/ martes 26 de enero de 2021

¡Los días que pasan…!

Vivimos días difíciles. Inéditos, la realidad siempre supera a la fantasía. Lo inusitado se desborda. Esta epidemia mundial, ha creado problemas nuevos, con los que deberemos convivir un tiempo. La vida económica se ha trastocado, se encuentra estancada en una crisis, que parece ya un desastre. El paquidermo no se mueve. Esa correa de transmisión entre comprar y vender, fabricar y resurtir, está anquilosada. Quienes viven de esa actividad, sufren. La banca comercial de aquellos créditos que resultan ya incobrables al documentarlos los agiganta. Los banqueros acrecientan sus ganancias. Los caseros de locales comerciales reclaman sus rentas que no llegan. El consumidor receloso, no gasta por no tener qué o por precaución al no saber qué ocurrirá mañana. La vida comercial se ha detenido. La planta industrial trabaja a medias y solo quienes imaginativamente confeccionan cubrebocas o fabrican líquidos sanitizantes, artículos de limpieza o semejantes, están sobreviviendo. Pero el comercio electrónico encontró en el internet su mejor herramienta. Está entregando hasta las puertas de la casa cantidades increíbles. Libros, muebles, ropa, comida, medicamentos. La mensajería está en auge. El comercio adquirió nuevas formas que presagia su futuro. Los que se anquilosaron en el pasado, ahí se quedarán.

En los días que pasan, la educación, ya es en línea. No obstante que muchos carecen de una computadora en su casa, o que hay áreas donde no llega el internet. Llevamos casi un año en este sistema formativo. Nos urge la educación presencial, porque nunca será igual tener presente a un instructor que mirarlo en la pantalla, poder clarificar nuestras dudas o auxiliarlos con el planteamiento de los demás. Como sea nos hacemos la ilusión, de que cursamos un ciclo escolar más, pero conocimiento real no valoramos. La actividad, trazo, nuevos caminos, pero resultados no sabemos.

Ahora, los problemas del mundo son los nuestros. El planeta parece haberse empequeñecido. Los gigantes de la investigación médica y la farmacéutica, están forjando fortunas inimaginables. La investigación y el desarrollo de vacunas recibieron subsidios multimillonarios para investigar y producir en tiempo récord. Pero ahora para la comercialización es a precio de mercado y al costo que ellos fijan. Los países ricos, están acaparando los antídotos. EEUU, ya adquirió hasta el 45% de la producción mundial de vacunas. Hay países pobres que una sola no han recibido ni la recibirán. La solidaridad y fraternidad universal se han olvidado. La salud humana se mide en dólares. Asombra saber que cuatro bancos norteamericanos controlan la economía de ese país y que uno solo de ellos maneja la riqueza, equivalente a ocho veces la riqueza nacional de nuestro país. Que esos cuatro controlan Twitter y el Pentágono controla todo. Si Twitter le calló la boca al presidente de Estados Unidos saliente y este no pudo contrarrestar, la pregunta es, ¿quién realmente tiene el poder decisorio en ese país? y de paso, ¿quién en las grandes farmacéuticas? que ahora controlan las decisiones acerca de la salud del mundo y que brutalmente se están enriqueciendo.

En el plano nacional, la rebatinga política está en efervescencia. Los ambiciosos del poder no descansan. Todo acto de gobierno es objeto de crítica mordaz. ¿A quién convendrá en esta oscura época un estado debilitado o sin poder alguno para remar a contra corriente y sacar triunfante a una sociedad que parecería encaminarse a la derrota? Pienso que a nadie y, sin embargo, la oposición golpetea sin piedad. Los ricos nacionales chillan por que deben pagar impuestos, y ahora construyen abiertamente sus caminos al poder. “Los chayoteros”, de la T.V., ya sin “mordazas” socavan las estructuras del estado. Pero éste se requiere ahora para corregir injusticias, desigualdades y remediar carencias, heredadas de sexenios pasados. Es factor que desactiva la amenaza social de violencia que a nadie convendría. Se multiplicaría la criminalidad haciendo nugatoria la convivencia social. ¿Eso es lo que buscan, los que ahora se han apostado en la trinchera de la crítica continua? ¡Un estado fuerte y bien intencionado, resulta estratégico!

Todo esto transcurre, en la atmosfera de un proceso electoral, en donde, actores de la contienda presidencial pasada, tachados de corruptos, con cinismo regresan, pretendiendo el poder nacional. Ex presidentes, quieren su curul, para tener impunidad. Diputados federales y locales, van por la reelección, se distraen de sus tareas legislativas, porque continuidad pretenden. Y en Tlaxcala, cientos de pequeños “saltamontes”, se preparan para las municipales. Pero tenga usted por cierto que ninguno de estos va pensando en servir a la nación, sino de que riqueza se hacen.

Esto y más es lo que pasa. En los días que transcurren en Tlaxcala, México y el mundo.

