/ lunes 13 de mayo de 2019

Magisterio: parte sensible e inteligente de la sociedad

  • Maestras y maestros: gracias a ustedes el desarrollo de Tlaxcala y México se ha logrado. Ni un pueblo puede superarse sin el trabajo de ustedes.

Estimados paisanos, los saluda su amigo Joel Molina Ramírez. En esta ocasión, deseo dirigirme a las maestras y los maestros con motivo de su día. A partir del 15 de mayo de 1918, el homenaje a las educadoras y los educadores comenzó a ser celebrado oficialmente en todo el país, y a la fecha es una práctica tan apreciada por todos los mexicanos que merece una reflexión importante.

La educación es la parte más importante para el desarrollo de un pueblo, y el elemento principal de la educación son las maestras y los maestros con vocación, quienes, por su origen, formación y servicio, son la parte más sensible e inteligente de nuestra sociedad.

No solo son sembradores del saber y divulgadores del conocimiento. A través de la enseñanza impartida a los niños y los jóvenes, que son el presente y el futuro de Tlaxcala y de México, son capaces de transformar a las familias y, por ende, de moldear una mejor sociedad.

En su gran mayoría, quienes integramos el magisterio tenemos como origen la clase popular, humilde, marginada, la misma que, a través del esfuerzo y el sacrificio, nos vio llegar a ser profesionistas.

Hemos sido formados en las Escuelas Normales, Rurales, Estatales o Particulares, donde aparte de conocimientos fundamentales, aprendimos a cultivar valores y principios, gracias a los cuales aceptamos iniciar nuestro servicio en las partes más apartadas, en la sierra, en la montaña, en los pueblos lejanos, ahí donde está la gente que más nos necesita, y donde nos convertimos en consejeros, asesores y gestores de la comunidad.

Maestras y maestros: gracias a ustedes el desarrollo de Tlaxcala y México se ha logrado. Ni un pueblo puede superarse sin el trabajo de ustedes. Este estado y este país los necesita. Sin ustedes solo hay rezago.

A nivel nacional, tenemos referencia del legado de maestros de relevante trayectoria como Rafael Ramírez, Ignacio Manuel Altamirano e Ignacio Ramírez. Y en Tlaxcala, tenemos el ejemplo de mentores como Candelario Nava, Narciso L. Pérez, Guillermo Minor Guzmán, Daniel Jiménez de la Rosa, Teresa Díaz Varela, Juventino de la Vega, Isabel Carro Santacruz, Alejandro Carro Santacruz, Gildarlo Zapata, José Lezama Delgado, José Roldán Acosta, Emma Nava, Epigmenio Barragán, Graciana Sánchez Dorantes, y José López Peralta, entre muchos otros.

Felicito en su día a los maestros universitarios, politécnicos, tecnológico, a los de nivel medio superior, a los de educación básica e inicial, a los de educación indígena, a los de escuelas particulares, y a mis compañeros jubilados.

Todas las maestras y todos los maestros merecen un amplio reconocimiento porque su contribución educativa deja huella en la vida de las personas, y va marcando los alcances de cada generación. En la Escuela Rural Mexicana aprendimos que la letra con sangre entra. Hoy lo censuran algunos, pero otros lo valoramos por los resultados que esta idea dio, abriendo camino al progreso de nuestro estado y nuestro país.

La Cuarta Transformación será posible con el apoyo del magisterio, que es la esperanza de cambio en una sociedad que solo puede trascender mediante la educación y los beneficios que trae consigo.

Decía don Alfonso Reyes que “solo las figuras cargadas de pasado están ricas de porvenir”, y yo pienso que esas figuras son las maestras y los maestros, quienes esparcen la cultura y los conocimientos, pero sobretodo los valores y los principios para la vida y la prosperidad.

Muchas felicidades a todos ustedes, que son reflejo de superación, el verdadero aporte en la construcción del estado y el país que todos queremos.

