/ lunes 15 de enero de 2024

No es tristeza y no es tu culpa

El 13 de enero se conmemora el Día Mundial de la Lucha Contra la Depresión, un trastorno más allá de la voluntad de quien la sufre que, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), afecta a 3.8 % de la población, el 5 % de los adultos, y casi el 6 % de adultos mayores, es decir alrededor de 280 millones de personas en el mundo, 7 de cada 10 son mujeres y puede en su estado grave, llevar inclusive a quien la sufre al suicidio.

La depresión no es un estado de ánimo sino una enfermedad que combina factores biológicos, psicológicos, ambientales y genéticos. Es una condición común pero grave que interfiere con la vida diaria, con la capacidad para trabajar, dormir, estudiar, comer y disfrutar de la vida.

No es casualidad que los países donde hay más días de sol sean también más alegres en lo general. De hecho, existe un fenómeno que los sajones llaman “January Blues”, el cual típicamente se manifiesta con tristeza, falta de motivación, cansancio y baja energía. Una de las razones es que en invierno bajan las horas de sol y con ello se desajusta el reloj interno y el cuerpo genera menos neurotransmisores como la serotonina, que afecta el estado de ánimo y se estima que los bajos niveles están ligados a la depresión.

Según la Organización Mundial de la Salud, los síntomas de la depresión son: dificultades para concentrarse, un sentimiento de culpa excesiva o de baja autoestima, falta de esperanza acerca del futuro, pensamientos de muerte o suicidio, alteraciones del sueño, cambios en el apetito o en el peso, sensación de cansancio acusado o de falta de energía.

Asimismo, la OMS indica las tipologías del trastorno: trastorno depresivo de un solo episodio cuando la persona experimenta un primer y único episodio; trastorno depresivo recurrente: la persona ha padecido ya al menos dos episodios depresivos, y; trastorno bipolar: los episodios depresivos alternan con periodos de episodios maníacos, que incluyen euforia o irritabilidad, mayor actividad o energía, y otros síntomas como aumento de la verborrea, pensamientos acelerados, mayor autoestima, menor necesidad de dormir, distracción y comportamiento impulsivo e imprudente.

La falta de atención a la depresión ocasiona que esta se cronifique, que evolucione y limita a quien la padece en todos los ámbitos sociales. Y cuando se habla de tratamiento debe ser a partir de un diagnóstico hecho por profesionales de la salud mental, y el tratamiento depende de la intensidad de la condición, pudiendo ir desde solo psicoterapia para casos leves hasta una combinación de terapia, medicamento, autocuidado y soporte comunitario en los casos graves.

¡Atención! La pandemia elevó enormemente los problemas de salud mental y cuando se trata de atender la depresión, no vale, no sirve el “echaleganismo”; quien la padece no es un donnadie sin voluntad ni un débil secuestrado por sus emociones. Reitero, la depresión es un trastorno mental equivalente a padecer diabetes o cáncer. Nadie pide, nadie busca y nadie desea estar enfermo. La depresión es estigmatizada como la adicción, y quienes no conocen la enfermedad, con o sin mala intención, lastiman con sus comentarios a quien sufre el trastorno, llevándole frecuente e injustamente a la vergüenza y al ostracismo.

El gobierno mexicano tiene a disposición una línea telefónica gratuita para otorgar atención especializada en materia de adicciones y salud mental a la población; el Centro de Atención Ciudadana la Línea de la Vida, número 800 911 2000, el cual brinda servicio las 24 horas del día los 365 días del año y da orientación sobre ansiedad, depresión y abuso de sustancias, así como crisis emocionales, prevención de suicidio y referencia a atención presencial cuando así se requiere.

Si padeces depresión, si sientes que no tiene sentido la vida, si te sientes solo (a) por un periodo de semanas o meses inclusive, por tu vida y salud busca ayuda. Hay salida y luz al final del túnel. No es tristeza y no es tu culpa. Hay solución y está en tus manos. ¡Hazlo pronto y regresa a disfrutar estar vivo!

