/ martes 9 de agosto de 2022

Otra visita de cortesía

El pasado viernes estuvo nuevamente en la entidad el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, esta vez para supervisar la puesta en marcha de lo que llaman “Modelo de Salud IMSS-Bienestar” en el estado de Tlaxcala.

Desde el anuncio de la federalización del sistema estatal de salud, lo único que ha habido es una serie de cuestionamientos que no han sido esclarecidos, ni por el desaparecido titular de la Secretaría de Salud, ni por el propio presidente de México a través de las mañaneras.

Tlaxcala fue un estado con el que, según palabras del propio presidente, no hubo mayor problema para aceptar la implementación del modelo IMSS-Bienestar; sin embargo, poco se conoce sobre el análisis que debió haber realizado el Gobierno del Estado para tomar una decisión de esta naturaleza.

Parece que una determinación tan importante se limita a la relación y/o obediencia del Gobierno del Estado respecto de las peticiones presidenciales. Hasta hoy no existe, por lo menos de manera pública, ningún estudio que haya aportado datos para tomar una decisión tan importante, en materia de salud pública en la entidad.

Es claro que el sistema de salud está desbordado, cada vez hay más desabasto de medicamentos, más pacientes para la misma cantidad de doctores, menos camas disponibles para atención, equipamiento insuficiente, y por consecuencia, menos efectividad en el servicio.

Nuestros médicos, también agraviados por la transformación de cuarta, han sentido los embates de la falta de recursos para lograr la funcionalidad absoluta de nuestras clínicas y hospitales. Poco o nada pueden hacer si no hay material médico necesario, ni medicamentos para cubrir las recetas de los pacientes.

Bajo este contexto le pregunto, ¿cómo puede el Estado tomar una decisión tan importante, si lo que se generaría es mayor carga de trabajo, a una institución que está totalmente rebasada? Peor aún, la gobernadora signó un convenio que requiere de la aprobación del Congreso local, para la transmisión gratuita de los inmuebles, hospitales y clínicas, que hasta hoy, son propiedad del estado, pasando por algo al poder legislativo.

De lo que se habló poco

Más allá de los discursos y las fotos, poco se habló de la manifestación realizada por trabajadores del sector salud del estado, quienes con pancartas exigieron al mandatario mejores condiciones laborales y la asignación de bases.

Aunado a este hecho, la semana pasada en reunión con el titular de la Secretaría General de Gobierno, los trabajadores sindicalizados manifestaron su inconformidad por las lagunas legales que existen en materia de derechos sindicales, frente a la puesta en marcha del modelo IMSS-Bienestar.

Sin embargo, ni los trabajadores ni los pacientes que sufren el desabasto de medicamentos, han tenido respuesta del Gobierno estatal ni federal, quienes están más ocupados colocando lonas con la imagen de la gobernadora de la Ciudad de México, en el lugar de atender las necesidades de la gente.

Agradezco el favor de su lectura.


El pasado viernes estuvo nuevamente en la entidad el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, esta vez para supervisar la puesta en marcha de lo que llaman “Modelo de Salud IMSS-Bienestar” en el estado de Tlaxcala.

Desde el anuncio de la federalización del sistema estatal de salud, lo único que ha habido es una serie de cuestionamientos que no han sido esclarecidos, ni por el desaparecido titular de la Secretaría de Salud, ni por el propio presidente de México a través de las mañaneras.

Tlaxcala fue un estado con el que, según palabras del propio presidente, no hubo mayor problema para aceptar la implementación del modelo IMSS-Bienestar; sin embargo, poco se conoce sobre el análisis que debió haber realizado el Gobierno del Estado para tomar una decisión de esta naturaleza.

Parece que una determinación tan importante se limita a la relación y/o obediencia del Gobierno del Estado respecto de las peticiones presidenciales. Hasta hoy no existe, por lo menos de manera pública, ningún estudio que haya aportado datos para tomar una decisión tan importante, en materia de salud pública en la entidad.

Es claro que el sistema de salud está desbordado, cada vez hay más desabasto de medicamentos, más pacientes para la misma cantidad de doctores, menos camas disponibles para atención, equipamiento insuficiente, y por consecuencia, menos efectividad en el servicio.

Nuestros médicos, también agraviados por la transformación de cuarta, han sentido los embates de la falta de recursos para lograr la funcionalidad absoluta de nuestras clínicas y hospitales. Poco o nada pueden hacer si no hay material médico necesario, ni medicamentos para cubrir las recetas de los pacientes.

Bajo este contexto le pregunto, ¿cómo puede el Estado tomar una decisión tan importante, si lo que se generaría es mayor carga de trabajo, a una institución que está totalmente rebasada? Peor aún, la gobernadora signó un convenio que requiere de la aprobación del Congreso local, para la transmisión gratuita de los inmuebles, hospitales y clínicas, que hasta hoy, son propiedad del estado, pasando por algo al poder legislativo.

De lo que se habló poco

Más allá de los discursos y las fotos, poco se habló de la manifestación realizada por trabajadores del sector salud del estado, quienes con pancartas exigieron al mandatario mejores condiciones laborales y la asignación de bases.

Aunado a este hecho, la semana pasada en reunión con el titular de la Secretaría General de Gobierno, los trabajadores sindicalizados manifestaron su inconformidad por las lagunas legales que existen en materia de derechos sindicales, frente a la puesta en marcha del modelo IMSS-Bienestar.

Sin embargo, ni los trabajadores ni los pacientes que sufren el desabasto de medicamentos, han tenido respuesta del Gobierno estatal ni federal, quienes están más ocupados colocando lonas con la imagen de la gobernadora de la Ciudad de México, en el lugar de atender las necesidades de la gente.

Agradezco el favor de su lectura.