/ lunes 10 de agosto de 2020

Nada Personal | Feminicidios

El asesinato de Geraldine N., ocurrido la mañana del 7 de agosto en la colonia Reforma de Chiautempan, no es un caso aislado en Tlaxcala. Se trata del tercer feminicidio ocurrido en tan solo dos meses en la entidad.

El sábado 6 de junio y derivado de una discusión en su domicilio, en Xicohtzinco, murió Elena N., de 31 años de edad, al ser baleada por su expareja sentimental y el martes 14 de julio falleció apuñalada una mujer de 39 años de edad, que fue encontrada tirada en un camino de terracería paralelo a la Vía Corta, a la altura de Tenancingo.

En el caso de Elena, su exmarido de nombre Felipe N. fue detenido con prontitud y actualmente enfrenta su proceso en la cárcel; sin embargo, la gran mayoría de feminicidios ocurridos en Tlaxcala siguen impunes por dos cosas: no ser tipificados como tales por las deficiencias legales y las lentas investigaciones por parte de la Procuraduría General de Justicia del Estado.

Aunque las cifras oficiales digan lo contrario, la violencia de género es alarmante en la entidad y se vive en muchos hogares, pero lamentablemente no es denunciada. Un ejemplo más de violencia hacia las mujeres se supo el 11 de julio pasado en el centro de rehabilitación “La Concepción” de Chiautempan, donde una joven murió al intentar escapar y otra resultó herida. Quienes conocen mejor el caso aseguran que Carla y Mitzi huían de los maltratos que ahí vivían durante su “rehabilitación”.

El homicidio de Geraldine N. el pasado viernes es una tragedia total para su familia, sobre todo para sus cuatro hijos que hoy quedan en la orfandad.

Una noche antes de su deceso, Geraldine celebró su cumpleaños número 28 al lado de sus hijos y su esposo Luis, en la pequeña casa que rentan en la colonia Reforma.

Hoy, las autoridades tienen la obligación de ir tras esos dos supuestos “clientes” que le hicieron a Geraldine un pedido de 100 gelatinas a cambio de 600 pesos, pero que en realidad se trató de un señuelo para privarla de la vida por motivos hasta hoy desconocidos.

INOPORTUNOS

Con esa extraña manía que tiene el Ayuntamiento de Chiautempan, el pasado sábado 8 de agosto los integrantes del Cabildo celebraron una sesión extraordinaria para aprobar, entre otras cosas, un acuerdo que establece las medidas sanitarias ante la nueva normalidad, aplicable para la cabecera municipal y las 15 comunidades.

El caso no tendría nada de extraño, de no ser porque la contingencia sanitaria está por cumplir 5 meses y la llamada nueva normalidad entró en vigor el 1 de junio, pero el gobierno de Chiautempan apenas se dio cuenta que son necesarios lineamientos de conducta social ante la pandemia.

Así como van, seguro el alcalde Héctor Domínguez Rugerio determinará en septiembre la cancelación de la Semana Santa y de la feria anual de julio y en diciembre la suspensión del Grito de Independencia.

El asesinato de Geraldine N., ocurrido la mañana del 7 de agosto en la colonia Reforma de Chiautempan, no es un caso aislado en Tlaxcala. Se trata del tercer feminicidio ocurrido en tan solo dos meses en la entidad.

El sábado 6 de junio y derivado de una discusión en su domicilio, en Xicohtzinco, murió Elena N., de 31 años de edad, al ser baleada por su expareja sentimental y el martes 14 de julio falleció apuñalada una mujer de 39 años de edad, que fue encontrada tirada en un camino de terracería paralelo a la Vía Corta, a la altura de Tenancingo.

En el caso de Elena, su exmarido de nombre Felipe N. fue detenido con prontitud y actualmente enfrenta su proceso en la cárcel; sin embargo, la gran mayoría de feminicidios ocurridos en Tlaxcala siguen impunes por dos cosas: no ser tipificados como tales por las deficiencias legales y las lentas investigaciones por parte de la Procuraduría General de Justicia del Estado.

Aunque las cifras oficiales digan lo contrario, la violencia de género es alarmante en la entidad y se vive en muchos hogares, pero lamentablemente no es denunciada. Un ejemplo más de violencia hacia las mujeres se supo el 11 de julio pasado en el centro de rehabilitación “La Concepción” de Chiautempan, donde una joven murió al intentar escapar y otra resultó herida. Quienes conocen mejor el caso aseguran que Carla y Mitzi huían de los maltratos que ahí vivían durante su “rehabilitación”.

El homicidio de Geraldine N. el pasado viernes es una tragedia total para su familia, sobre todo para sus cuatro hijos que hoy quedan en la orfandad.

Una noche antes de su deceso, Geraldine celebró su cumpleaños número 28 al lado de sus hijos y su esposo Luis, en la pequeña casa que rentan en la colonia Reforma.

Hoy, las autoridades tienen la obligación de ir tras esos dos supuestos “clientes” que le hicieron a Geraldine un pedido de 100 gelatinas a cambio de 600 pesos, pero que en realidad se trató de un señuelo para privarla de la vida por motivos hasta hoy desconocidos.

INOPORTUNOS

Con esa extraña manía que tiene el Ayuntamiento de Chiautempan, el pasado sábado 8 de agosto los integrantes del Cabildo celebraron una sesión extraordinaria para aprobar, entre otras cosas, un acuerdo que establece las medidas sanitarias ante la nueva normalidad, aplicable para la cabecera municipal y las 15 comunidades.

El caso no tendría nada de extraño, de no ser porque la contingencia sanitaria está por cumplir 5 meses y la llamada nueva normalidad entró en vigor el 1 de junio, pero el gobierno de Chiautempan apenas se dio cuenta que son necesarios lineamientos de conducta social ante la pandemia.

Así como van, seguro el alcalde Héctor Domínguez Rugerio determinará en septiembre la cancelación de la Semana Santa y de la feria anual de julio y en diciembre la suspensión del Grito de Independencia.