/ miércoles 10 de agosto de 2022

Nada Personal | ¿Podrá Beatriz?

Lo mejor que le podría suceder a Tlaxcala es que algún día uno de sus políticos ocupe la Presidencia de México, sea del partido que sea.

¿Imaginan la trascendencia nacional y mundial para el estado más pequeño en territorio del país, pero de los de mayor riqueza cultural e histórica?

Aunque en este momento lo anterior represente un “sueño guajiro” podría ser una realidad en 2024, ahora que la tlaxcalteca Beatriz Elena Paredes Rangel levantó la mano para buscar la candidatura de su partido (el PRI) y la alianza “Va por México”.

De entrada, conseguir la nominación representaría por sí solo un hecho histórico.

Pero ganar la contienda no solo sería anecdótico por derrocar al dominante Morena y a su líder moral, sino que representaría un cambio de paradigma al convertirse en la primera mujer en gobernar la Nación.

Todo ello es una utopía en este momento, pero el simple anuncio de Beatriz Paredes de contender por la candidatura a la máxima magistratura del país de inmediato causó revuelo.

Y es que no se trata de una política improvisada, la carrera de “Doña Bety” –como se le dice aquí en Tlaxcala- es una de las más sólidas que se recuerden en México.

Por donde quiera que se le vea, su trayectoria es digna de ser resaltada y contrasta con la de las “corcholatas” del presidente AMLO.

A sus 21 años fue diputada local y coordinadora del Congreso del Estado; a los 34 años se convirtió en gobernadora y más tarde fue tres veces diputada federal y también senadora de la República.

A ello se suman liderazgos de su partido como ser la primera mujer dirigente de la Confederación Nacional Campesina y en 2007 Presidenta Nacional del PRI.

En cargos públicos del Gobierno Federal fue subsecretaria de la Reforma Agraria y subsecretaria de Gobernación en tres episodios, aunado a su carrera diplomática como Embajadora de México en Cuba y en Brasil, entre muchos cargos más.

Es por eso que al alzar la mano el pasado jueves cuatro de agosto, el tablero político de inmediato se tambaleó al considerarla como una seria opositora al actual régimen que comanda Andrés Manuel López Obrador.

La trillada frase de que “en política no hay sorpresas, sino sorprendidos”, se hizo presente al día siguiente, durante la visita que hizo el mandatario a tierras tlaxcaltecas para supervisar el plan de salud IMSS Bienestar.

Y aunque muchos “beatricistas” que están dentro de la nómina del gobierno de Lorena Cuéllar Cisneros hasta hoy han hecho ‘mutis’ por el anuncio, lo cierto es que por dentro no caben de emoción, al remotamente verse en una campaña presidencial por todo el país.

La frase: “es tiempo de que México tenga una mujer presidenta”, resonó por igual en los corrillos políticos de abajo que en las altas esferas del poder.

La disyuntiva está en saber si esa mujer presidenta será Beatriz Paredes o la actual Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, favorita del presidente de México para ser candidata de Morena en 2024, aunque Marcelo Ebrard tenga mayor aceptación.

Una persona que conoce muy bien los amarres políticos desde las altas esferas de gobierno, me confió que es posible que Beatriz Paredes no llegue siquiera a ser candidata, ante la postura negligente e intere$ada del dirigente del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas.

Empero, en caso de llegar a ser postulada, sería víctima de una derrota anunciada ante la aceitada maquinaria que ya echó a andar Morena en casi todos los estados para lograr retener la Presidencia de México por seis años más.

El partido del que forma parte y la generación de políticos que representa a sus casi 69 años que cumplirá el próximo 18 de agosto, podrían representar otros factores que mermarían su posibilidad de obtener el triunfo.

Sin embargo, como en el beisbol, nada está escrito y ya veremos lo que ocurra en ambos bandos –el oficial y el opositor- al disputarse la silla más codiciada del país. Al tiempo.

ADIVINA ADIVINADOR…

¿Les temblará la mano a los diputados locales para reprobar las cuentas públicas de municipios a los que se les detectaron presuntos malos manejos financieros o recularán ahora que se supo que algunos alcaldes alistan denuncias de juicio político en contra de los legisladores al evidenciarse omisiones y probables ilegalidades en la fiscalización, entre ellas dictaminar los estados financieros fuera de tiempo?

moises.morales@elsoldetlaxcala.com.mx


Lo mejor que le podría suceder a Tlaxcala es que algún día uno de sus políticos ocupe la Presidencia de México, sea del partido que sea.

