/ miércoles 11 de mayo de 2022

Nada Personal | ¡En la madre!

No hubo mejor fecha que el Día de las Madres para que, una vez más, estallara la disputa entre grupos al interior del Sindicato “7 de Mayo”. El Tribunal de Conciliación y Arbitraje de Tlaxcala declaró procedente la cancelación de la Toma de Nota a Edgar Tlapale Ramírez como Secretario General del poderoso sindicato de burócratas que aglutina a alrededor de tres mil 100 agremiados.

Con ello, resurgió la pugna por el poder -y obvio por el dinero- que maneja esta agrupación “a costillas” de empleados de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial; organismos descentralizados y 39 de los 44 municipios con contrato (cinco están en demanda). Al abordar el juicio laboral de fecha 13 de febrero de 2020, el Tribunal determinó que Tlapale Ramírez deja de ser el representante de los burócratas, cargo que asumió en abril de 2014 por un periodo de seis años y para el cual se reeligió en enero de 2020 para otros seis años, con voto a mano alzada en una cuestionada asamblea.

LA HISTORIA SE REPITE

Ya lo dijo Karl Marx: "La historia ocurre dos veces: la primera vez como una gran tragedia y la segunda como una miserable farsa".

Y es así que este 10 de mayo de 2022 se repitió el conflicto ocurrido el martes 5 de agosto de 2014, cuando grupos liderados por el matrimonio Erazo-Rodríguez chocaron con quienes apoyaron a llegar al cargo al actual Secretario General. La historia entre ambos grupos que se disputan el poder es muy larga, pero en pocas palabras se las voy a resumir. Resulta que Edgar Tlapale Ramírez fue empleado incondicional de los exlíderes Pedro Erazo y Guadalupe Rodríguez, creciendo a su sombra y moldeándose a su imagen y semejanza.

Al culminar en 2014 el periodo por el que fue electa y reelecta Guadalupe Rodríguez Guzmán (“Lupita” pa´los cuates), Edgar Tlapale fue impulsado por su jefa para asumir el cargo, con la condición de que al ganar pidiera licencia con algún pretexto de salud para que su hija, Karina Erazo Rodríguez, asumiera la dirigencia, al ocupar la segunda cartera de mayor importancia en la Planilla Café (Secretaría del Interior, Actas y Acuerdos).

Pero ¡oh sorpresa! Tras el triunfo de Edgar Tlapale, éste se negó a pedir licencia y a manera de mantener controlados a sus exjefes, nombró a Pedro Erazo y Guadalupe Rodríguez como sus asesores e integrantes de una “comisión de apoyo” al interior del sindicato.

Eso no gustó al matrimonio Erazo-Rodríguez que comenzó a desestabilizar a su “achichincle”, lo que dio inicio a una pugna que culminó con la remoción de ambos exlíderes como “asesores” y ordenarse su reintegración a sus respectivas áreas de empleo, al igual que de sus hijos Daniel Adrián, Karina y Esteban Pedro, quienes lograron una base sindical estando sus padres como dirigentes.

Por estos hechos, Edgar Tlapale fue señalado por quienes lo apoyaron a llegar al poder de ser “vendido” al gobierno de Mariano González Zarur, “traidor”, “cínico” y “muerdes la mano que te dio de comer”, a lo que él contestó que “son tiempos de cambio” y que sus exjefes llevaban mucho tiempo viviendo del sindicato y ya era tiempo de que trabajaran.

EL NUEVO CONFLICTO

Con la reciente decisión del Tribunal de Conciliación y Arbitraje de Tlaxcala, el conflicto entre ambos grupos crece, ya que la familia Erazo-Rodríguez busca nuevamente regresar al poder que por años ostentaron, para lo cual presumen que cuentan con el apoyo de la gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros, a quien abiertamente impulsaron en campaña.

Mientras que Edgar Tlapale y compañía aseveran que no permitirán que una familia tenga nuevamente el control del gremio de burócratas más importante de Tlaxcala, con tal de satisfacer su hambre de poder. Lo cierto es que ya sea de un lado, o bien del otro, quien en realidad pierde es la base trabajadora, sobre todo en tiempos complejos en los que sus derechos ganados a través de los años son vulnerados, como ocurre en el municipio de Huamantla, donde el alcalde Salvador Santos Cedillo ha decidido despedir a más de 120 burócratas con más de 10, 15 y 20 años de antigüedad, con el argumento de que representan una carga financiera insostenible y cuya próxima quincena a pagarse el 13 de mayo está en vilo.

Quienes conocen mejor el tema afirman que el reciente fallo del Tribunal no es casual y este conflicto dará mucho de qué hablar en los próximos días, hasta que se lleve a cabo una nueva elección en la que ambos grupos confrontados medirán fuerzas y se sabrá quién asumirá el control para los próximos años.

Y aquí surge una de muchas preguntas: ¿respetarán ambos grupos los resultados que arroje la nueva elección para así dar fin a su enquistada disputa?

