/ viernes 9 de noviembre de 2018

Oídos sordos del muncipio de Tlaxcala

Según escritos peticionarios de ciudadanos radicados en esta pequeña ciudad de Tlaxcala, han solicitado a la presidencia municipal se ponga coto a la serie de irregularidades que esa administración ha permitido ejercer a negocios que operan violando reglamentos y leyes, mismas que perturban la paz social y, al mismo tiempo, enferman la salud del pueblo, a la fecha; según los peticionarios, señalan “oídos sordos” de la municipalidad porque a la fecha las peticiones de los ciudadanos no han sido atendidas por la autoridad que está obligada a resolver.

Una de las docenas de peticiones formuladas con base en razonamiento científico es la ausencia de regulación del sonido que tanto en manifestación aguda y grave se emiten a vecinos y circunvecinos de los centros donde se expenden vinos y licores para consumo de clientes, como los denunciados: “La Terraza Garden”, “El Paso Texas”, “Michelandia”, “La 3ª. Ronda”, y otros centros de placer y esparcimiento que no cumplen con la normatividad de la Ley referida al volumen de ruido lesivo emitido por música escandalosa que sobrepasa los decibeles permitidos que generan sordera. La ciudadanía en general a edad temprana padece cierto grado de sordera (según estudios), por vivir en medios donde existe sonido de más de 68 dB, mismos que sobrepasan la norma establecida.

Además de autorizaciones del municipio en cuanto a apertura de esos giros que incumplen no solo con el ruido estridente y escandaloso, infringen horarios supuestamente establecidos por reglamentos de la municipalidad a los que; la autoridad no solo manifiestan “oídos sordos” sino aúnan con “ojos que no ven”. Surge una interrogante oportuna: ¿Por qué la autoridad municipal permite tales infracciones? ¿Habrá corrupción de la autoridad? ¿Tiene miedo de cerrar un giro? ¿Por qué la autoridad no hace caso a peticiones ciudadanas las que dieron el voto para estar ahora en el poder Público? ¿Se olvida el personal administrativo de la Presidencia Municipal está para servir a intereses de la ciudadanía en general y no de intereses particulares? ¿Lo sabrán?

Recomendable para la Presidencia Municipal adquirir el aparato medidor de decibeles, con el propósito de aplicar debidamente marcaje que debe hacerse a los comerciantes que operan en las diferentes calles de la ciudad así como a los giros de placer y entretenimiento. Existe una tabla de la Norma Oficial Mexicana (Numeral 5.4), “Que establece los límites máximos permisibles de emisión de ruido de las fuentes fijas y su método de medición”. El límite máximo para industriales y comerciales es de 65 a 68 decibeles. No más. Para comprobar lo que aquí se anota en cuanto a la propaganda sonora están los repartidores de gas así como los que anuncian espectáculos por todas las calles de la ciudad. Ruidos emitidos que deben estar restringidos en beneficio de la salud pública. No se está contra las fuentes de trabajo, sino en favor del acatamiento de los reglamentos que a la fecha el propio municipio no ha aplica tal vez por desconocimiento o por corrupción, sin embargo; urge aplicar la Ley.

Las anomalías que perturban la paz de familias de la capital del Estado que día a día aumentan de no atenderse por el actual gobierno municipal, seguramente lo dejará sin corregir al próximo gobierno, pero; no solamente deja este problema sin atender sino otros que esta administración los creó y los deja como vicios que la sociedad oportunamente solicitó eliminarlos.

Que no olvide el Municipio que: el Artículo 4° Constitucional establece defender la salud del pueblo y observar la Norma Oficial Mexicana: NOM-081-ECOL-1994-SEMARNAT, misma que señala los límites máximos permisibles de emisión de ruido de las fuentes fijas y su método de medición. Ejemplo de los sonidos que sobrepasan el límite señalado: motocicletas, música en alto volumen, ruido de camiones, propaganda sonora en vía pública, uso del “claxon” de las combis, etc.

La propia institución encargada de hacer observar la norma antes anotada ha dado a conocer mediante una tabla el número de decibelios que producen desde el murmullo hasta el ruido peligroso que emite un motor de avión, así como los períodos de tiempo soportables por el oído humano. Toda ciudad como la de Tlaxcala, tiene sus ruidos generados por el tráfico automovilístico que debe ser controlado.