¿Imaginan la trascendencia nacional y mundial para el estado más pequeño en territorio del país, pero de los de mayor riqueza cultural e histórica?

Aunque en este momento lo anterior represente un “sueño guajiro” podría ser una realidad en 2024, ahora que la tlaxcalteca Beatriz Elena Paredes Rangel levantó la mano para buscar la candidatura de su partido (el PRI) y la alianza “Va por México”.

De entrada, conseguir la nominación representaría por sí solo un hecho histórico.

Pero ganar la contienda no solo sería anecdótico por derrocar al dominante Morena y a su líder moral, sino que representaría un cambio de paradigma al convertirse en la primera mujer en gobernar la Nación.

Todo ello es una utopía en este momento, pero el simple anuncio de Beatriz Paredes de contender por la candidatura a la máxima magistratura del país de inmediato causó revuelo.

Y es que no se trata de una política improvisada, la carrera de “Doña Bety” –como se le dice aquí en Tlaxcala- es una de las más sólidas que se recuerden en México.

Por donde quiera que se le vea, su trayectoria es digna de ser resaltada y contrasta con la de las “corcholatas” del presidente AMLO.

A sus 21 años fue diputada local y coordinadora del Congreso del Estado; a los 34 años se convirtió en gobernadora y más tarde fue tres veces diputada federal y también senadora de la República.

A ello se suman liderazgos de su partido como ser la primera mujer dirigente de la Confederación Nacional Campesina y en 2007 Presidenta Nacional del PRI.

En cargos públicos del Gobierno Federal fue subsecretaria de la Reforma Agraria y subsecretaria de Gobernación en tres episodios, aunado a su carrera diplomática como Embajadora de México en Cuba y en Brasil, entre muchos cargos más.

Es por eso que al alzar la mano el pasado jueves cuatro de agosto, el tablero político de inmediato se tambaleó al considerarla como una seria opositora al actual régimen que comanda Andrés Manuel López Obrador.

La trillada frase de que “en política no hay sorpresas, sino sorprendidos”, se hizo presente al día siguiente, durante la visita que hizo el mandatario a tierras tlaxcaltecas para supervisar el plan de salud IMSS Bienestar.

Y aunque muchos “beatricistas” que están dentro de la nómina del gobierno de Lorena Cuéllar Cisneros hasta hoy han hecho ‘mutis’ por el anuncio, lo cierto es que por dentro no caben de emoción, al remotamente verse en una campaña presidencial por todo el país.

La frase: “es tiempo de que México tenga una mujer presidenta”, resonó por igual en los corrillos políticos de abajo que en las altas esferas del poder.

La disyuntiva está en saber si esa mujer presidenta será Beatriz Paredes o la actual Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, favorita del presidente de México para ser candidata de Morena en 2024, aunque Marcelo Ebrard tenga mayor aceptación.

Una persona que conoce muy bien los amarres políticos desde las altas esferas de gobierno, me confió que es posible que Beatriz Paredes no llegue siquiera a ser candidata, ante la postura negligente e intere$ada del dirigente del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas.

Empero, en caso de llegar a ser postulada, sería víctima de una derrota anunciada ante la aceitada maquinaria que ya echó a andar Morena en casi todos los estados para lograr retener la Presidencia de México por seis años más.

El partido del que forma parte y la generación de políticos que representa a sus casi 69 años que cumplirá el próximo 18 de agosto, podrían representar otros factores que mermarían su posibilidad de obtener el triunfo.

Sin embargo, como en el beisbol, nada está escrito y ya veremos lo que ocurra en ambos bandos –el oficial y el opositor- al disputarse la silla más codiciada del país. Al tiempo.

ADIVINA ADIVINADOR…

¿Les temblará la mano a los diputados locales para reprobar las cuentas públicas de municipios a los que se les detectaron presuntos malos manejos financieros o recularán ahora que se supo que algunos alcaldes alistan denuncias de juicio político en contra de los legisladores al evidenciarse omisiones y probables ilegalidades en la fiscalización, entre ellas dictaminar los estados financieros fuera de tiempo?

moises.morales@elsoldetlaxcala.com.mx