/ miércoles 1 de diciembre de 2021

Nada Personal | Mujer vs. mujer

Apenas el pasado 25 de noviembre el mundo conmemoró el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, pero tal parece que para las candidatas a la dirigencia estatal del Partido Acción Nacional (PAN) esa fecha pasó de noche.

Basta con esculcar un poco en redes sociales para observar el nivel al que han llegado los insultos entre los equipos de Minerva Hernández Ramos y Miriam Martínez Sánchez.

El elevado tono de las descalificaciones y ofensas contrasta con la doctrina que heredaron los ideólogos del “partido del bolillo” y deja mucho de qué hablar de panistas ‘mochos’ como Adriana Dávila y su copia fiel Leticia Hernández, quienes enarbolan la bandera feminista solo cuando les conviene.

Los insultos entre panistas abonados por personajes como el exdiputado ‘pluri’ Israel Lara, han pasado del terreno de lo político a la vida privada e íntima entre las candidatas, lo que avizora un proceso por demás desgastado rumbo a la elección del 19 de diciembre, en el que ganará una de las dos candidatas, pero perderá toda la militancia.

Es cierto que Minerva Hernández se caracteriza por su “chapulineo” político al pasar del PRI al PRD a finales de los 90’s, desde donde atacaba al PAN cada que podía; también es cierto que junto con Sánchez Anaya impulsó la carrera rumbo a la presidencia de Andrés Manuel López Obrador en 2006 y que en 2010 declinó por intereses a favor de Adriana Dávila en la campaña al gobierno estatal, pero qué necesidad de recordarlo.

También es de muchos conocido que Minerva Hernández trabajó de 2013 a 2014 en el gobierno de Enrique Peña Nieto como directora de la Procuraduría de la Defensa del Contribuyente, siendo ya militante panista y que como senadora ha pedido tres licencias al cargo en lo que va de 2021 (1. para contender por la gubernatura, 2. para coordinar la campaña de la priista Anabel Ávalos y 3. para participar en la contienda interna del PAN) y se ha negado a que asuma el cargo su suplente, la empresaria Maura Hernández Fernández, pese al financiamiento que recibió para su campaña de 2018.

También es cierto que Ángelo Gutiérrez, actual esposo de Miriam Martínez, creció políticamente a la sombra de Adriana Dávila y que como diputado se caracterizó por cometer presuntas irregularidades financieras y que practica como deporte la deslealtad.

Asimismo, son del dominio público los escándalos en los que se ha visto envuelto el actual alcalde de Apetatitlán, uno de los más sonados con su exesposa en su propio domicilio, pero no es necesario recordarlo a cada rato.

De Miriam Martínez se sabe poco, pues su carrera política es limitada y el currículo que difunden sus allegados está muy exagerado, pero su figura joven e identidad panista contrasta con la desgastada imagen de Minerva Hernández; no obstante, su peor enemigo político lo tiene en casa, en la figura de Ángelo Gutiérrez.

Para bien de los panistas, lo mejor sería que le abonen a la reconciliación desde este momento y no a las descalificaciones, de lo contrario se espera una contienda interna similar a la vivida en días pasados en Puebla, donde las candidatas se convirtieron en la comidilla del morenismo.

HAZMERREÍR

El alcalde capitalino, Jorge Corichi Fragoso, se ha convertido en la ‘botana’ entre los presidentes municipales de la entidad no solo por aquello de sus ‘mañaneras’, sino porque en reuniones actúa como si fuera el mismísimo gobernador de Tlaxcala.

El protagonismo de Corichi ha sido comparado con la actitud que en antaño tuvo el exalcalde Pedro Pérez Lira, aquel que era rodeado por guaruras a donde quiera que asistía y le hacían alfombra y caravana.

La desfachatez se observó recientemente en un comunicado en el que su área de prensa difundió que había sido atropellado “el comandante Francisco Javier Carreto Gámez, director de la Secretaría de Seguridad Ciudadana y Movilidad de la capital” durante el operativo alcoholímetro. ¿Secretaría? ¿En serio?

Cualquier otro día el gobierno de Jorge Corichi va a salir con que pone sillas para los que hacen filas para pruebas Covid, o que su personal hace zumba en sus ratos libres o que tiene muchas relaciones con gobernantes de Michoacán, Puebla y CDMX. ¡Ah, no… eso ya lo hizo!

