/ sábado 11 de septiembre de 2021

Los Avatares de Nuestro Tiempo | Seguridad Nacional: una prioridad indiscutida

Los Estados Nación y la transformación que supone la globalización y la competencia permanente con otras organizaciones humanas como las empresas transnacionales, los organismos internacionales y las estructuras que trascienden a los límites fronterizos, han colocado en un dilema la organización gubernamental de los Estados.

El ejemplo claro está en la seguridad nacional, la cual actualmente es objeto de discusión amplia en escenarios de escrutinio global y lejos de ser un tema exclusivo de la soberanía nacional. Quizás la explicación está en las consecuencias dejadas por los dos principales desafíos bélicos mundiales, sin embargo, los Estados deben orientarse hacia la reformación de sus agendas de seguridad que resguarden los elementos estatales: el territorio, la población y la estructura de ejercicio de poder político.

Además de la transformación de los Estados nacionales, el tópico referido a la evolución de los problemas públicos hacia una mayor complejidad también representa un esfuerzo mayor por representar las prioridades centrados no exclusivamente en los temas de guerra y defensa nacional; los tópicos rebasan está línea y transitan hacia espectros más amplios. Por ejemplo, desde la óptica multidimensional la seguridad nacional integra elementos sobre medio ambiente, migración, escasez de recursos naturales o la ineficiencia en la atención de problemas públicos.

Para el caso de México, históricamente el tema de seguridad nacional ha estado presente en los ejercicios de planeación nacional y en la integración de programas sectoriales. Los Planes de Desarrollo Nacional han derivado en Agendas de detección de riesgos de seguridad nacional y por tanto en planes operativos de ejercicio de las funciones de instituciones como la Secretaría de la Defensa Nacional, la Armada de México. Empero, considero que la visión prospectiva aún es requerida con cierta urgencia; sobre todo en la integración de los problemas que desde la visión multidimensional son de atención gubernamental obligada.

En este contexto, los problemas relacionados son la seguridad nacional, tras ser identificados deben tener la etiqueta de atención prioritaria, sobre todo en función de que compromete la estabilidad, integración y permanencia del Estado como organización política de la sociedad.

Por ello, desde espacios como la academia se debe poner énfasis en la integración de una agenda amplia de seguridad nacional. Es una prioridad. Además, la concepción de la seguridad también debe avanzar hacia la integración de los temas mencionados y superar la visión meramente militar la seguridad del Estado.

Si bien es cierto que la seguridad es un concepto amplio y que, desde la óptica de las políticas públicas representa un reto centrado en la protección de la vida de las personas, es real que la seguridad nacional ya contempla los elementos centrados en también en el bienestar de la población y la estabilidad de las organizaciones políticas: los Estados. Por el contrario, la inestabilidad de estas estructuras representa la imposibilidad de que los gobiernos garanticen escenarios de bienestar y desarrollo pleno de la población.

No obstante, en diversos momentos históricos, se ha demostrado que la visión a corto plazo de la seguridad nacional solamente genera acciones centradas más bien en la seguridad del Estado o, peor aún, en la defensa y protección del régimen. Nada más dañino en entornos democráticos. A futuro, reitero, la agenda de seguridad nacional tendrá que integrar los elementos de la visión multidimensional. La seguridad nacional es una prioridad indiscutida.

Los Estados Nación y la transformación que supone la globalización y la competencia permanente con otras organizaciones humanas como las empresas transnacionales, los organismos internacionales y las estructuras que trascienden a los límites fronterizos, han colocado en un dilema la organización gubernamental de los Estados.

El ejemplo claro está en la seguridad nacional, la cual actualmente es objeto de discusión amplia en escenarios de escrutinio global y lejos de ser un tema exclusivo de la soberanía nacional. Quizás la explicación está en las consecuencias dejadas por los dos principales desafíos bélicos mundiales, sin embargo, los Estados deben orientarse hacia la reformación de sus agendas de seguridad que resguarden los elementos estatales: el territorio, la población y la estructura de ejercicio de poder político.

Además de la transformación de los Estados nacionales, el tópico referido a la evolución de los problemas públicos hacia una mayor complejidad también representa un esfuerzo mayor por representar las prioridades centrados no exclusivamente en los temas de guerra y defensa nacional; los tópicos rebasan está línea y transitan hacia espectros más amplios. Por ejemplo, desde la óptica multidimensional la seguridad nacional integra elementos sobre medio ambiente, migración, escasez de recursos naturales o la ineficiencia en la atención de problemas públicos.

Para el caso de México, históricamente el tema de seguridad nacional ha estado presente en los ejercicios de planeación nacional y en la integración de programas sectoriales. Los Planes de Desarrollo Nacional han derivado en Agendas de detección de riesgos de seguridad nacional y por tanto en planes operativos de ejercicio de las funciones de instituciones como la Secretaría de la Defensa Nacional, la Armada de México. Empero, considero que la visión prospectiva aún es requerida con cierta urgencia; sobre todo en la integración de los problemas que desde la visión multidimensional son de atención gubernamental obligada.

En este contexto, los problemas relacionados son la seguridad nacional, tras ser identificados deben tener la etiqueta de atención prioritaria, sobre todo en función de que compromete la estabilidad, integración y permanencia del Estado como organización política de la sociedad.

Por ello, desde espacios como la academia se debe poner énfasis en la integración de una agenda amplia de seguridad nacional. Es una prioridad. Además, la concepción de la seguridad también debe avanzar hacia la integración de los temas mencionados y superar la visión meramente militar la seguridad del Estado.

Si bien es cierto que la seguridad es un concepto amplio y que, desde la óptica de las políticas públicas representa un reto centrado en la protección de la vida de las personas, es real que la seguridad nacional ya contempla los elementos centrados en también en el bienestar de la población y la estabilidad de las organizaciones políticas: los Estados. Por el contrario, la inestabilidad de estas estructuras representa la imposibilidad de que los gobiernos garanticen escenarios de bienestar y desarrollo pleno de la población.

No obstante, en diversos momentos históricos, se ha demostrado que la visión a corto plazo de la seguridad nacional solamente genera acciones centradas más bien en la seguridad del Estado o, peor aún, en la defensa y protección del régimen. Nada más dañino en entornos democráticos. A futuro, reitero, la agenda de seguridad nacional tendrá que integrar los elementos de la visión multidimensional. La seguridad nacional es una prioridad indiscutida.