El 13 de enero se conmemora el Día Mundial de la Lucha Contra la Depresión, un trastorno más allá de la voluntad de quien la sufre que, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), afecta a 3.8 % de la población, el 5 % de los adultos, y casi el 6 % de adultos mayores, es decir alrededor de 280 millones de personas en el mundo, 7 de cada 10 son mujeres y puede en su estado grave, llevar inclusive a quien la sufre al suicidio.

La depresión no es un estado de ánimo sino una enfermedad que combina factores biológicos, psicológicos, ambientales y genéticos. Es una condición común pero grave que interfiere con la vida diaria, con la capacidad para trabajar, dormir, estudiar, comer y disfrutar de la vida.

No es casualidad que los países donde hay más días de sol sean también más alegres en lo general. De hecho, existe un fenómeno que los sajones llaman “January Blues”, el cual típicamente se manifiesta con tristeza, falta de motivación, cansancio y baja energía. Una de las razones es que en invierno bajan las horas de sol y con ello se desajusta el reloj interno y el cuerpo genera menos neurotransmisores como la serotonina, que afecta el estado de ánimo y se estima que los bajos niveles están ligados a la depresión.

Según la Organización Mundial de la Salud, los síntomas de la depresión son: dificultades para concentrarse, un sentimiento de culpa excesiva o de baja autoestima, falta de esperanza acerca del futuro, pensamientos de muerte o suicidio, alteraciones del sueño, cambios en el apetito o en el peso, sensación de cansancio acusado o de falta de energía.

Asimismo, la OMS indica las tipologías del trastorno: trastorno depresivo de un solo episodio cuando la persona experimenta un primer y único episodio; trastorno depresivo recurrente: la persona ha padecido ya al menos dos episodios depresivos, y; trastorno bipolar: los episodios depresivos alternan con periodos de episodios maníacos, que incluyen euforia o irritabilidad, mayor actividad o energía, y otros síntomas como aumento de la verborrea, pensamientos acelerados, mayor autoestima, menor necesidad de dormir, distracción y comportamiento impulsivo e imprudente.

La falta de atención a la depresión ocasiona que esta se cronifique, que evolucione y limita a quien la padece en todos los ámbitos sociales. Y cuando se habla de tratamiento debe ser a partir de un diagnóstico hecho por profesionales de la salud mental, y el tratamiento depende de la intensidad de la condición, pudiendo ir desde solo psicoterapia para casos leves hasta una combinación de terapia, medicamento, autocuidado y soporte comunitario en los casos graves.

¡Atención! La pandemia elevó enormemente los problemas de salud mental y cuando se trata de atender la depresión, no vale, no sirve el “echaleganismo”; quien la padece no es un donnadie sin voluntad ni un débil secuestrado por sus emociones. Reitero, la depresión es un trastorno mental equivalente a padecer diabetes o cáncer. Nadie pide, nadie busca y nadie desea estar enfermo. La depresión es estigmatizada como la adicción, y quienes no conocen la enfermedad, con o sin mala intención, lastiman con sus comentarios a quien sufre el trastorno, llevándole frecuente e injustamente a la vergüenza y al ostracismo.

El gobierno mexicano tiene a disposición una línea telefónica gratuita para otorgar atención especializada en materia de adicciones y salud mental a la población; el Centro de Atención Ciudadana la Línea de la Vida, número 800 911 2000, el cual brinda servicio las 24 horas del día los 365 días del año y da orientación sobre ansiedad, depresión y abuso de sustancias, así como crisis emocionales, prevención de suicidio y referencia a atención presencial cuando así se requiere.

Si padeces depresión, si sientes que no tiene sentido la vida, si te sientes solo (a) por un periodo de semanas o meses inclusive, por tu vida y salud busca ayuda. Hay salida y luz al final del túnel. No es tristeza y no es tu culpa. Hay solución y está en tus manos. ¡Hazlo pronto y regresa a disfrutar estar vivo!