Apenas el pasado 25 de noviembre el mundo conmemoró el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, pero tal parece que para las candidatas a la dirigencia estatal del Partido Acción Nacional (PAN) esa fecha pasó de noche.

Basta con esculcar un poco en redes sociales para observar el nivel al que han llegado los insultos entre los equipos de Minerva Hernández Ramos y Miriam Martínez Sánchez.

El elevado tono de las descalificaciones y ofensas contrasta con la doctrina que heredaron los ideólogos del “partido del bolillo” y deja mucho de qué hablar de panistas ‘mochos’ como Adriana Dávila y su copia fiel Leticia Hernández, quienes enarbolan la bandera feminista solo cuando les conviene.

Los insultos entre panistas abonados por personajes como el exdiputado ‘pluri’ Israel Lara, han pasado del terreno de lo político a la vida privada e íntima entre las candidatas, lo que avizora un proceso por demás desgastado rumbo a la elección del 19 de diciembre, en el que ganará una de las dos candidatas, pero perderá toda la militancia.

Es cierto que Minerva Hernández se caracteriza por su “chapulineo” político al pasar del PRI al PRD a finales de los 90’s, desde donde atacaba al PAN cada que podía; también es cierto que junto con Sánchez Anaya impulsó la carrera rumbo a la presidencia de Andrés Manuel López Obrador en 2006 y que en 2010 declinó por intereses a favor de Adriana Dávila en la campaña al gobierno estatal, pero qué necesidad de recordarlo.

También es de muchos conocido que Minerva Hernández trabajó de 2013 a 2014 en el gobierno de Enrique Peña Nieto como directora de la Procuraduría de la Defensa del Contribuyente, siendo ya militante panista y que como senadora ha pedido tres licencias al cargo en lo que va de 2021 (1. para contender por la gubernatura, 2. para coordinar la campaña de la priista Anabel Ávalos y 3. para participar en la contienda interna del PAN) y se ha negado a que asuma el cargo su suplente, la empresaria Maura Hernández Fernández, pese al financiamiento que recibió para su campaña de 2018.

También es cierto que Ángelo Gutiérrez, actual esposo de Miriam Martínez, creció políticamente a la sombra de Adriana Dávila y que como diputado se caracterizó por cometer presuntas irregularidades financieras y que practica como deporte la deslealtad.

Asimismo, son del dominio público los escándalos en los que se ha visto envuelto el actual alcalde de Apetatitlán, uno de los más sonados con su exesposa en su propio domicilio, pero no es necesario recordarlo a cada rato.

De Miriam Martínez se sabe poco, pues su carrera política es limitada y el currículo que difunden sus allegados está muy exagerado, pero su figura joven e identidad panista contrasta con la desgastada imagen de Minerva Hernández; no obstante, su peor enemigo político lo tiene en casa, en la figura de Ángelo Gutiérrez.

Para bien de los panistas, lo mejor sería que le abonen a la reconciliación desde este momento y no a las descalificaciones, de lo contrario se espera una contienda interna similar a la vivida en días pasados en Puebla, donde las candidatas se convirtieron en la comidilla del morenismo.

HAZMERREÍR

El alcalde capitalino, Jorge Corichi Fragoso, se ha convertido en la ‘botana’ entre los presidentes municipales de la entidad no solo por aquello de sus ‘mañaneras’, sino porque en reuniones actúa como si fuera el mismísimo gobernador de Tlaxcala.

El protagonismo de Corichi ha sido comparado con la actitud que en antaño tuvo el exalcalde Pedro Pérez Lira, aquel que era rodeado por guaruras a donde quiera que asistía y le hacían alfombra y caravana.

La desfachatez se observó recientemente en un comunicado en el que su área de prensa difundió que había sido atropellado “el comandante Francisco Javier Carreto Gámez, director de la Secretaría de Seguridad Ciudadana y Movilidad de la capital” durante el operativo alcoholímetro. ¿Secretaría? ¿En serio?

Cualquier otro día el gobierno de Jorge Corichi va a salir con que pone sillas para los que hacen filas para pruebas Covid, o que su personal hace zumba en sus ratos libres o que tiene muchas relaciones con gobernantes de Michoacán, Puebla y CDMX. ¡Ah, no… eso ya lo hizo!