/ sábado 25 de septiembre de 2021

Los Avatares de Nuestro Tiempo | Tlaxcala requiere una política de cuidados con perspectiva de género

Los cambios en la titularidad de los gobiernos locales en las entidades federativas son oportunidades para realizar cambios, reformas, retomar programas y políticas públicas que habían demostrado eficacia en la atención de problemas y, en general, el proceso se constituye como un espacio de innovación irremediablemente único. Este planteamiento supone que, ante el reacomodo de fuerzas políticas, el ingreso de nuevos actores en el espacio de discusión pública y de temas en la agenda de atención gubernamental, es posible el diseño, formulación e implementación de políticas nuevas y con la capacidad de agrupar esfuerzos provenientes de distintas organizaciones de la sociedad.

En el caso de Tlaxcala, quizás uno de los problemas más agudizados por la crisis de salud pública, ha sido la desigualdad de género y sus repercusiones en la distribución de cargas de trabajo en el hogar, por ejemplo, en el cuidado de menores. Aunque es un problema en si mismo, ésta también tiene un impacto con efecto multiplicador. La disminución de espacio de empleo formal en mujeres bien puede ser explicado desde esta óptica. El Estado, desde los gobiernos, no puede obviar este diagnóstico, más bien debe facilitar que mujeres económicamente activas puedan decidir trabajar y contar con esa oportunidad, simultáneamente a que garantizan el cuidado de sus menores. Las cifras indican que en la entidad federativa, la tasa de informalidad laboral en mujeres creció hasta alcanzar el 69.7% para el primer trimestre de 2021; esto significa que tal población no cuenta con seguridad social, acceso a servicios de estancias infantiles como las ofertadas por el Instituto Mexicano del Seguro Social o el Instituto de Seguridad Social para los Trabajadores del Estado. Es decir, el acceso a servicios de cuidado es realmente marginal.

A pesar de la existencia de programas sociales de transferencias directas de recursos, bajo el entendido de que pueden utilizar tales montos económicos en la distribución y contratación de servicios (entre ellos puede ser una estancia infantil), es real que la ausencia de servicios de cuidado infantil profundiza la desigualdad de género y con ello la probabilidad de disminuir la suficiencia económica de las mujeres.

Es un tema actual de indudable preocupación. Decidí escribir sobre esto tras cursar el Diplomado en Gobierno, Gestión y Políticas Públicas, en el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE); justo para acreditar el diplomado fue necesario realizar un trabajo en conjunto en el que propusiéramos una política pública a partir de la definición de un problema susceptible de atención. El trabajo fue en equipo y debo destacar el esfuerzo de mis compañeras y compañeros: Adriana Trujillo Mondragón, Licenciada en Derecho por el Instituto Tecnológica Autónomo de México (ITAM); María Fernanda Mendizábal Nava, Licenciada en Administración Pública y Gobierno y Maestra en Comunicación y Mercadotecnia por la Universidad Anáhuac; Luis Manuel Mendoza Gutiérrez, Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM); y su servidor, Licenciado en Ciencias Políticas y Administración Pública por la UNAM.

Tras la identificación del problema de la desigualdad de género por la falta de distribución equitativa de las tareas de cuidado y su impacto en la reducción de actividad laboral formal en mujeres, planteamos la “Reapertura de estancias infantiles en Tlaxcala, una política de cuidados con perspectiva de género”.

La propuesta además de sólida es oportuna políticamente, sobre todo porque la gobernadora electa, Lorena Cuéllar, ha manifestado su interés por agrupar aquellos programas y políticas relacionadas con la mejora en la calidad de vida de las personas, en torno a la figura institucional de la Secretaría del Bienestar. Es decir, quizás por influencia federal, se propone que efectivamente una de las apuestas más destacas en términos de gestión pública sea la creación de programas y políticas públicas orientadas desde el paradigma del bienestar.

Bajo este orden de ideas, el establecimiento de estancias infantiles garantizará mejores perspectivas tanto para los infantes (con el razonamiento de la protección del derecho superior del menor), de las mujeres y su desarrollo pleno en la actividad laboral y de las propias familiar sobre todo con la condición de que en Tlaxcala una buena parte de los hogares sostiene a la madre como jefa de familia.