Según escritos peticionarios de ciudadanos radicados en esta pequeña ciudad de Tlaxcala, han solicitado a la presidencia municipal se ponga coto a la serie de irregularidades que esa administración ha permitido ejercer a negocios que operan violando reglamentos y leyes, mismas que perturban la paz social y, al mismo tiempo, enferman la salud del pueblo, a la fecha; según los peticionarios, señalan “oídos sordos” de la municipalidad porque a la fecha las peticiones de los ciudadanos no han sido atendidas por la autoridad que está obligada a resolver.

Una de las docenas de peticiones formuladas con base en razonamiento científico es la ausencia de regulación del sonido que tanto en manifestación aguda y grave se emiten a vecinos y circunvecinos de los centros donde se expenden vinos y licores para consumo de clientes, como los denunciados: “La Terraza Garden”, “El Paso Texas”, “Michelandia”, “La 3ª. Ronda”, y otros centros de placer y esparcimiento que no cumplen con la normatividad de la Ley referida al volumen de ruido lesivo emitido por música escandalosa que sobrepasa los decibeles permitidos que generan sordera. La ciudadanía en general a edad temprana padece cierto grado de sordera (según estudios), por vivir en medios donde existe sonido de más de 68 dB, mismos que sobrepasan la norma establecida.

Además de autorizaciones del municipio en cuanto a apertura de esos giros que incumplen no solo con el ruido estridente y escandaloso, infringen horarios supuestamente establecidos por reglamentos de la municipalidad a los que; la autoridad no solo manifiestan “oídos sordos” sino aúnan con “ojos que no ven”. Surge una interrogante oportuna: ¿Por qué la autoridad municipal permite tales infracciones? ¿Habrá corrupción de la autoridad? ¿Tiene miedo de cerrar un giro? ¿Por qué la autoridad no hace caso a peticiones ciudadanas las que dieron el voto para estar ahora en el poder Público? ¿Se olvida el personal administrativo de la Presidencia Municipal está para servir a intereses de la ciudadanía en general y no de intereses particulares? ¿Lo sabrán?

Recomendable para la Presidencia Municipal adquirir el aparato medidor de decibeles, con el propósito de aplicar debidamente marcaje que debe hacerse a los comerciantes que operan en las diferentes calles de la ciudad así como a los giros de placer y entretenimiento. Existe una tabla de la Norma Oficial Mexicana (Numeral 5.4), “Que establece los límites máximos permisibles de emisión de ruido de las fuentes fijas y su método de medición”. El límite máximo para industriales y comerciales es de 65 a 68 decibeles. No más. Para comprobar lo que aquí se anota en cuanto a la propaganda sonora están los repartidores de gas así como los que anuncian espectáculos por todas las calles de la ciudad. Ruidos emitidos que deben estar restringidos en beneficio de la salud pública. No se está contra las fuentes de trabajo, sino en favor del acatamiento de los reglamentos que a la fecha el propio municipio no ha aplica tal vez por desconocimiento o por corrupción, sin embargo; urge aplicar la Ley.

Las anomalías que perturban la paz de familias de la capital del Estado que día a día aumentan de no atenderse por el actual gobierno municipal, seguramente lo dejará sin corregir al próximo gobierno, pero; no solamente deja este problema sin atender sino otros que esta administración los creó y los deja como vicios que la sociedad oportunamente solicitó eliminarlos.

Que no olvide el Municipio que: el Artículo 4° Constitucional establece defender la salud del pueblo y observar la Norma Oficial Mexicana: NOM-081-ECOL-1994-SEMARNAT, misma que señala los límites máximos permisibles de emisión de ruido de las fuentes fijas y su método de medición. Ejemplo de los sonidos que sobrepasan el límite señalado: motocicletas, música en alto volumen, ruido de camiones, propaganda sonora en vía pública, uso del “claxon” de las combis, etc.

La propia institución encargada de hacer observar la norma antes anotada ha dado a conocer mediante una tabla el número de decibelios que producen desde el murmullo hasta el ruido peligroso que emite un motor de avión, así como los períodos de tiempo soportables por el oído humano. Toda ciudad como la de Tlaxcala, tiene sus ruidos generados por el tráfico automovilístico que debe ser controlado.