No hubo mejor fecha que el Día de las Madres para que, una vez más, estallara la disputa entre grupos al interior del Sindicato “7 de Mayo”. El Tribunal de Conciliación y Arbitraje de Tlaxcala declaró procedente la cancelación de la Toma de Nota a Edgar Tlapale Ramírez como Secretario General del poderoso sindicato de burócratas que aglutina a alrededor de tres mil 100 agremiados.

Con ello, resurgió la pugna por el poder -y obvio por el dinero- que maneja esta agrupación “a costillas” de empleados de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial; organismos descentralizados y 39 de los 44 municipios con contrato (cinco están en demanda). Al abordar el juicio laboral de fecha 13 de febrero de 2020, el Tribunal determinó que Tlapale Ramírez deja de ser el representante de los burócratas, cargo que asumió en abril de 2014 por un periodo de seis años y para el cual se reeligió en enero de 2020 para otros seis años, con voto a mano alzada en una cuestionada asamblea.

LA HISTORIA SE REPITE

Ya lo dijo Karl Marx: "La historia ocurre dos veces: la primera vez como una gran tragedia y la segunda como una miserable farsa".

Y es así que este 10 de mayo de 2022 se repitió el conflicto ocurrido el martes 5 de agosto de 2014, cuando grupos liderados por el matrimonio Erazo-Rodríguez chocaron con quienes apoyaron a llegar al cargo al actual Secretario General. La historia entre ambos grupos que se disputan el poder es muy larga, pero en pocas palabras se las voy a resumir. Resulta que Edgar Tlapale Ramírez fue empleado incondicional de los exlíderes Pedro Erazo y Guadalupe Rodríguez, creciendo a su sombra y moldeándose a su imagen y semejanza.

Al culminar en 2014 el periodo por el que fue electa y reelecta Guadalupe Rodríguez Guzmán (“Lupita” pa´los cuates), Edgar Tlapale fue impulsado por su jefa para asumir el cargo, con la condición de que al ganar pidiera licencia con algún pretexto de salud para que su hija, Karina Erazo Rodríguez, asumiera la dirigencia, al ocupar la segunda cartera de mayor importancia en la Planilla Café (Secretaría del Interior, Actas y Acuerdos).

Pero ¡oh sorpresa! Tras el triunfo de Edgar Tlapale, éste se negó a pedir licencia y a manera de mantener controlados a sus exjefes, nombró a Pedro Erazo y Guadalupe Rodríguez como sus asesores e integrantes de una “comisión de apoyo” al interior del sindicato.

Eso no gustó al matrimonio Erazo-Rodríguez que comenzó a desestabilizar a su “achichincle”, lo que dio inicio a una pugna que culminó con la remoción de ambos exlíderes como “asesores” y ordenarse su reintegración a sus respectivas áreas de empleo, al igual que de sus hijos Daniel Adrián, Karina y Esteban Pedro, quienes lograron una base sindical estando sus padres como dirigentes.

Por estos hechos, Edgar Tlapale fue señalado por quienes lo apoyaron a llegar al poder de ser “vendido” al gobierno de Mariano González Zarur, “traidor”, “cínico” y “muerdes la mano que te dio de comer”, a lo que él contestó que “son tiempos de cambio” y que sus exjefes llevaban mucho tiempo viviendo del sindicato y ya era tiempo de que trabajaran.

EL NUEVO CONFLICTO

Con la reciente decisión del Tribunal de Conciliación y Arbitraje de Tlaxcala, el conflicto entre ambos grupos crece, ya que la familia Erazo-Rodríguez busca nuevamente regresar al poder que por años ostentaron, para lo cual presumen que cuentan con el apoyo de la gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros, a quien abiertamente impulsaron en campaña.

Mientras que Edgar Tlapale y compañía aseveran que no permitirán que una familia tenga nuevamente el control del gremio de burócratas más importante de Tlaxcala, con tal de satisfacer su hambre de poder. Lo cierto es que ya sea de un lado, o bien del otro, quien en realidad pierde es la base trabajadora, sobre todo en tiempos complejos en los que sus derechos ganados a través de los años son vulnerados, como ocurre en el municipio de Huamantla, donde el alcalde Salvador Santos Cedillo ha decidido despedir a más de 120 burócratas con más de 10, 15 y 20 años de antigüedad, con el argumento de que representan una carga financiera insostenible y cuya próxima quincena a pagarse el 13 de mayo está en vilo.

Quienes conocen mejor el tema afirman que el reciente fallo del Tribunal no es casual y este conflicto dará mucho de qué hablar en los próximos días, hasta que se lleve a cabo una nueva elección en la que ambos grupos confrontados medirán fuerzas y se sabrá quién asumirá el control para los próximos años.

Y aquí surge una de muchas preguntas: ¿respetarán ambos grupos los resultados que arroje la nueva elección para así dar fin a su enquistada disputa?