Los cambios en la titularidad de los gobiernos locales en las entidades federativas son oportunidades para realizar cambios, reformas, retomar programas y políticas públicas que habían demostrado eficacia en la atención de problemas y, en general, el proceso se constituye como un espacio de innovación irremediablemente único. Este planteamiento supone que, ante el reacomodo de fuerzas políticas, el ingreso de nuevos actores en el espacio de discusión pública y de temas en la agenda de atención gubernamental, es posible el diseño, formulación e implementación de políticas nuevas y con la capacidad de agrupar esfuerzos provenientes de distintas organizaciones de la sociedad.

En el caso de Tlaxcala, quizás uno de los problemas más agudizados por la crisis de salud pública, ha sido la desigualdad de género y sus repercusiones en la distribución de cargas de trabajo en el hogar, por ejemplo, en el cuidado de menores. Aunque es un problema en si mismo, ésta también tiene un impacto con efecto multiplicador. La disminución de espacio de empleo formal en mujeres bien puede ser explicado desde esta óptica. El Estado, desde los gobiernos, no puede obviar este diagnóstico, más bien debe facilitar que mujeres económicamente activas puedan decidir trabajar y contar con esa oportunidad, simultáneamente a que garantizan el cuidado de sus menores. Las cifras indican que en la entidad federativa, la tasa de informalidad laboral en mujeres creció hasta alcanzar el 69.7% para el primer trimestre de 2021; esto significa que tal población no cuenta con seguridad social, acceso a servicios de estancias infantiles como las ofertadas por el Instituto Mexicano del Seguro Social o el Instituto de Seguridad Social para los Trabajadores del Estado. Es decir, el acceso a servicios de cuidado es realmente marginal.

A pesar de la existencia de programas sociales de transferencias directas de recursos, bajo el entendido de que pueden utilizar tales montos económicos en la distribución y contratación de servicios (entre ellos puede ser una estancia infantil), es real que la ausencia de servicios de cuidado infantil profundiza la desigualdad de género y con ello la probabilidad de disminuir la suficiencia económica de las mujeres.

Es un tema actual de indudable preocupación. Decidí escribir sobre esto tras cursar el Diplomado en Gobierno, Gestión y Políticas Públicas, en el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE); justo para acreditar el diplomado fue necesario realizar un trabajo en conjunto en el que propusiéramos una política pública a partir de la definición de un problema susceptible de atención. El trabajo fue en equipo y debo destacar el esfuerzo de mis compañeras y compañeros: Adriana Trujillo Mondragón, Licenciada en Derecho por el Instituto Tecnológica Autónomo de México (ITAM); María Fernanda Mendizábal Nava, Licenciada en Administración Pública y Gobierno y Maestra en Comunicación y Mercadotecnia por la Universidad Anáhuac; Luis Manuel Mendoza Gutiérrez, Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM); y su servidor, Licenciado en Ciencias Políticas y Administración Pública por la UNAM.

Tras la identificación del problema de la desigualdad de género por la falta de distribución equitativa de las tareas de cuidado y su impacto en la reducción de actividad laboral formal en mujeres, planteamos la “Reapertura de estancias infantiles en Tlaxcala, una política de cuidados con perspectiva de género”.

La propuesta además de sólida es oportuna políticamente, sobre todo porque la gobernadora electa, Lorena Cuéllar, ha manifestado su interés por agrupar aquellos programas y políticas relacionadas con la mejora en la calidad de vida de las personas, en torno a la figura institucional de la Secretaría del Bienestar. Es decir, quizás por influencia federal, se propone que efectivamente una de las apuestas más destacas en términos de gestión pública sea la creación de programas y políticas públicas orientadas desde el paradigma del bienestar.

Bajo este orden de ideas, el establecimiento de estancias infantiles garantizará mejores perspectivas tanto para los infantes (con el razonamiento de la protección del derecho superior del menor), de las mujeres y su desarrollo pleno en la actividad laboral y de las propias familiar sobre todo con la condición de que en Tlaxcala una buena parte de los hogares sostiene a la madre como jefa de familia.