/ miércoles 15 de febrero de 2023

Nada personal | ¡Ujujú…!

Ya lo dijo la gran Celia Cruz: “La vida es un carnaval”, mucho más cuando se trata de ejercer un cargo público.

Y es por eso que cual pez -que por su boca muere-, el secretario de Cultura, Antonio Martínez Velázquez, tuvo que tragarse sus palabras, poner su mejor sonrisa y entregar apoyos económicos a integrantes de 393 camadas de huehues de 41 municipios de Tlaxcala.

A principios de año y en su loca idea de hacer un carnaval “diferente a gobiernos pasados”, Antonio Martínez y demás responsables de la organización de uno de los festejos con mayor tradición y arraigo en la entidad, decidieron suspender el apoyo económico que año con año se entrega a las camadas de huehues.

Su argumento: que los capitanes solo ven el carnaval como negocio y que ese dinero destinado para las fiestas carnestolendas no tiene el destino deseado, pero jamás presentó pruebas de sus dichos.

De paso, en coordinación con las secretarías de Educación Pública y de Turismo, se determinó sacar el Concurso Estatal de Camadas del primer cuadro del Centro Histórico, para trasladarlo al Domo Blanco del Centro Expositor, bajo el argumento de no afectar el tránsito vehicular.

Hasta ahí la cosa iba bien, pero para sorpresa del funcionario y demás comparsas, se desató una campaña negativa en redes sociales que pegó directamente en la imagen de la gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros.

Y es que si hay un gobierno que ha utilizado al carnaval como estandarte para sacarle provecho nacional e incluso en eventos deportivos internacionales, es el actual.

Fue así que la gran mayoría de camadas habían decidido no participar ni en el desfile del carnaval –programado para este jueves 16 de febrero- y mucho menos en el concurso de camadas los días 18 y 19; tan es así que a finales de enero solo tres camadas se habían registrado para el mentado concurso.

Eso hizo a Antonio Martínez Velázquez recular y durante la presentación de las actividades del Carnaval Tlaxcala 2023 (el domingo 29 de enero), informar que tras revalorar los gastos que hacen quienes participan en estas fiestas, el Gobierno del Estado decidió de última hora destinar un apoyo de 4.5 millones de pesos para distribuirlos entras las camadas de danzantes.

La convocatoria incluyó apoyos de cinco mil pesos para camadas con tres años en adelante; 10 mil pesos para las de nueve a 14 años y de 15 años y más con 20 mil pesos, cantidad que si bien aminorará los gastos que se generan, no dejan de ser insuficientes porque se disminuyó la bolsa de recursos en casi un 50 por ciento.

Pero como reza la máxima calderonista: “haiga sido como haiga sido”, el carnaval de Tlaxcala ya está a la vuelta de la esquina y, ahora sí, para este jueves el desfile contará con la participación de decenas de camadas y el concurso estatal se vivirá como tradicionalmente se ha desarrollado.

El carnaval de Tlaxcala, declarado en febrero de 2013 como Patrimonio Cultural Inmaterial del Estado, sin duda regresará con mayor fuerza y vigor en la gran mayoría de municipios que por la pandemia de Covid-19, suspendieron estos festejos durante 2021 y 2022.

Mientras tanto, al secretario de Cultura no le quedará de otra que ir a recoger su dignidad, pues quiso poner un cuatro a las camadas de huehues, pero su estrategia se le fue entre las piernas, como una rola al cuadro, hablando en términos beisboleros. ¡Ujujú!

JUGARRETA

No se lo digan a nadie porque es ultra secreto, pero en Chiautempan el gobierno municipal quiere seguir los pasos de su homólogo de Huamantla, Salvador Santos Cedillo, y aventarse una bronca con el Sindicato “7 de Mayo”, ahora que no tiene una legítima dirigencia.

Es por ello que el secretario del Ayuntamiento, Carlos Cerdio Osorio, anda “cabildeando” con regidores y presidentes de comunidad (por órdenes del ‘presidentito’ Juan Carlos Jiménez) que avalen en Sesión de Cabildo desconocer contratos con trabajadores basificados.

Estamos de acuerdo en que la burocracia –en gran medida- es una carga para el erario y con el paso de los años se convierte en una loza difícil de cargar, por tantas prebendas que a lo largo de los años acumulan.

Sin embargo, si se consumara ese “plan”, a la comuna le lloverán demandas laborales que a la larga saldrán contraproducentes para el erario.

Como ejemplo, así está el pleito legal que dejó Héctor Domínguez Rugerio al despedir a 34 basificados en 2017. Al tiempo.

