/ sábado 13 de febrero de 2021

Los Avatares de Nuestro Tiempo | La política y su importancia: el proceso de este año

El reto contemporáneo es revalorizar el carácter de lo público. La crisis de confianza institucional y el distanciamiento entre ciudadanía y gobierno han derivado en críticas a la organización democrática e incluso al sentido mismo de la política. En términos generales, la población está ávida de respuestas a los problemas de cada vez mayor complejidad, pero desconfía en demasía de las organizaciones gubernamentales, tomadores de decisiones y gobernantes. Esta es la crisis de las crisis. El problema requiere atención y sobre todo un esfuerzo paralelo entre lo discursivo y lo fáctico.

La redefinición de lo "público" pasa por el imperativo de defensa de la política. Muchos son los ejemplos de autores trascendentales que han ofertado argumentos decididamente acerca de la importancia de la política como actividad organizativa, resolutoria del conflicto y artífice de la capacidad de civilización. Por ejemplo, Hannah Arendt que señalaba a la guerra como el fin de la política. No es un tema menor. La afirmación proviene de la idea central de que la política es dialogo, consenso entre diferentes y altura de miras para resolver los problemas. A propósito, Bernard Crick escribió "En defensa de la política" identificando al sustantivo como un método de toma de decisiones imprescindible y la única alternativa frente al poder por la fuerza. En este mismo sentido, la convocatoria que hace el economista Thomas Piketty en el libro "Ciudadanos a las urnas" acerca del poder de las sociedades para decidir, inventar y organizar, es justamente un grito desaforado por retomar y revalorizar la idea primigenia de política.

Ahora mismo, esta conversación es relevante en México, sobre todo con la consideración del proceso electoral de este año. Tlaxcala además de ser parte del proceso electoral federal (para renovar la integración del Cámara de Diputados Federal) sostendrá de manera simultánea comicios locales. En este sentido es importante reconvenir a la sociedad hacia la participación real. El ejercicio depositario de legitimidad por medio del voto en las urnas, si bien es trascendental, no es suficiente en términos políticos y democráticos. Más bien es necesario que la sociedad sea vigilante y participativa de la toma de decisiones de gobierno y en el diseño, implementación y evaluación de las políticas públicas. Por eso, las campañas políticas deberán estar centradas realmente en la confección de propuestas reales y menos en el discurso fácil de la denostación y la agresión (tan recurrente en nuestro país). Las y los candidatos deberán centrar estratégicamente sus recursos y esfuerzos en generar discursos convincentes y con real incidencia en la solución de los problemas públicos que enfrentamos.

En paralelo, desde la sociedad se debe plantear la necesidad política de escuchar propuestas y conocer la prospectiva de gestión pública de quienes aspiran a gobernar. El convencimiento de la sociedad contemporánea únicamente se logra con tres condiciones indisociables: 1. Propuestas basadas en evidencia, información que describa la realidad; 2. Diálogo circular con la población y 3. Compromiso indeclinable con los principios de corresponsabilidad y co-creación sobre los que se debe basar el ejercicio del servicio público actualmente.

Para cumplir este propósito hay herramientas diversas. Por ejemplo, en lo que respecta a la generación de propuestas estratégicas con base en información, el Censo Nacional de Población y Vivienda 2020 publicado recientemente por el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi), es una gran fuente de información que debe ser óptimamente. La información correspondiente al Estado de Tlaxcala señala que en total somos 1 millón 342 mil 977 habitantes, por lo que se sitúa en el lugar 28 respecto de la totalidad de entidades federativas en el país. El 51.6% del total de población en la entidad son mujeres, mientras que el 48.4% hombres. Además, la edad mediana es de 28 años y la mayor concentración de población por grupos de edad está en personas de entre 19 y 24 años. En cuanto a la participación económica de la población según el género, solamente el 47.3% de las mujeres participa de la economía frente a un 76% de hombres. Es decir, la brecha de desigualdad por género es realmente preocupante. Derivado de este análisis rápido podrían partir programas de apoyo a la inserción laboral para mujeres jóvenes mediante capacitación técnica o mejores becas educativas focalizadas a mujeres en los rangos de edad señalados con mayores dificultades para incorporarse al sector laboral.

El valor de lo público está centrado en la capacidad de la sociedad para proponer y en la de los gobiernos para captar, aprovechar e impulsar las herramientas de las que dispone para tomar decisiones con mejores y más eficientes resultados. En este sentido, el proceso político electoral en Tlaxcala se debe caracterizar por la presentación de propuestas. Ojalá las y los candidatos tengan en mente este asunto de trascendencia.

