/ martes 18 de abril de 2023

Opacidad: el mundo ideal

Durante meses anticipé a través de diversos medios de información la necesidad urgente de nombrar a los comisionados del Instituto Nacional de Acceso a la Información (INAI), ante el riesgo de parálisis de la institución encargada de garantizar la transparencia de las acciones públicas, los recursos y protección de datos personales en manos de sujetos obligados.

Pese a que en el Senado se había logrado el consenso y privilegiado el deber constitucional para lograr el nombramiento de los consejeros del INAI, el Presidente decidió hacer uso del veto a la designación, y con ello puso en riesgo la operatividad de la institución.

El argumento del Ejecutivo está fuera de lugar, un pretexto más para anteponer su narrativa en contra de la oposición y a favor de sus intereses y la deliberada opacidad respecto de sus obras magnas y del uso de recursos presupuestales de sus más cercanos colaboradores, familiares e incondicionales.

Con sorpresa, pero sin novedad, nos enteramos de que el fin único del Presidente de México es mantener al Instituto inoperante pues, en palabras del propio secretario de Gobernación, la inacción del INAI es el mundo ideal para el Presidente, limitando nuestro derecho al acceso a la información y transparencia, que por cierto son derechos constitucionales.

¿Por qué para el Presidente es urgente la inhabilitación de esta institución? Porque sin ella habría sido imposible conocer los contratos que ha celebrado este gobierno, los escándalos de presunta corrupción en torno a la cuarta transformación, los múltiples casos de conflictos de interés en los que incluso están involucrados familiares del Presidente o asuntos como La Casa Gris, la mega estafa de Segalmex, casos de empresas fantasma involucradas en la construcción del Aeropuerto Felipe Ángeles, entre muchos otros.

El mundo ideal del Presidente y de Morena es vivir en la opacidad, sin el menor dolor de cabeza para López Obrador, causado por el derecho que todas y todos tenemos a conocer el destino y uso de los recursos públicos.

El titular del ejecutivo debe comprender que México avanzó, que vivimos tiempos distintos y que los mexicanos no estamos dispuestos a que el gobierno de la república impulse un estado antidemocrático donde prevalezca la opacidad cuando la transparencia debería ser la bandera a defender por todos los mexicanos.

En pocas palabras, el mundo ideal para López Obrador, es un México donde la única verdad sea la de sus “otros datos”.

Agradezco el favor de su lectura

Durante meses anticipé a través de diversos medios de información la necesidad urgente de nombrar a los comisionados del Instituto Nacional de Acceso a la Información (INAI), ante el riesgo de parálisis de la institución encargada de garantizar la transparencia de las acciones públicas, los recursos y protección de datos personales en manos de sujetos obligados.

Pese a que en el Senado se había logrado el consenso y privilegiado el deber constitucional para lograr el nombramiento de los consejeros del INAI, el Presidente decidió hacer uso del veto a la designación, y con ello puso en riesgo la operatividad de la institución.

El argumento del Ejecutivo está fuera de lugar, un pretexto más para anteponer su narrativa en contra de la oposición y a favor de sus intereses y la deliberada opacidad respecto de sus obras magnas y del uso de recursos presupuestales de sus más cercanos colaboradores, familiares e incondicionales.

Con sorpresa, pero sin novedad, nos enteramos de que el fin único del Presidente de México es mantener al Instituto inoperante pues, en palabras del propio secretario de Gobernación, la inacción del INAI es el mundo ideal para el Presidente, limitando nuestro derecho al acceso a la información y transparencia, que por cierto son derechos constitucionales.

¿Por qué para el Presidente es urgente la inhabilitación de esta institución? Porque sin ella habría sido imposible conocer los contratos que ha celebrado este gobierno, los escándalos de presunta corrupción en torno a la cuarta transformación, los múltiples casos de conflictos de interés en los que incluso están involucrados familiares del Presidente o asuntos como La Casa Gris, la mega estafa de Segalmex, casos de empresas fantasma involucradas en la construcción del Aeropuerto Felipe Ángeles, entre muchos otros.

El mundo ideal del Presidente y de Morena es vivir en la opacidad, sin el menor dolor de cabeza para López Obrador, causado por el derecho que todas y todos tenemos a conocer el destino y uso de los recursos públicos.

El titular del ejecutivo debe comprender que México avanzó, que vivimos tiempos distintos y que los mexicanos no estamos dispuestos a que el gobierno de la república impulse un estado antidemocrático donde prevalezca la opacidad cuando la transparencia debería ser la bandera a defender por todos los mexicanos.

En pocas palabras, el mundo ideal para López Obrador, es un México donde la única verdad sea la de sus “otros datos”.

Agradezco el favor de su lectura