/ lunes 16 de agosto de 2021

Nada Personal | Viernes 13

¿Qué tendrá la silla de la Presidencia del Poder Judicial de Tlaxcala que últimamente quien se sienta en ella termina por cavar su propia tumba? Al menos eso ha ocurrido con los últimos tres presidentes que ha tenido el Tribunal Superior de Justicia del Estado (TSJE) en tan solo dos años.

El 31 de mayo de 2019 y tras 15 meses de gestión, Héctor Maldonado Bonilla fue destituido del cargo al ser ‘mayoriteado’ en el Pleno por seis de sus homólogos magistrados, acusado de incurrir en presuntas irregularidades.

En esa ocasión, el magistrado Fernando Bernal Salazar puso el dedo en la llaga al manifestar que el Poder Judicial sufría un deterioro al ser tomadas decisiones de forma unilateral, pese a que debían ser colegiadas.

Repasó la aprobación del acuerdo 02/2019 en el Consejo de la Judicatura, con la evidente intención de quitar al Pleno la facultad que concede el artículo 99 de la Ley Orgánica del Poder Judicial para designar jueces y personal jurisdiccional y la imposición de un uniforme a todos los servidores públicos sin existir normatividad que así lo determine.

Una acusación más fue la falta de suministros indispensables (papel oficial, copiadoras y tóner) para desarrollar la adecuada impartición de justicia tanto en Ciudad Judicial como en los diversos juzgados ubicados fuera, aunado a la discriminación a profesionales locales al preferir la contratación de sus amigos de Puebla.

SALEN DE GUATEMALA…

Mario Antonio de Jesús Jiménez Martínez fue el magistrado elegido para culminar el periodo de Héctor Maldonado Bonilla de junio de 2019 al 31 de enero de 2020.

Una vez que rindió protesta como nuevo Presidente del TSJE, destituyó a Giorgette Alejandra Pointelin González como Secretaria Ejecutiva del Consejo de la Judicatura y, en su lugar, nombró a Gilberto Escamilla, quien ya había ocupado ese cargo.

Y más pronto que tarde, Mario Jiménez enseñó el cobre y comenzó con abusos al sentirse superior a sus compañeros que lo eligieron.

Cómo olvidar las acusaciones de ser inequitativo en la distribución de cargos al interior, además del discrecional reparto de bonos y demás canonjías de fin de año, una de ellas evidenciada a través de un ‘Whatsaudio’, lo que le costó a Jiménez Martínez no ser ratificado en el cargo de Presidente del TSJE.

VIERNES NEGRO

Con muchas promesas de cambio entró al quite Fernando Bernal Salazar, a partir del 1 de febrero de 2020.

Empero, lo que parecía el fin a los conflictos y rebatinga al interior del Poder Judicial, se convirtió en una disputa constante, al grado que lo ocurrido el pasado viernes 13 de agosto, fue la culminación de un proceso que ya se rumoraba en los fríos pasillos de Ciudad Judicial y que inició con su comparecencia el 9 de julio pasado en el Congreso local.

El “viernes negro” de Fernando Bernal se derivó de cometer lo que él mismo criticó a Héctor Maldonado: abusos, irregularidades administrativas, favoritismos y omisiones. No obstante, Bernal Salazar fue más allá al privilegiar a familiares, amigos y compadres, contratar a personal sin perfil y engrosar la nómina a muchas personas

Los hijos de su compadre Alberto, de nombres José Alberto y Ana Laura, fueron ingresados a laborar sin mayor mérito, entre muchos más.

Los acuerdos debajo de la mesa con Marcos Tecuapacho Domínguez, presidente del Tribunal de Justicia Administrativa, son otros de los señalamientos al contratar a su hijo Marcos como secretario proyectista, asignado a la Secretaría General de Acuerdos con nivel 14 y un salario superior a los 15 mil pesos, libre de impuestos, mientras que su otro vástago de nombre Marco Luis es Secretario Técnico de la Presidencia.

Juan Fernando Espino Rubio, hijo de la Juez Rossana Rubio Marchetti, así como los hijos de Eladia Torres Muñoz, Secretaria de Despacho del gobierno de Marco Antonio Mena Rodríguez, de nombres José Luis y Andrea Andrade Torres, son otros contratos señalados de irregulares, al igual que la compra de materiales a sobreprecios.

Por cierto, tras la emoción que les generó a los magistrados la destitución de Fernando Bernal como Presidente del TSJE, se les olvidó asignarlo a su ponencia, por lo que este lunes habrá una sesión extraordinaria para tomarle protesta como ponente en la Sala Civil-Familiar, aunque no se sabe si será titular para culminar el periodo que deja Héctor Maldonado en esa área, o bien la responsabilidad recaerá en Mary Cruz Cortés Ornelas.

De que Fernando Bernal fue descubierto apoyando a Anabell Ávalos Zempoalteca, a pesar de jurarle apoyo incondicional a Lorena Cuéllar, después hablamos, pues esa es otra historia.