Gracias por su atención. Hasta la próxima entrega.


  • Maestras y maestros: gracias a ustedes el desarrollo de Tlaxcala y México se ha logrado. Ni un pueblo puede superarse sin el trabajo de ustedes.

Estimados paisanos, los saluda su amigo Joel Molina Ramírez. En esta ocasión, deseo dirigirme a las maestras y los maestros con motivo de su día. A partir del 15 de mayo de 1918, el homenaje a las educadoras y los educadores comenzó a ser celebrado oficialmente en todo el país, y a la fecha es una práctica tan apreciada por todos los mexicanos que merece una reflexión importante.

La educación es la parte más importante para el desarrollo de un pueblo, y el elemento principal de la educación son las maestras y los maestros con vocación, quienes, por su origen, formación y servicio, son la parte más sensible e inteligente de nuestra sociedad.

No solo son sembradores del saber y divulgadores del conocimiento. A través de la enseñanza impartida a los niños y los jóvenes, que son el presente y el futuro de Tlaxcala y de México, son capaces de transformar a las familias y, por ende, de moldear una mejor sociedad.

En su gran mayoría, quienes integramos el magisterio tenemos como origen la clase popular, humilde, marginada, la misma que, a través del esfuerzo y el sacrificio, nos vio llegar a ser profesionistas.

Hemos sido formados en las Escuelas Normales, Rurales, Estatales o Particulares, donde aparte de conocimientos fundamentales, aprendimos a cultivar valores y principios, gracias a los cuales aceptamos iniciar nuestro servicio en las partes más apartadas, en la sierra, en la montaña, en los pueblos lejanos, ahí donde está la gente que más nos necesita, y donde nos convertimos en consejeros, asesores y gestores de la comunidad.

Maestras y maestros: gracias a ustedes el desarrollo de Tlaxcala y México se ha logrado. Ni un pueblo puede superarse sin el trabajo de ustedes. Este estado y este país los necesita. Sin ustedes solo hay rezago.

A nivel nacional, tenemos referencia del legado de maestros de relevante trayectoria como Rafael Ramírez, Ignacio Manuel Altamirano e Ignacio Ramírez. Y en Tlaxcala, tenemos el ejemplo de mentores como Candelario Nava, Narciso L. Pérez, Guillermo Minor Guzmán, Daniel Jiménez de la Rosa, Teresa Díaz Varela, Juventino de la Vega, Isabel Carro Santacruz, Alejandro Carro Santacruz, Gildarlo Zapata, José Lezama Delgado, José Roldán Acosta, Emma Nava, Epigmenio Barragán, Graciana Sánchez Dorantes, y José López Peralta, entre muchos otros.

Felicito en su día a los maestros universitarios, politécnicos, tecnológico, a los de nivel medio superior, a los de educación básica e inicial, a los de educación indígena, a los de escuelas particulares, y a mis compañeros jubilados.

Todas las maestras y todos los maestros merecen un amplio reconocimiento porque su contribución educativa deja huella en la vida de las personas, y va marcando los alcances de cada generación. En la Escuela Rural Mexicana aprendimos que la letra con sangre entra. Hoy lo censuran algunos, pero otros lo valoramos por los resultados que esta idea dio, abriendo camino al progreso de nuestro estado y nuestro país.

La Cuarta Transformación será posible con el apoyo del magisterio, que es la esperanza de cambio en una sociedad que solo puede trascender mediante la educación y los beneficios que trae consigo.

Decía don Alfonso Reyes que “solo las figuras cargadas de pasado están ricas de porvenir”, y yo pienso que esas figuras son las maestras y los maestros, quienes esparcen la cultura y los conocimientos, pero sobretodo los valores y los principios para la vida y la prosperidad.

Muchas felicidades a todos ustedes, que son reflejo de superación, el verdadero aporte en la construcción del estado y el país que todos queremos.

Gracias por su atención. Hasta la próxima entrega.