/ sábado 27 de junio de 2020

Los Avatares de Nuestro Tiempo | La paradoja mexicana, lo nacional e internacional

El contexto político, económico y social de nuestro tiempo, así como el espacio noticioso inundado de información acerca del momento epidemiológico mundial, nos orilla a abrir más espacios para pensar y repensar otros sucesos más allá de la coyuntura sanitaria. A todas luces la crisis por Covid-19 es relevante y, sin embargo, ha obnubilado otros temas igual de trascendentes para la vida pública nacional e internacional, por ejemplo, los niveles de violencia en México por mencionar alguno.

Con esta idea intentó señalar que los casos de violencia y de tensión social en muchas latitudes del país, no han dejado de existir, empero la falta de visibilidad en los medios de comunicación y la sensación de miedo por razones de salud entre la población genera una sensación de que lo único que ocurre y preocupa -ahora mismo- es lo generado en materia de salud pública. La opinión pública está ofuscada o, dicho de otra forma, hay una enorme cantidad de ruido que impide distinguir las líneas sonoras que también son importantes: las de un país que desde hace muchos años exige paz y justicia.

Este texto hace alusión a las figuras retóricas que son construcciones gramaticales y semánticas empleadas con diferentes propósitos, por ejemplo, la hipérbole para exagerar o sobredimensionar o la paradoja en la que se enfrentan dos conceptos o situaciones contradictorios. Así, una paradoja es la noticia de que México integrará el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas. Este Consejo tiene entre sus funciones: mantener la paz y la seguridad internacionales, investigar toda controversia que pueda generar fricción internacional, elaborar planes para la reglamentación de armamentos, entre muchas otras.

Es paradójico en función de que los problemas domésticos (principalmente la seguridad pública y la violencia) están en un franco estado crítico. La celebración de una buena parte de la "comentocracia" también es un hipérbole, en función de que la llegada de México al Consejo de Seguridad (junto a los integrantes permanentes Estados Unidos, China, Francia, Gran Bretaña y Rusia) así como del resto de los integrantes temporales o no permanentes (entre los que se encuentran Kenia, Turquía, India, Irlanda y Noruega), no debe considerarse un triunfo u objetivo ensimismo, por el contrario, debe ser el asentamiento de México con liderazgo internacional y la posibilidad de instalar una agenda -sobre todo regional- sobre temas de seguridad y mecanismos para el establecimiento de la paz en Latinoamérica, solamente así cobra sentido y relevancia su participación.

Ahora bien, ante la mirada internacional, el gobierno mexicano debe cubrir una innumerable cantidad de retos que protejan su estabilidad diplomática (con Estados Unidos en la agenda de migración y combate al crimen organizado) y sus perspectivas de estabilidad económica (con los países de los cuales es originario el capital de la inversión extranjera). Por ello, su participación en el consejo lo coloca aún más en el escrutinio estricto sobre los asuntos que lo aquejan internamente. No es casualidad, Henry Kissinger, quien fuere secretario de Estado de los EUA de 1973 a 1977, en el libro "La Diplomacia" señala que en buena medida los liderazgos internacionales se sostienen desde la capacidad para resolver los asuntos internos y trasladar esa experiencia a los estadios de las relaciones diplomáticas entres naciones.

Hasta en tanto no se presente una agenda integral para la participación en el Consejo, ésta será meramente contemplativa y, sí, estará en los libros de la historia como una oportunidad más que vanagloriada. Además, el gobierno mexicano debe comenzar a dar nuevos bríos y resultados alentadores en el control de la violencia y los niveles de inseguridad existentes en el territorio nacional. Incluso el propio presidente AMLO, al tratar temas de carácter global, reitero el dicho popular de "no poder ser candil de la calle y oscuridad de la casa", si bien limitada, es una concepción coherente. Ahora bien, reitero que la participación en órganos y organismos de tal envergadura, bien pueden ser útiles para el desarrollo de México y Latinoamérica, como una región que históricamente ha enfrentado dificultades para generar entornos de paz.

