/ lunes 9 de mayo de 2022

No hay brecha aceptable

México ha dado muestra de compromiso para cambiar las leyes y abatir la desigualdad entre hombres y mujeres en muy diversos ámbitos. En ese sentido las mujeres no podríamos sino seguir impulsando el reconocimiento de las condiciones desfavorables que la cultura patriarcal ha impuesto y todavía impone en muchas áreas de la cotidianeidad para que las y los diputados cambien la ley. Sin embargo, cambiar la ley no implica necesariamente cambiar la realidad. Los atavismos, las costumbres, la resistencia a renunciar a privilegios que la cultura ha otorgado a los hombres a lo largo de los siglos es una barrera muy difícil de superar. Este 1º de Mayo fue el Día del Trabajo, el cual comenzó a conmemorarse en recuerdo a la represión violenta de una manifestación obrera en Chicago en mayo de 1886. La conmemoración busca y contribuye a reivindicar los derechos laborales tanto de hombres como de mujeres…o al menos así debería ser.

La Convención Sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer en su artículo 11 establece que “deberán adoptarse todas las medidas apropiadas para eliminar la discriminación contra las mujeres en la esfera del empleo”. Este artículo abarca la protección a varios derechos tales como contar con las mismas oportunidades de empleo, elegir libremente la profesión, igualdad en remuneraciones, protección de la salud y seguridad en las condiciones de trabajo

Sin embargo, como con la legislación, la realidad supera siempre a la norma. Nuestro país presenta la brecha más pronunciada en términos de disparidad de salarios entre hombres y mujeres entre los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y ocupa el lugar 38 de 43 en el índice de Competitividad Internacional 2021 del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO). En México por cada 100 pesos que gana un hombre, las mujeres perciben 73 pesos, esto representa que el promedio de la brecha salarial es de 27 por ciento. A nivel directivo, esa brecha se amplía hasta 30%. Inaceptable según la ley pero triste e injustamente normalizado a nivel cultural.

Ahora, que las mujeres ganen menos no significa que trabajen menos, sino todo lo contrario. Ellas dedican en promedio 2.2 meses más al año que los hombres a tareas como limpiar, cocinar o cuidar a las infancias. INMUJERES y ONU Mujeres crearon la alianza global por los cuidados para hacer un llamado urgente a promover la agenda de trabajo de cuidados en el sector privado así como entre instituciones y gobiernos tanto nacionales como locales e internacionales para que las mujeres puedan garantizar la igualdad en centros de trabajo.

De acuerdo a esta alianza, es necesario usar la perspectiva de género al reclutar personal, eliminar la brecha salarial, impulsar políticas públicas que fortalezcan el acceso de las mujeres al mercado laboral, certificar los centros de trabajo con la norma de igualdad laboral y no discriminación NOM 025, garantizar espacios de trabajo libres de violencia y discriminación y fomentar el acceso de las mujeres a los puestos de toma de decisión.

Ligando el 30 de abril al 1º de Mayo, la propuesta es abatir las desigualdades desde la infancia; así pues, padres y madres de familia, cuando una niña nazca no la deben tratar diferente en función de su sexo. Las niñas también trepan árboles, pueden aprender a cambiar llantas y a hacer deportes que en otras épocas estaban solo permitidos a los niños, como jugar futbol, beisbol, box y automovilismo, entre otros. Apoya sus decisiones y no limites su aspiración profesional cuando vaya creciendo para que con toda libertad decida a qué se quiere dedicar; no límites sus opciones solo por ser niña. Ella puede ser una excelente soldado, piloto aviador, mecánica, actriz o lo que decida.

Las niñas aprenden respeto del ejemplo que viven. Así pues, papá, respeta siempre a las mujeres porque es lo que ella aprenderá sobre las relaciones mujer-hombre; aprenderá también a exigir respeto cuando sea grande y que nadie tiene derecho a maltratarle, a ser violento con ella o a discriminarla laboralmente por el hecho de ser mujer.

En casa, se debe construir igualdad y participar juntos en las tareas domésticas. Si todas y todos usan la casa, todas y todos deben limpiar y cuidar. Así y solo así se irá normalizando la participación de las mujeres en todos los ámbitos públicos, así y solo así se entenderá que a igual trabajo, igual salario y que en cuanto a derechos, opertunidades y responsabilidades, no hay brecha aceptable. Suena fácil pero es el reto más grande de este siglo, el nombrado por la ONU siglo de las mujeres.