Ya lo dijo la gran Celia Cruz: “La vida es un carnaval”, mucho más cuando se trata de ejercer un cargo público.

Y es por eso que cual pez -que por su boca muere-, el secretario de Cultura, Antonio Martínez Velázquez, tuvo que tragarse sus palabras, poner su mejor sonrisa y entregar apoyos económicos a integrantes de 393 camadas de huehues de 41 municipios de Tlaxcala.

A principios de año y en su loca idea de hacer un carnaval “diferente a gobiernos pasados”, Antonio Martínez y demás responsables de la organización de uno de los festejos con mayor tradición y arraigo en la entidad, decidieron suspender el apoyo económico que año con año se entrega a las camadas de huehues.

Su argumento: que los capitanes solo ven el carnaval como negocio y que ese dinero destinado para las fiestas carnestolendas no tiene el destino deseado, pero jamás presentó pruebas de sus dichos.

De paso, en coordinación con las secretarías de Educación Pública y de Turismo, se determinó sacar el Concurso Estatal de Camadas del primer cuadro del Centro Histórico, para trasladarlo al Domo Blanco del Centro Expositor, bajo el argumento de no afectar el tránsito vehicular.

Hasta ahí la cosa iba bien, pero para sorpresa del funcionario y demás comparsas, se desató una campaña negativa en redes sociales que pegó directamente en la imagen de la gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros.

Y es que si hay un gobierno que ha utilizado al carnaval como estandarte para sacarle provecho nacional e incluso en eventos deportivos internacionales, es el actual.

Fue así que la gran mayoría de camadas habían decidido no participar ni en el desfile del carnaval –programado para este jueves 16 de febrero- y mucho menos en el concurso de camadas los días 18 y 19; tan es así que a finales de enero solo tres camadas se habían registrado para el mentado concurso.

Eso hizo a Antonio Martínez Velázquez recular y durante la presentación de las actividades del Carnaval Tlaxcala 2023 (el domingo 29 de enero), informar que tras revalorar los gastos que hacen quienes participan en estas fiestas, el Gobierno del Estado decidió de última hora destinar un apoyo de 4.5 millones de pesos para distribuirlos entras las camadas de danzantes.

La convocatoria incluyó apoyos de cinco mil pesos para camadas con tres años en adelante; 10 mil pesos para las de nueve a 14 años y de 15 años y más con 20 mil pesos, cantidad que si bien aminorará los gastos que se generan, no dejan de ser insuficientes porque se disminuyó la bolsa de recursos en casi un 50 por ciento.

Pero como reza la máxima calderonista: “haiga sido como haiga sido”, el carnaval de Tlaxcala ya está a la vuelta de la esquina y, ahora sí, para este jueves el desfile contará con la participación de decenas de camadas y el concurso estatal se vivirá como tradicionalmente se ha desarrollado.

El carnaval de Tlaxcala, declarado en febrero de 2013 como Patrimonio Cultural Inmaterial del Estado, sin duda regresará con mayor fuerza y vigor en la gran mayoría de municipios que por la pandemia de Covid-19, suspendieron estos festejos durante 2021 y 2022.

Mientras tanto, al secretario de Cultura no le quedará de otra que ir a recoger su dignidad, pues quiso poner un cuatro a las camadas de huehues, pero su estrategia se le fue entre las piernas, como una rola al cuadro, hablando en términos beisboleros. ¡Ujujú!

JUGARRETA

No se lo digan a nadie porque es ultra secreto, pero en Chiautempan el gobierno municipal quiere seguir los pasos de su homólogo de Huamantla, Salvador Santos Cedillo, y aventarse una bronca con el Sindicato “7 de Mayo”, ahora que no tiene una legítima dirigencia.

Es por ello que el secretario del Ayuntamiento, Carlos Cerdio Osorio, anda “cabildeando” con regidores y presidentes de comunidad (por órdenes del ‘presidentito’ Juan Carlos Jiménez) que avalen en Sesión de Cabildo desconocer contratos con trabajadores basificados.

Estamos de acuerdo en que la burocracia –en gran medida- es una carga para el erario y con el paso de los años se convierte en una loza difícil de cargar, por tantas prebendas que a lo largo de los años acumulan.

Sin embargo, si se consumara ese “plan”, a la comuna le lloverán demandas laborales que a la larga saldrán contraproducentes para el erario.

Como ejemplo, así está el pleito legal que dejó Héctor Domínguez Rugerio al despedir a 34 basificados en 2017. Al tiempo.