El contexto político, económico y social de nuestro tiempo, así como el espacio noticioso inundado de información acerca del momento epidemiológico mundial, nos orilla a abrir más espacios para pensar y repensar otros sucesos más allá de la coyuntura sanitaria. A todas luces la crisis por Covid-19 es relevante y, sin embargo, ha obnubilado otros temas igual de trascendentes para la vida pública nacional e internacional, por ejemplo, los niveles de violencia en México por mencionar alguno.

Con esta idea intentó señalar que los casos de violencia y de tensión social en muchas latitudes del país, no han dejado de existir, empero la falta de visibilidad en los medios de comunicación y la sensación de miedo por razones de salud entre la población genera una sensación de que lo único que ocurre y preocupa -ahora mismo- es lo generado en materia de salud pública. La opinión pública está ofuscada o, dicho de otra forma, hay una enorme cantidad de ruido que impide distinguir las líneas sonoras que también son importantes: las de un país que desde hace muchos años exige paz y justicia.

Este texto hace alusión a las figuras retóricas que son construcciones gramaticales y semánticas empleadas con diferentes propósitos, por ejemplo, la hipérbole para exagerar o sobredimensionar o la paradoja en la que se enfrentan dos conceptos o situaciones contradictorios. Así, una paradoja es la noticia de que México integrará el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas. Este Consejo tiene entre sus funciones: mantener la paz y la seguridad internacionales, investigar toda controversia que pueda generar fricción internacional, elaborar planes para la reglamentación de armamentos, entre muchas otras.

Es paradójico en función de que los problemas domésticos (principalmente la seguridad pública y la violencia) están en un franco estado crítico. La celebración de una buena parte de la "comentocracia" también es un hipérbole, en función de que la llegada de México al Consejo de Seguridad (junto a los integrantes permanentes Estados Unidos, China, Francia, Gran Bretaña y Rusia) así como del resto de los integrantes temporales o no permanentes (entre los que se encuentran Kenia, Turquía, India, Irlanda y Noruega), no debe considerarse un triunfo u objetivo ensimismo, por el contrario, debe ser el asentamiento de México con liderazgo internacional y la posibilidad de instalar una agenda -sobre todo regional- sobre temas de seguridad y mecanismos para el establecimiento de la paz en Latinoamérica, solamente así cobra sentido y relevancia su participación.

Ahora bien, ante la mirada internacional, el gobierno mexicano debe cubrir una innumerable cantidad de retos que protejan su estabilidad diplomática (con Estados Unidos en la agenda de migración y combate al crimen organizado) y sus perspectivas de estabilidad económica (con los países de los cuales es originario el capital de la inversión extranjera). Por ello, su participación en el consejo lo coloca aún más en el escrutinio estricto sobre los asuntos que lo aquejan internamente. No es casualidad, Henry Kissinger, quien fuere secretario de Estado de los EUA de 1973 a 1977, en el libro "La Diplomacia" señala que en buena medida los liderazgos internacionales se sostienen desde la capacidad para resolver los asuntos internos y trasladar esa experiencia a los estadios de las relaciones diplomáticas entres naciones.

Hasta en tanto no se presente una agenda integral para la participación en el Consejo, ésta será meramente contemplativa y, sí, estará en los libros de la historia como una oportunidad más que vanagloriada. Además, el gobierno mexicano debe comenzar a dar nuevos bríos y resultados alentadores en el control de la violencia y los niveles de inseguridad existentes en el territorio nacional. Incluso el propio presidente AMLO, al tratar temas de carácter global, reitero el dicho popular de "no poder ser candil de la calle y oscuridad de la casa", si bien limitada, es una concepción coherente. Ahora bien, reitero que la participación en órganos y organismos de tal envergadura, bien pueden ser útiles para el desarrollo de México y Latinoamérica, como una región que históricamente ha enfrentado dificultades para generar entornos de paz.