¿Qué tendrá la silla de la Presidencia del Poder Judicial de Tlaxcala que últimamente quien se sienta en ella termina por cavar su propia tumba? Al menos eso ha ocurrido con los últimos tres presidentes que ha tenido el Tribunal Superior de Justicia del Estado (TSJE) en tan solo dos años.

El 31 de mayo de 2019 y tras 15 meses de gestión, Héctor Maldonado Bonilla fue destituido del cargo al ser ‘mayoriteado’ en el Pleno por seis de sus homólogos magistrados, acusado de incurrir en presuntas irregularidades.

En esa ocasión, el magistrado Fernando Bernal Salazar puso el dedo en la llaga al manifestar que el Poder Judicial sufría un deterioro al ser tomadas decisiones de forma unilateral, pese a que debían ser colegiadas.

Repasó la aprobación del acuerdo 02/2019 en el Consejo de la Judicatura, con la evidente intención de quitar al Pleno la facultad que concede el artículo 99 de la Ley Orgánica del Poder Judicial para designar jueces y personal jurisdiccional y la imposición de un uniforme a todos los servidores públicos sin existir normatividad que así lo determine.

Una acusación más fue la falta de suministros indispensables (papel oficial, copiadoras y tóner) para desarrollar la adecuada impartición de justicia tanto en Ciudad Judicial como en los diversos juzgados ubicados fuera, aunado a la discriminación a profesionales locales al preferir la contratación de sus amigos de Puebla.

SALEN DE GUATEMALA…

Mario Antonio de Jesús Jiménez Martínez fue el magistrado elegido para culminar el periodo de Héctor Maldonado Bonilla de junio de 2019 al 31 de enero de 2020.

Una vez que rindió protesta como nuevo Presidente del TSJE, destituyó a Giorgette Alejandra Pointelin González como Secretaria Ejecutiva del Consejo de la Judicatura y, en su lugar, nombró a Gilberto Escamilla, quien ya había ocupado ese cargo.

Y más pronto que tarde, Mario Jiménez enseñó el cobre y comenzó con abusos al sentirse superior a sus compañeros que lo eligieron.

Cómo olvidar las acusaciones de ser inequitativo en la distribución de cargos al interior, además del discrecional reparto de bonos y demás canonjías de fin de año, una de ellas evidenciada a través de un ‘Whatsaudio’, lo que le costó a Jiménez Martínez no ser ratificado en el cargo de Presidente del TSJE.

VIERNES NEGRO

Con muchas promesas de cambio entró al quite Fernando Bernal Salazar, a partir del 1 de febrero de 2020.

Empero, lo que parecía el fin a los conflictos y rebatinga al interior del Poder Judicial, se convirtió en una disputa constante, al grado que lo ocurrido el pasado viernes 13 de agosto, fue la culminación de un proceso que ya se rumoraba en los fríos pasillos de Ciudad Judicial y que inició con su comparecencia el 9 de julio pasado en el Congreso local.

El “viernes negro” de Fernando Bernal se derivó de cometer lo que él mismo criticó a Héctor Maldonado: abusos, irregularidades administrativas, favoritismos y omisiones. No obstante, Bernal Salazar fue más allá al privilegiar a familiares, amigos y compadres, contratar a personal sin perfil y engrosar la nómina a muchas personas

Los hijos de su compadre Alberto, de nombres José Alberto y Ana Laura, fueron ingresados a laborar sin mayor mérito, entre muchos más.

Los acuerdos debajo de la mesa con Marcos Tecuapacho Domínguez, presidente del Tribunal de Justicia Administrativa, son otros de los señalamientos al contratar a su hijo Marcos como secretario proyectista, asignado a la Secretaría General de Acuerdos con nivel 14 y un salario superior a los 15 mil pesos, libre de impuestos, mientras que su otro vástago de nombre Marco Luis es Secretario Técnico de la Presidencia.

Juan Fernando Espino Rubio, hijo de la Juez Rossana Rubio Marchetti, así como los hijos de Eladia Torres Muñoz, Secretaria de Despacho del gobierno de Marco Antonio Mena Rodríguez, de nombres José Luis y Andrea Andrade Torres, son otros contratos señalados de irregulares, al igual que la compra de materiales a sobreprecios.

Por cierto, tras la emoción que les generó a los magistrados la destitución de Fernando Bernal como Presidente del TSJE, se les olvidó asignarlo a su ponencia, por lo que este lunes habrá una sesión extraordinaria para tomarle protesta como ponente en la Sala Civil-Familiar, aunque no se sabe si será titular para culminar el periodo que deja Héctor Maldonado en esa área, o bien la responsabilidad recaerá en Mary Cruz Cortés Ornelas.

De que Fernando Bernal fue descubierto apoyando a Anabell Ávalos Zempoalteca, a pesar de jurarle apoyo incondicional a Lorena Cuéllar, después hablamos, pues esa es otra historia.