Penoso fue el incidente en el que estuvo involucrada María del Rocío Epazote Guzmán, presidenta honorífica del Sistema Integral de la Familia (DFI) de San Pablo del Monte, quien agredió arteramente a una mujer por situaciones personales.
En este municipio, las cosas en la nueva administración no han ido bien, inicialmente por los supuestos problemas de alcoholismo que vive el presidente municipal Raúl Tomás Contreras, además por el presunto mal uso de los recursos públicos económicos, sin que a la fecha exista una justificación a ello.
La agresión de la presidenta del DIF municipal fue sancionada con la suspensión definitiva de sus funciones, ya que no es un ejemplo de respeto y ayuda a las mujeres, por lo que lo ocurrido esta semana será difícil de borrar o ignorar.
El alcalde decidió dejar fuera del gobierno local a su esposa, sabedor que su acto no tiene ningún perdón y que su separación es la correcta, actuando en lo justo y no por intereses personales.
LAS BARDAS RESERVADAS
Las personas que llegan a ocupar cargos públicos mantienen la ilusión de prolongar su estancia en el quehacer público, por lo que distraen sus acciones de gobierno con la promoción de sus proyectos personales o familiares.
Uno de estos casos es en Zacatelco, donde el alcalde Hildeberto Pérez Álvarez ha reservado espacios en diferentes bardas de las cinco secciones de la comuna.
Son identificadas con las iniciales de uno de sus hijos, quien, en los corrillos políticos mencionan, será lanzado para la diputación local.
El apodado “Cachorro”, quien, apenas en su primer año de gobierno, tiene el rechazo de la mayor parte del pueblo de Zacatelco por su falta de transparencia y nulos resultados, planea a toda costa volver a ganar una elección popular, con artimañas, como ocurrió el seis de junio de 2021 cuando compró votos al por mayor.
LOS PADRINOS
En redes sociales, vemos que muchos funcionarios públicos como regidores y presidente de comunidad presumen ser padrinos de generaciones de alumnos de nivel preescolar, primaria o secundaria.
Pero en estas prácticas egolátricas poco o nada aportan en el progreso de sus pueblos. Las redes sociales son un escaparate gratuito, que permite estos actos narcisistas, que solo promueven la imagen de quienes ostentan un cargo público, pero no logros significativos para las comunas que representan. Lo cierto es que hay quienes terminan por ser criticados, aunque eso no los frena en su intención de ganar reflectores y mantenerse en el ánimo ciudadano.
