/ lunes 18 de junio de 2018

Nada Personal

No quisiera decir se los dije, pero si mal no recuerdan, se los dije.

Seguir los consejos de sus “amigos asesores” le está costando caro al alcalde chiautempense, Héctor Domínguez Rugerio.

Torcer la ley a conveniencia y no tomar en cuenta al Cabildo para aprobar la sustitución de la empresa “Parkimovil” por “Copemsa” a principios de este año, además de negarse a exhibir el contrato y no dar informes de los ingresos, hoy tiene enfrentados a los integrantes del cuerpo edilicio.

Si mal no recuerdo, se trata del primer conflicto en 18 meses de gobierno en el que se observa una real ruptura entre el alcalde y cinco de los nueve ediles con voz y voto en el máximo órgano de decisión.

Es decir, si hoy se llevara a cabo un Cabildo para decidir si los aparatos continúan funcionando o son retirados, sin duda ganarían los contrarios al munícipe.

Pero como en política todo puede suceder, más vale esperar y estar atentos al comportamiento de los regidores y síndico para saber el desenlace de este trance.

Y es que no es la primera vez que alguno de los ediles muestra su inconformidad por situaciones irregulares al interior de la administración, pero curiosamente de la noche a la mañana cambian de forma repentina su postura, a cambio de supuestos arreglo$ económico$.

Lo cierto es que al carecer de aprobación del Cabildo el cambio de empresa, no estar publicado el reglamento en el Periódico Oficial del Estado de Tlaxcala y ser ciudadanos comunes los encargados de colocar las llamadas “arañas”, el funcionamiento de los parquímetros es a todas luces ilegal y violenta garantías individuales.


Nepotismo

La definición más básica del nepotismo dice que: “es la preferencia que tienen algunos representantes populares o servidores públicos para dar empleo a familiares o amigos, sin importar el mérito para ocupar el cargo, sino su lealtad o alianza”.

Y eso ocurre precisamente en la alcaldía de Apetatitlán, donde Araceli Reyes Juárez se ha convertido en el poder detrás del trono del gobierno de Eloy Reyes Juárez.

Si no es así, entonces a qué se deberá que Araceli Reyes revisa de unas semanas a la fecha y casi con lupa las diferentes direcciones de área y exige a los funcionarios que le entreguen informes de los resultados de sus metas planteadas y sus declaraciones patrimoniales.

Lo malo no es que pida información, sino que presume a los cuatro vientos que por fin pondrá orden en el gobierno de su hermano Eloy, a quien –según ella- la gente solo se burlan de él y lo utilizan a conveniencia ¿será?

Lo peor del caso no es eso, sino que los regidores y la síndico Isela Carvajal no digan nada y toleren que la familia del alcalde sea quien lleve las riendas de la administración y no ellos que fueron electos a través del voto.

¿Acaso no dicen nada porque en estos días en vez de trabajar a favor de la ciudadanía que dicen representar se la pasan vendiendo boletos para el festival de paellas a la víspera de la feria anual? Es pregunta que huele a camarón pelao.

No quisiera decir se los dije, pero si mal no recuerdan, se los dije.

Seguir los consejos de sus “amigos asesores” le está costando caro al alcalde chiautempense, Héctor Domínguez Rugerio.

Torcer la ley a conveniencia y no tomar en cuenta al Cabildo para aprobar la sustitución de la empresa “Parkimovil” por “Copemsa” a principios de este año, además de negarse a exhibir el contrato y no dar informes de los ingresos, hoy tiene enfrentados a los integrantes del cuerpo edilicio.

Si mal no recuerdo, se trata del primer conflicto en 18 meses de gobierno en el que se observa una real ruptura entre el alcalde y cinco de los nueve ediles con voz y voto en el máximo órgano de decisión.

Es decir, si hoy se llevara a cabo un Cabildo para decidir si los aparatos continúan funcionando o son retirados, sin duda ganarían los contrarios al munícipe.

Pero como en política todo puede suceder, más vale esperar y estar atentos al comportamiento de los regidores y síndico para saber el desenlace de este trance.

Y es que no es la primera vez que alguno de los ediles muestra su inconformidad por situaciones irregulares al interior de la administración, pero curiosamente de la noche a la mañana cambian de forma repentina su postura, a cambio de supuestos arreglo$ económico$.

Lo cierto es que al carecer de aprobación del Cabildo el cambio de empresa, no estar publicado el reglamento en el Periódico Oficial del Estado de Tlaxcala y ser ciudadanos comunes los encargados de colocar las llamadas “arañas”, el funcionamiento de los parquímetros es a todas luces ilegal y violenta garantías individuales.


Nepotismo

La definición más básica del nepotismo dice que: “es la preferencia que tienen algunos representantes populares o servidores públicos para dar empleo a familiares o amigos, sin importar el mérito para ocupar el cargo, sino su lealtad o alianza”.

Y eso ocurre precisamente en la alcaldía de Apetatitlán, donde Araceli Reyes Juárez se ha convertido en el poder detrás del trono del gobierno de Eloy Reyes Juárez.

Si no es así, entonces a qué se deberá que Araceli Reyes revisa de unas semanas a la fecha y casi con lupa las diferentes direcciones de área y exige a los funcionarios que le entreguen informes de los resultados de sus metas planteadas y sus declaraciones patrimoniales.

Lo malo no es que pida información, sino que presume a los cuatro vientos que por fin pondrá orden en el gobierno de su hermano Eloy, a quien –según ella- la gente solo se burlan de él y lo utilizan a conveniencia ¿será?

Lo peor del caso no es eso, sino que los regidores y la síndico Isela Carvajal no digan nada y toleren que la familia del alcalde sea quien lleve las riendas de la administración y no ellos que fueron electos a través del voto.

¿Acaso no dicen nada porque en estos días en vez de trabajar a favor de la ciudadanía que dicen representar se la pasan vendiendo boletos para el festival de paellas a la víspera de la feria anual? Es pregunta que huele a camarón pelao.