El próximo 7 de septiembre el Instituto Nacional Electoral (INE) dará el banderazo de salida a todas las actividades rumbo a la jornada del 6 de junio de 2021, en la que se esperan los comicios más grandes en la historia del país, con más de 21 mil cargos en juego, entre ellos 15 gubernaturas y la Cámara de Diputados.
A nivel estatal, autoridades electorales proyectan que el proceso electoral inicie el 29 de noviembre, pues según la ley deberá comenzar a más tardar seis meses antes de la fecha de la elección de que se trate.
Los tlaxcaltecas saldrán a las urnas para renovar la gubernatura, tres diputaciones federales, 25 diputaciones locales, 60 alcaldías y 299 presidencias de comunidad.
De este modo, el INE y el Instituto Tlaxcalteca de Elecciones serán los responsables de preparar a su personal para garantizar certeza, legalidad, transparencia y equidad en la contienda, así como establecer medidas sanitarias ante la pandemia por Covid-19.
En el proceso comicial local participarán al menos 12 partidos políticos que en este ejercicio fiscal recibieron 53 millones 29 mil 205 pesos de prerrogativas.
De esos, siete son de registro nacional y cinco son partidos políticos locales. Algunas asociaciones civiles esperan su aval para ser partidos.
SUSPIRANTES
Previo a todo lo anterior, en la entidad tlaxcalteca es notorio que el clima político poco a poco se empieza a “calentar” y los sectores sociales comienzan a configurarse.
Y aunque a los “suspirantes” los respalda la ley, al ser legítima su aspiración de ocupar un cargo público, hay personajes de la vida política y social que han recibido cierta simpatía, otros de plano tienen total rechazo.
Para no ir lejos centrémonos de momento en Chiautempan, donde por lo menos 25 personas han alzado la mano para contender por la alcaldía y por el Distrito IX, pero menos de la mitad aparecerán en la boleta y solo dos obtendrán el triunfo.
De momento me reservo los nombres, pero basta ver sus redes sociales en los que se pueden leer comentarios de todo tipo, al ser evidente su interesada intención política, aunque durante tres años y medio del actual gobierno chiautempense permanecieron callados.
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