Vivimos días difíciles. Inéditos, la realidad siempre supera a la fantasía. Lo inusitado se desborda. Esta epidemia mundial, ha creado problemas nuevos, con los que deberemos convivir un tiempo. La vida económica se ha trastocado, se encuentra estancada en una crisis, que parece ya un desastre. El paquidermo no se mueve. Esa correa de transmisión entre comprar y vender, fabricar y resurtir, está anquilosada. Quienes viven de esa actividad, sufren. La banca comercial de aquellos créditos que resultan ya incobrables al documentarlos los agiganta. Los banqueros acrecientan sus ganancias. Los caseros de locales comerciales reclaman sus rentas que no llegan. El consumidor receloso, no gasta por no tener qué o por precaución al no saber qué ocurrirá mañana. La vida comercial se ha detenido. La planta industrial trabaja a medias y solo quienes imaginativamente confeccionan cubrebocas o fabrican líquidos sanitizantes, artículos de limpieza o semejantes, están sobreviviendo. Pero el comercio electrónico encontró en el internet su mejor herramienta. Está entregando hasta las puertas de la casa cantidades increíbles. Libros, muebles, ropa, comida, medicamentos. La mensajería está en auge. El comercio adquirió nuevas formas que presagia su futuro. Los que se anquilosaron en el pasado, ahí se quedarán.

En los días que pasan, la educación, ya es en línea. No obstante que muchos carecen de una computadora en su casa, o que hay áreas donde no llega el internet. Llevamos casi un año en este sistema formativo. Nos urge la educación presencial, porque nunca será igual tener presente a un instructor que mirarlo en la pantalla, poder clarificar nuestras dudas o auxiliarlos con el planteamiento de los demás. Como sea nos hacemos la ilusión, de que cursamos un ciclo escolar más, pero conocimiento real no valoramos. La actividad, trazo, nuevos caminos, pero resultados no sabemos.

Ahora, los problemas del mundo son los nuestros. El planeta parece haberse empequeñecido. Los gigantes de la investigación médica y la farmacéutica, están forjando fortunas inimaginables. La investigación y el desarrollo de vacunas recibieron subsidios multimillonarios para investigar y producir en tiempo récord. Pero ahora para la comercialización es a precio de mercado y al costo que ellos fijan. Los países ricos, están acaparando los antídotos. EEUU, ya adquirió hasta el 45% de la producción mundial de vacunas. Hay países pobres que una sola no han recibido ni la recibirán. La solidaridad y fraternidad universal se han olvidado. La salud humana se mide en dólares. Asombra saber que cuatro bancos norteamericanos controlan la economía de ese país y que uno solo de ellos maneja la riqueza, equivalente a ocho veces la riqueza nacional de nuestro país. Que esos cuatro controlan Twitter y el Pentágono controla todo. Si Twitter le calló la boca al presidente de Estados Unidos saliente y este no pudo contrarrestar, la pregunta es, ¿quién realmente tiene el poder decisorio en ese país? y de paso, ¿quién en las grandes farmacéuticas? que ahora controlan las decisiones acerca de la salud del mundo y que brutalmente se están enriqueciendo.

En el plano nacional, la rebatinga política está en efervescencia. Los ambiciosos del poder no descansan. Todo acto de gobierno es objeto de crítica mordaz. ¿A quién convendrá en esta oscura época un estado debilitado o sin poder alguno para remar a contra corriente y sacar triunfante a una sociedad que parecería encaminarse a la derrota? Pienso que a nadie y, sin embargo, la oposición golpetea sin piedad. Los ricos nacionales chillan por que deben pagar impuestos, y ahora construyen abiertamente sus caminos al poder. “Los chayoteros”, de la T.V., ya sin “mordazas” socavan las estructuras del estado. Pero éste se requiere ahora para corregir injusticias, desigualdades y remediar carencias, heredadas de sexenios pasados. Es factor que desactiva la amenaza social de violencia que a nadie convendría. Se multiplicaría la criminalidad haciendo nugatoria la convivencia social. ¿Eso es lo que buscan, los que ahora se han apostado en la trinchera de la crítica continua? ¡Un estado fuerte y bien intencionado, resulta estratégico!

Todo esto transcurre, en la atmosfera de un proceso electoral, en donde, actores de la contienda presidencial pasada, tachados de corruptos, con cinismo regresan, pretendiendo el poder nacional. Ex presidentes, quieren su curul, para tener impunidad. Diputados federales y locales, van por la reelección, se distraen de sus tareas legislativas, porque continuidad pretenden. Y en Tlaxcala, cientos de pequeños “saltamontes”, se preparan para las municipales. Pero tenga usted por cierto que ninguno de estos va pensando en servir a la nación, sino de que riqueza se hacen.

Esto y más es lo que pasa. En los días que transcurren en Tlaxcala, México y el mundo.