El reto contemporáneo es revalorizar el carácter de lo público. La crisis de confianza institucional y el distanciamiento entre ciudadanía y gobierno han derivado en críticas a la organización democrática e incluso al sentido mismo de la política. En términos generales, la población está ávida de respuestas a los problemas de cada vez mayor complejidad, pero desconfía en demasía de las organizaciones gubernamentales, tomadores de decisiones y gobernantes. Esta es la crisis de las crisis. El problema requiere atención y sobre todo un esfuerzo paralelo entre lo discursivo y lo fáctico.

La redefinición de lo "público" pasa por el imperativo de defensa de la política. Muchos son los ejemplos de autores trascendentales que han ofertado argumentos decididamente acerca de la importancia de la política como actividad organizativa, resolutoria del conflicto y artífice de la capacidad de civilización. Por ejemplo, Hannah Arendt que señalaba a la guerra como el fin de la política. No es un tema menor. La afirmación proviene de la idea central de que la política es dialogo, consenso entre diferentes y altura de miras para resolver los problemas. A propósito, Bernard Crick escribió "En defensa de la política" identificando al sustantivo como un método de toma de decisiones imprescindible y la única alternativa frente al poder por la fuerza. En este mismo sentido, la convocatoria que hace el economista Thomas Piketty en el libro "Ciudadanos a las urnas" acerca del poder de las sociedades para decidir, inventar y organizar, es justamente un grito desaforado por retomar y revalorizar la idea primigenia de política.

Ahora mismo, esta conversación es relevante en México, sobre todo con la consideración del proceso electoral de este año. Tlaxcala además de ser parte del proceso electoral federal (para renovar la integración del Cámara de Diputados Federal) sostendrá de manera simultánea comicios locales. En este sentido es importante reconvenir a la sociedad hacia la participación real. El ejercicio depositario de legitimidad por medio del voto en las urnas, si bien es trascendental, no es suficiente en términos políticos y democráticos. Más bien es necesario que la sociedad sea vigilante y participativa de la toma de decisiones de gobierno y en el diseño, implementación y evaluación de las políticas públicas. Por eso, las campañas políticas deberán estar centradas realmente en la confección de propuestas reales y menos en el discurso fácil de la denostación y la agresión (tan recurrente en nuestro país). Las y los candidatos deberán centrar estratégicamente sus recursos y esfuerzos en generar discursos convincentes y con real incidencia en la solución de los problemas públicos que enfrentamos.

En paralelo, desde la sociedad se debe plantear la necesidad política de escuchar propuestas y conocer la prospectiva de gestión pública de quienes aspiran a gobernar. El convencimiento de la sociedad contemporánea únicamente se logra con tres condiciones indisociables: 1. Propuestas basadas en evidencia, información que describa la realidad; 2. Diálogo circular con la población y 3. Compromiso indeclinable con los principios de corresponsabilidad y co-creación sobre los que se debe basar el ejercicio del servicio público actualmente.

Para cumplir este propósito hay herramientas diversas. Por ejemplo, en lo que respecta a la generación de propuestas estratégicas con base en información, el Censo Nacional de Población y Vivienda 2020 publicado recientemente por el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi), es una gran fuente de información que debe ser óptimamente. La información correspondiente al Estado de Tlaxcala señala que en total somos 1 millón 342 mil 977 habitantes, por lo que se sitúa en el lugar 28 respecto de la totalidad de entidades federativas en el país. El 51.6% del total de población en la entidad son mujeres, mientras que el 48.4% hombres. Además, la edad mediana es de 28 años y la mayor concentración de población por grupos de edad está en personas de entre 19 y 24 años. En cuanto a la participación económica de la población según el género, solamente el 47.3% de las mujeres participa de la economía frente a un 76% de hombres. Es decir, la brecha de desigualdad por género es realmente preocupante. Derivado de este análisis rápido podrían partir programas de apoyo a la inserción laboral para mujeres jóvenes mediante capacitación técnica o mejores becas educativas focalizadas a mujeres en los rangos de edad señalados con mayores dificultades para incorporarse al sector laboral.

El valor de lo público está centrado en la capacidad de la sociedad para proponer y en la de los gobiernos para captar, aprovechar e impulsar las herramientas de las que dispone para tomar decisiones con mejores y más eficientes resultados. En este sentido, el proceso político electoral en Tlaxcala se debe caracterizar por la presentación de propuestas. Ojalá las y los candidatos tengan en mente este asunto de trascendencia.