones de los poderes públicos (específicamente en el legislativo y ejecutivo). No obstante, muchas de las metas y objetivos de las políticas públicas están directamente relacionadas con el acceso o la conservación del poder político de determinado grupo, sobre todo con la consideración de que los resultados de la acción de gobierno en buena medida determinan los éxitos o fracasos electorales por lo que al tomador de decisiones debe interesarle que las políticas determinen su éxito en la política y evadir votos de castigo para entonces recibir votos de confianza por parte de la ciudadanía.

Este divertido juego de palabras en la realidad supone dos asuntos: el primero, contar con una sociedad que evalúa y participa de los asuntos públicos y, segundo, políticos profesionales y orientados a partir del razonamiento democrático de buscar resultados y convencer a la sociedad con resultados de acción pública.

Para lograr esto quienes aspiran a ocupar cargos de elección popular deben presentar propuestas, rutas de acción, ideas generales de solución a los problemas y un inagotable etcétera. En ese orden de ideas, dado que los gobernantes no actúan en lo individual, resulta igual de importante conocer la conformación de sus equipos de trabajo y cómo visualizan la integración de las estructuras administrativas sobre todo en espacios de poder altamente representativos en términos de toma de decisiones. En resumen, conocer las caras, ideas e historias de vida profesional que estarán al frente de responsabilidades públicas.

Al respecto, el libro "Los gabinetes en México: 1821-2012" de la autoría del Mtro. Manuel Quijano Torres y editado por el Instituto Nacional de Administración Pública (INAP) una tipología de la designación de titulares del gabinete federal; las razones son diversas: por conveniencia política, por motivos ideológicos, por imposición de los poderes fácticos, por razones económicas, por pertenencia a la élite, por méritos profesionales, por motivos afectivos y amistosos, por vínculos familiares o, incluso por cuestiones de tipo religioso. Para el caso de Tlaxcala esa tipología puede aplicar perfectamente en el análisis de la designación de los cargos de primer nivel en el Gobierno del Estado.

Actualmente, en pleno desarrollo del proceso electoral y en las postrimerías de las campañas políticas conviene poner atención en estas consideraciones. Específicamente en lo que respecta a quienes aspiran a la titularidad del Poder Ejecutivo local, será crucial que logren presentan propuestas convincentes sobre todo ante el panorama de incertidumbre total que representará para la población al menos los próximos dos años. Además, considero que será un argumento fuerte presentar perfiles idóneos en los equipos de trabajos de campaña, pero sobre todo en las previsiones de integración de gobierno. No es un tema menor.

A nivel local aún parecen persistir formas arcaicas de integración de equipos de trabajo; por ello es importante la diferenciación de los momentos en la política. No es lo mismo organizar operativamente una campaña política que generar un sólido programa de desarrollo social con impacto en los indicadores de pobreza en la entidad. Estoy seguro de que en el corto plazo, las y los candidatos deberán integrar sus equipos de trabajo de gobierno a partir del análisis de trayectorias profesionales, capacidades técnicas y méritos, más que por otros motivos siempre sujetos al arbitrio de las condiciones de poder.

En el ámbito de estudio de la política, el concepto se puede entender desde diferentes acepciones, quizás derivado de la diferenciación anglosajona que identifica polity, politics y policy. La totalidad de estas palabras en el idioma español hacen alusión a la política como sustantivo, sin embargo, desde una óptima más amplia habría que acercarlas más a una definición a partir de momentos diferenciados. Es decir, la política como un todo en referencia a la organización de la sociedad (el Estado mismo); la política entendida como las actividades, actores e instituciones que confluyen en los procesos de acceso al poder; y la política en alusión más bien a las políticas públicas y organizaciones previstas para las soluciones de los problemas públicos.

Estas precisiones teóricas o incluso semánticas son relevantes y deben estar presentes en aquellos que participan de la política. En regímenes democráticos los momentos descritos están perfectamente diferenciados dada la organización de procesos electorales de manera periódica, la formulación de herramientas de planeación (planes de desarrollo y presupuesto de egresos) y el funcionamiento general de las organizaciones de los poderes públicos (específicamente en el legislativo y ejecutivo). No obstante, muchas de las metas y objetivos de las políticas públicas están directamente relacionadas con el acceso o la conservación del poder político de determinado grupo, sobre todo con la consideración de que los resultados de la acción de gobierno en buena medida determinan los éxitos o fracasos electorales por lo que al tomador de decisiones debe interesarle que las políticas determinen su éxito en la política y evadir votos de castigo para entonces recibir votos de confianza por parte de la ciudadanía.

Este divertido juego de palabras en la realidad supone dos asuntos: el primero, contar con una sociedad que evalúa y participa de los asuntos públicos y, segundo, políticos profesionales y orientados a partir del razonamiento democrático de buscar resultados y convencer a la sociedad con resultados de acción pública.

Para lograr esto quienes aspiran a ocupar cargos de elección popular deben presentar propuestas, rutas de acción, ideas generales de solución a los problemas y un inagotable etcétera. En ese orden de ideas, dado que los gobernantes no actúan en lo individual, resulta igual de importante conocer la conformación de sus equipos de trabajo y cómo visualizan la integración de las estructuras administrativas sobre todo en espacios de poder altamente representativos en términos de toma de decisiones. En resumen, conocer las caras, ideas e historias de vida profesional que estarán al frente de responsabilidades públicas.

Al respecto, el libro "Los gabinetes en México: 1821-2012" de la autoría del Mtro. Manuel Quijano Torres y editado por el Instituto Nacional de Administración Pública (INAP) una tipología de la designación de titulares del gabinete federal; las razones son diversas: por conveniencia política, por motivos ideológicos, por imposición de los poderes fácticos, por razones económicas, por pertenencia a la élite, por méritos profesionales, por motivos afectivos y amistosos, por vínculos familiares o, incluso por cuestiones de tipo religioso. Para el caso de Tlaxcala esa tipología puede aplicar perfectamente en el análisis de la designación de los cargos de primer nivel en el Gobierno del Estado.

Actualmente, en pleno desarrollo del proceso electoral y en las postrimerías de las campañas políticas conviene poner atención en estas consideraciones. Específicamente en lo que respecta a quienes aspiran a la titularidad del Poder Ejecutivo local, será crucial que logren presentan propuestas convincentes sobre todo ante el panorama de incertidumbre total que representará para la población al menos los próximos dos años. Además, considero que será un argumento fuerte presentar perfiles idóneos en los equipos de trabajos de campaña, pero sobre todo en las previsiones de integración de gobierno. No es un tema menor.

A nivel local aún parecen persistir formas arcaicas de integración de equipos de trabajo; por ello es importante la diferenciación de los momentos en la política. No es lo mismo organizar operativamente una campaña política que generar un sólido programa de desarrollo social con impacto en los indicadores de pobreza en la entidad. Estoy seguro de que en el corto plazo, las y los candidatos deberán integrar sus equipos de trabajo de gobierno a partir del análisis de trayectorias profesionales, capacidades técnicas y méritos, más que por otros motivos siempre sujetos al arbitrio de las condiciones de poder.