/ lunes 28 de septiembre de 2020

Nada Personal | Relevos

“Dios perdona, el tiempo no”, dice una de las leyes no escritas.

Y en esa expectativa, el proceso electoral 2021 estará marcado -entre otras cosas- por un nuevo relevo generacional.

Quienes a finales de los 90’s y en las dos primeras décadas del siglo XXI destacaron por su liderazgo político y social, en la próxima elección se juegan su última oportunidad de permanecer cercanos al poder y, por supuesto, vivir del erario.

Otros literalmente cavaron su tumba política a su paso en cargos de representación popular, al priorizar su ambición personal por encima del interés común.

Salvo honrosas excepciones como los exgobernadores José Antonio Álvarez Lima y Alfonso Sánchez Anaya, o el senador Joel Molina Ramírez, que se supieron acomodar en la 4T, personajes como la delegada del Bienestar, Lorena Cuéllar Cisneros y la alcaldesa capitalina, Anabell Ávalos Zempoalteca, ven en los comicios venideros la oportunidad de dar continuidad a su ascendente carrera política o ver frenadas sus aspiraciones.

A nueve meses de la jornada electoral nada está escrito, mucho menos si consideramos la importante influencia que tendrá el voto de los jóvenes.

Su participación podría confinar de cargos públicos a personajes que destacan por su pomposo apellido o por ser integrantes de una reconocida familia de políticos, para ahora cederlos a un completo desconocid@, pero con influencia en este sector de la población.

CEREZA

Y ya que hablamos de los relevos generacionales, en la capital se observa una curiosa tendencia de “jóvenes” que desean ocupar la silla del Palacio Municipal tlaxcalteca.

Se trata de quienes hicieron sus “pininos” en gobiernos pasados y que hoy se sienten con la capacidad de lograr “dar el salto” para convertirse en autoridades.

Basta caminar por las calles del zócalo para notar restaurantes y cafeterías repletas –pese a la pandemia- de políticos haciendo sus primeros “amarres”.

Uno de los muchos aspirantes a gobernar la capital es Héctor Martínez, conocido por sus amigos como “Panu” (hijo del actual síndico y exregidor en el trienio de Adolfo Escobar Jardínez), quien en campañas priistas siempre ha estado en el trabajo territorial, pero hoy pretende abrirse paso para ser él quien ahora encabece su propio proyecto.

“Dios perdona, el tiempo no”, dice una de las leyes no escritas.

Y en esa expectativa, el proceso electoral 2021 estará marcado -entre otras cosas- por un nuevo relevo generacional.

Quienes a finales de los 90’s y en las dos primeras décadas del siglo XXI destacaron por su liderazgo político y social, en la próxima elección se juegan su última oportunidad de permanecer cercanos al poder y, por supuesto, vivir del erario.

Otros literalmente cavaron su tumba política a su paso en cargos de representación popular, al priorizar su ambición personal por encima del interés común.

Salvo honrosas excepciones como los exgobernadores José Antonio Álvarez Lima y Alfonso Sánchez Anaya, o el senador Joel Molina Ramírez, que se supieron acomodar en la 4T, personajes como la delegada del Bienestar, Lorena Cuéllar Cisneros y la alcaldesa capitalina, Anabell Ávalos Zempoalteca, ven en los comicios venideros la oportunidad de dar continuidad a su ascendente carrera política o ver frenadas sus aspiraciones.

A nueve meses de la jornada electoral nada está escrito, mucho menos si consideramos la importante influencia que tendrá el voto de los jóvenes.

Su participación podría confinar de cargos públicos a personajes que destacan por su pomposo apellido o por ser integrantes de una reconocida familia de políticos, para ahora cederlos a un completo desconocid@, pero con influencia en este sector de la población.

CEREZA

Y ya que hablamos de los relevos generacionales, en la capital se observa una curiosa tendencia de “jóvenes” que desean ocupar la silla del Palacio Municipal tlaxcalteca.

Se trata de quienes hicieron sus “pininos” en gobiernos pasados y que hoy se sienten con la capacidad de lograr “dar el salto” para convertirse en autoridades.

Basta caminar por las calles del zócalo para notar restaurantes y cafeterías repletas –pese a la pandemia- de políticos haciendo sus primeros “amarres”.

Uno de los muchos aspirantes a gobernar la capital es Héctor Martínez, conocido por sus amigos como “Panu” (hijo del actual síndico y exregidor en el trienio de Adolfo Escobar Jardínez), quien en campañas priistas siempre ha estado en el trabajo territorial, pero hoy pretende abrirse paso para ser él quien ahora encabece su propio proyecto.