México ha dado muestra de compromiso para cambiar las leyes y abatir la desigualdad entre hombres y mujeres en muy diversos ámbitos. En ese sentido las mujeres no podríamos sino seguir impulsando el reconocimiento de las condiciones desfavorables que la cultura patriarcal ha impuesto y todavía impone en muchas áreas de la cotidianeidad para que las y los diputados cambien la ley. Sin embargo, cambiar la ley no implica necesariamente cambiar la realidad. Los atavismos, las costumbres, la resistencia a renunciar a privilegios que la cultura ha otorgado a los hombres a lo largo de los siglos es una barrera muy difícil de superar. Este 1º de Mayo fue el Día del Trabajo, el cual comenzó a conmemorarse en recuerdo a la represión violenta de una manifestación obrera en Chicago en mayo de 1886. La conmemoración busca y contribuye a reivindicar los derechos laborales tanto de hombres como de mujeres…o al menos así debería ser.

La Convención Sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer en su artículo 11 establece que “deberán adoptarse todas las medidas apropiadas para eliminar la discriminación contra las mujeres en la esfera del empleo”. Este artículo abarca la protección a varios derechos tales como contar con las mismas oportunidades de empleo, elegir libremente la profesión, igualdad en remuneraciones, protección de la salud y seguridad en las condiciones de trabajo

Sin embargo, como con la legislación, la realidad supera siempre a la norma. Nuestro país presenta la brecha más pronunciada en términos de disparidad de salarios entre hombres y mujeres entre los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y ocupa el lugar 38 de 43 en el índice de Competitividad Internacional 2021 del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO). En México por cada 100 pesos que gana un hombre, las mujeres perciben 73 pesos, esto representa que el promedio de la brecha salarial es de 27 por ciento. A nivel directivo, esa brecha se amplía hasta 30%. Inaceptable según la ley pero triste e injustamente normalizado a nivel cultural.

Ahora, que las mujeres ganen menos no significa que trabajen menos, sino todo lo contrario. Ellas dedican en promedio 2.2 meses más al año que los hombres a tareas como limpiar, cocinar o cuidar a las infancias. INMUJERES y ONU Mujeres crearon la alianza global por los cuidados para hacer un llamado urgente a promover la agenda de trabajo de cuidados en el sector privado así como entre instituciones y gobiernos tanto nacionales como locales e internacionales para que las mujeres puedan garantizar la igualdad en centros de trabajo.

De acuerdo a esta alianza, es necesario usar la perspectiva de género al reclutar personal, eliminar la brecha salarial, impulsar políticas públicas que fortalezcan el acceso de las mujeres al mercado laboral, certificar los centros de trabajo con la norma de igualdad laboral y no discriminación NOM 025, garantizar espacios de trabajo libres de violencia y discriminación y fomentar el acceso de las mujeres a los puestos de toma de decisión.

Ligando el 30 de abril al 1º de Mayo, la propuesta es abatir las desigualdades desde la infancia; así pues, padres y madres de familia, cuando una niña nazca no la deben tratar diferente en función de su sexo. Las niñas también trepan árboles, pueden aprender a cambiar llantas y a hacer deportes que en otras épocas estaban solo permitidos a los niños, como jugar futbol, beisbol, box y automovilismo, entre otros. Apoya sus decisiones y no limites su aspiración profesional cuando vaya creciendo para que con toda libertad decida a qué se quiere dedicar; no límites sus opciones solo por ser niña. Ella puede ser una excelente soldado, piloto aviador, mecánica, actriz o lo que decida.

Las niñas aprenden respeto del ejemplo que viven. Así pues, papá, respeta siempre a las mujeres porque es lo que ella aprenderá sobre las relaciones mujer-hombre; aprenderá también a exigir respeto cuando sea grande y que nadie tiene derecho a maltratarle, a ser violento con ella o a discriminarla laboralmente por el hecho de ser mujer.

En casa, se debe construir igualdad y participar juntos en las tareas domésticas. Si todas y todos usan la casa, todas y todos deben limpiar y cuidar. Así y solo así se irá normalizando la participación de las mujeres en todos los ámbitos públicos, así y solo así se entenderá que a igual trabajo, igual salario y que en cuanto a derechos, opertunidades y responsabilidades, no hay brecha aceptable. Suena fácil pero es el reto más grande de este siglo, el nombrado por la ONU siglo de las mujeres.