/ lunes 4 de mayo de 2020

Nada Personal | Exhorto

Diputados locales aprobaron el pasado viernes un exhorto para que el municipio de Chiautempan suspenda el pago de parquímetros durante la contingencia sanitaria.


Pero fiel a su estilo, el gobierno de Héctor Domínguez Rugerio se ha negado –hasta hoy- a suspender el servicio y, por el contrario, ha arreciado su hostigamiento hacia quienes tienen el “pecado” de rebasar el tiempo límite adquirido en las máquinas “tragamonedas”.


En Tlaxcala capital, comuna que también cuenta con este servicio, el Ayuntamiento de Anabell Ávalos Zempoalteca suspendió los parquímetros desde el 25 de abril, al ser decretada la Fase 3 del Covid-19, como medida de apoyo a la economía de quienes tienen la necesidad de salir de sus casas para trabajar o adquirir alimentos para su familia.


Una de dos: o el alcalde chiautempense no tiene sentido común y por eso no ha suspendido el servicio de parquímetros, o bien, prefiere recolectar hasta las últimas monedas que dejen los contribuyentes en esas máquinas.


A eso hay que sumarle la poca empatía que el alcalde Héctor Domínguez Rugerio ha tenido con los comerciantes, sector que lo vio nacer y al que pertenece.


Y es que además del pago de parquímetros, la Dirección de Ingresos que dirige Carlos Erasto Escobar (cuñado del presidente municipal), tampoco ha suspendido el cobro de “piso” a los comerciantes ambulantes, a pesar de que han visto afectadas sus ventas y por el confinamiento y medidas de sana distancia laboran cada tres días.


Peor aún, el personal encargado de hacer esos cobros sale todos los días a las calles sin la debida protección, pese a manipular dinero y solo portan un sencillo cubrebocas.


Si algo ha quedado claro en estos tiempos cruciales es que el destacado comerciante Héctor Domínguez ha dado la espalda al sector que lo vio crecer con su negocio de carnicerías y del que recibió amplio respaldo para llegar a la silla presidencial municipal.


Por cierto, no hay que olvidar que a principios de año todos los ambulantes fueron obligados por Carlos Erasto Escobar a pagar un permiso anual y comprar una playera y una gorra a cambio de obtener su permiso anual, apoyo que hoy no se ve reflejado.

moisoltlax33@gmail.com


Diputados locales aprobaron el pasado viernes un exhorto para que el municipio de Chiautempan suspenda el pago de parquímetros durante la contingencia sanitaria.


Pero fiel a su estilo, el gobierno de Héctor Domínguez Rugerio se ha negado –hasta hoy- a suspender el servicio y, por el contrario, ha arreciado su hostigamiento hacia quienes tienen el “pecado” de rebasar el tiempo límite adquirido en las máquinas “tragamonedas”.


En Tlaxcala capital, comuna que también cuenta con este servicio, el Ayuntamiento de Anabell Ávalos Zempoalteca suspendió los parquímetros desde el 25 de abril, al ser decretada la Fase 3 del Covid-19, como medida de apoyo a la economía de quienes tienen la necesidad de salir de sus casas para trabajar o adquirir alimentos para su familia.


Una de dos: o el alcalde chiautempense no tiene sentido común y por eso no ha suspendido el servicio de parquímetros, o bien, prefiere recolectar hasta las últimas monedas que dejen los contribuyentes en esas máquinas.


A eso hay que sumarle la poca empatía que el alcalde Héctor Domínguez Rugerio ha tenido con los comerciantes, sector que lo vio nacer y al que pertenece.


Y es que además del pago de parquímetros, la Dirección de Ingresos que dirige Carlos Erasto Escobar (cuñado del presidente municipal), tampoco ha suspendido el cobro de “piso” a los comerciantes ambulantes, a pesar de que han visto afectadas sus ventas y por el confinamiento y medidas de sana distancia laboran cada tres días.


Peor aún, el personal encargado de hacer esos cobros sale todos los días a las calles sin la debida protección, pese a manipular dinero y solo portan un sencillo cubrebocas.


Si algo ha quedado claro en estos tiempos cruciales es que el destacado comerciante Héctor Domínguez ha dado la espalda al sector que lo vio crecer con su negocio de carnicerías y del que recibió amplio respaldo para llegar a la silla presidencial municipal.


Por cierto, no hay que olvidar que a principios de año todos los ambulantes fueron obligados por Carlos Erasto Escobar a pagar un permiso anual y comprar una playera y una gorra a cambio de obtener su permiso anual, apoyo que hoy no se ve reflejado.

moisoltlax33@gmail.com