/ jueves 23 de mayo de 2019

Mexicanos al grito de guerra

Alberto Jaume Torres*

  • Cuando inició el gobierno de Peña Nieto, la política fue no hablar más de criminales, muertos ni violencia, pero en los hechos se mantuvo al Ejército en el combate al crimen organizado, no se depuró ni se creó una policía confiable para poder regresar el ejército a los cuarteles.

Desde hace más doce años, al inicio del gobierno de Felipe Calderón, se decidió enfrentar el crimen organizado con el Ejército, que, a decir del propio expresidente, era la única fuerza confiable que le quedaba al estado mexicano, y que con ella iba a combatir a los grupos criminales que ya controlaban poblaciones completas, cobraban derecho de piso, secuestraban, mataban y traficaban con droga, personas y lo que fuera.

A esta etapa se le conoció “la guerra contra el narco” que, si bien es cierto el expresidente señalo en reiteradas ocasiones que lo que se implementó fue un combate frontal contra los grupos delincuenciales que se estaban apoderando de territorios completos, y que, de no haberlo hecho, esto hubiera sido peor. El hecho fue que esa medida, fue criticada por muchos, como una decisión mal evaluada, inocente o que no había dimensionado las consecuencias de esa apuesta.

Dicho gobierno ejerció el poder desde ese lugar, no había día que no se hablara de ese combate, de las detenciones, de las persecuciones, de los muertos, de la violencia que esto generaba, en fin, fue el eje y el Ejército, en los hechos, tomó el mando de muchas zonas del país, lo que provocó una escalada en la violencia en el propio combate, evidentemente, los militares están entrenados para matar y no para ocuparse de la seguridad pública.

Se dijo entonces que este asunto era temporal, mientras se creaba una policía confiable, preparada y profesional que pudiera hacerse cargo de la seguridad y regresar el Ejército a los cuarteles.

Cuando inició el gobierno de Peña Nieto, la política fue no hablar más de criminales, muertos ni violencia, pero en los hechos se mantuvo al Ejército en el combate al crimen organizado, no se depuró ni se creó una policía confiable para poder regresar el ejército a los cuarteles. El gobierno de Peña Nieto, acabó con los índices de homicidios más altos de los últimos tiempos.

Durante las campañas electorales, el entonces candidato y ahora Presidente, en varias ocasiones señaló que la violencia no se combatía con más violencia y que el ejército debía regresar a sus cuarteles, ya que no era su función andar en labores de seguridad pública.

La alta comisionada de los derechos humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Michelle Bachelet, se dijo sorprendida y alarmada por las cifras de violencia que hay en México, pues las mismas son propias de una guerra. Por desgracia, tiene razón. Ahora el actual gobierno lanza una “nueva” apuesta con la Guardia Nacional parecida a una policía militarizada que intentará contener y combatir al crimen.

La Guardia Nacional, más los nuevos apoyos, programas y oportunidades, dice el nuevo gobierno, harán que se atiendan las causas y de esta manera se combata el flagelo de la violencia y muerte. Por el bien de México, esperemos que así sea, aunque, como expliqué, el elemento militar aparece como común denominador en las estrategias fallidas del pasado. Veremos…

*Vocal Ejecutivo de la Junta Distrital 03 Instituto Nacional Electoral en Tlaxcala


Alberto Jaume Torres*

  • Cuando inició el gobierno de Peña Nieto, la política fue no hablar más de criminales, muertos ni violencia, pero en los hechos se mantuvo al Ejército en el combate al crimen organizado, no se depuró ni se creó una policía confiable para poder regresar el ejército a los cuarteles.

Desde hace más doce años, al inicio del gobierno de Felipe Calderón, se decidió enfrentar el crimen organizado con el Ejército, que, a decir del propio expresidente, era la única fuerza confiable que le quedaba al estado mexicano, y que con ella iba a combatir a los grupos criminales que ya controlaban poblaciones completas, cobraban derecho de piso, secuestraban, mataban y traficaban con droga, personas y lo que fuera.

A esta etapa se le conoció “la guerra contra el narco” que, si bien es cierto el expresidente señalo en reiteradas ocasiones que lo que se implementó fue un combate frontal contra los grupos delincuenciales que se estaban apoderando de territorios completos, y que, de no haberlo hecho, esto hubiera sido peor. El hecho fue que esa medida, fue criticada por muchos, como una decisión mal evaluada, inocente o que no había dimensionado las consecuencias de esa apuesta.

Dicho gobierno ejerció el poder desde ese lugar, no había día que no se hablara de ese combate, de las detenciones, de las persecuciones, de los muertos, de la violencia que esto generaba, en fin, fue el eje y el Ejército, en los hechos, tomó el mando de muchas zonas del país, lo que provocó una escalada en la violencia en el propio combate, evidentemente, los militares están entrenados para matar y no para ocuparse de la seguridad pública.

Se dijo entonces que este asunto era temporal, mientras se creaba una policía confiable, preparada y profesional que pudiera hacerse cargo de la seguridad y regresar el Ejército a los cuarteles.

Cuando inició el gobierno de Peña Nieto, la política fue no hablar más de criminales, muertos ni violencia, pero en los hechos se mantuvo al Ejército en el combate al crimen organizado, no se depuró ni se creó una policía confiable para poder regresar el ejército a los cuarteles. El gobierno de Peña Nieto, acabó con los índices de homicidios más altos de los últimos tiempos.

Durante las campañas electorales, el entonces candidato y ahora Presidente, en varias ocasiones señaló que la violencia no se combatía con más violencia y que el ejército debía regresar a sus cuarteles, ya que no era su función andar en labores de seguridad pública.

La alta comisionada de los derechos humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Michelle Bachelet, se dijo sorprendida y alarmada por las cifras de violencia que hay en México, pues las mismas son propias de una guerra. Por desgracia, tiene razón. Ahora el actual gobierno lanza una “nueva” apuesta con la Guardia Nacional parecida a una policía militarizada que intentará contener y combatir al crimen.

La Guardia Nacional, más los nuevos apoyos, programas y oportunidades, dice el nuevo gobierno, harán que se atiendan las causas y de esta manera se combata el flagelo de la violencia y muerte. Por el bien de México, esperemos que así sea, aunque, como expliqué, el elemento militar aparece como común denominador en las estrategias fallidas del pasado. Veremos…

*Vocal Ejecutivo de la Junta Distrital 03 Instituto Nacional Electoral en Tlaxcala